Ingerida de forma natural permite disfrutar de todas sus propiedades aperitivas y digestivas. Sin embargo, su original textura y su sabor, entre dulce y ácido, la convierten en un ingrediente polivalente en la cocina.
Tanto puede servir para preparar recetas dulces y postres como emplearse en un sinfín de platos salados, tal como viene haciéndose en la cocina oriental, especialmente en recetas picantes y en los curris.
Su aromática pulpa, carnosa y consistente, la hace idónea para preparar a la brasa, en el grill o en infinidad de guisos. Esta exótica fruta se puede utilizar para enriquecer platos de arroz o como deliciosa guarnición, con lo que se aprovecha, además, su efecto proteolítico.
Por esa misma razón, es un ingrediente muy interesante en rellenos de hortalizas y otras delicias vegetarianas, a las que aporta luz y alegría.
Compra y conservación de la piña
Para saber si una piña está en su punto, ni verde ni demasiado madura, hay que observar esto aspectos:
Color: para facilitar su conservación, se suele recolectar antes de madurar, pero si se recoge muy verde no desarrolla su sabor y fragancia. Al madurar adquiere un bonito color dorado, pero algunas variedades tienen la corteza verde aun estando maduras.
Hojas: han de ser verdes y rígidas. Al tirar suavemente de las interiores se desprenden con facilidad.
Aroma: si la piña está madura su base despide un intenso y agradable aroma.
Consistencia: la corteza debe ceder ligeramente bajo la presión de los dedos.
La piña se debe consumir lo antes posible una vez comprada, aunque se puede conservar unos días en un lugar seco y fresco, y sobre una base blanda. No debe guardarse nunca en el refrigerador, a no ser que esté ya pelada y cortada.
LA RECETA DE HOY:
Piña colada
Ingredientes:
1 taza de jugo de piña
½ taza de crema de coco
¾ taza de ron blanco
1 taza de hielo picado
Preparación:
Vierte todos los ingredientes en una licuadora o coctelera, inmediatamente mezclas o agitas vigorosamente hasta que se hayan integrado completamente y quede con una consistencia cremosa y hielo frapé. Por último, lo viertes en un vaso, y si prefieres decóralo con una cuña de piña.