Justo cuando en todo el mundo una de cada cuatro personas, es decir dos mil millones, carece de agua potable, se inaugura hoy la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Agua.
La cita estuvo antecedida de la publicación de informes alarmantes de varias agencias que destacan el impacto de la escasez de agua, saneamiento e higiene, condiciones por las cuales alrededor de 1,4 millones de seres humanos mueren anualmente y 74 millones verán acortada su vida debido a enfermedades relacionadas con ellas.
Prevista hasta el viernes 24, la Conferencia se desarrollará en medio de una crisis hídrica mundial agravada por el cambio climático, por lo que centrará los debates en los desafíos, las soluciones y acelerar la acción en torno al preciado líquido y el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: Garantizar el acceso a agua y saneamiento para todos.
La agenda del evento incluye el Examen Amplio de Mitad de Período del Logro de los Objetivos del Decenio Internacional para la Acción Agua para el Desarrollo Sostenible 2018-2028, y de las metas convenidas internacionalmente sobre este recurso.
Se espera que los jefes de Estado y de Gobierno, ministros y partes interesadas de todos los sectores participantes adopten la Agenda de Acción por el Agua, como un resultado principal que evidencie los compromisos de los países encaminados a cumplir esos propósitos.
De acuerdo con el programa, están previstas seis sesiones plenarias y cinco diálogos interactivos, además de eventos especiales de alto nivel y otros paralelos organizados por los Estados, el sistema de las Naciones Unidas y otros actores.
En ellos se examinará el papel del agua para la salud, el desarrollo sostenible, el clima, la resiliencia, el medio ambiente y la cooperación, aunque no está previsto aprobar ningún instrumento jurídico internacional de carácter vinculante.
Según los expertos, los compromisos que salgan de esta reunión deben servir para transformar la acción de la comunidad internacional y acelerar la consecución de los objetivos sobre el agua, y que despierten exitosamente de la escasa atención a nivel global a estos temas en las últimas décadas.
Han pasado casi cincuenta años de la clausura de la última, y única, reunión global sobre el agua realizada en Mar de Plata en 1977, y desde entonces las demandas sobre la cantidad y la calidad de este recurso aumentaron significativamente, a pesar de la adopción de la Agenda 2030 y del Decenio Internacional para la Acción Agua para el Desarrollo Sostenible.