Con el objetivo de informar sobre la situación actual de la industria alimentaria, su aporte al comercio minorista, el estado del sector pesquero y otras informaciones de interés, compareció este martes en la Mesa Redonda el ministro del sector, Manuel Sobrino Martínez.
El ministro comentó que hoy en día son diversos los actores económicos que participan en la producción de alimentos en el país. “Tradicionalmente, la industria alimenticia, la agricultura y AzCuba, pero eso se ha venido ampliando con un grupo de entidades tanto del sector estatal como privado que intervienen en la producción de alimentos”, dijo.
Al referirse a las capacidades industriales de la industria alimenticia, comentó que esta cuenta con 110 empresas cuya labor fundamental es recibir una amplia gama de materias primas y convertirlas en alimentos diversos, nutritivos, sanos e inocuos para la población. “A pesar de las limitaciones financieras y otros factores que han incidido en el país en los últimos años, nuestra industria tiene capacidad suficiente para incrementar de manera significativa la oferta de alimentos para nuestro pueblo”, acotó.
En el caso de la producción de harina de trigo, sostuvo que existe una capacidad industrial instalada para procesar 730 mil toneladas de trigo al año, lo que permitiría procesar 1 500 toneladas diarias de harina. Sin embargo, en la actualidad se consumen alrededor de 700 toneladas diarias.
“Por tanto, la disponibilidad de harina no es un problema de capacidad industrial. Otro caso es el de la leche. Nuestra industria puede recibir 1 millón 500 mil litros por día, y puede envasar y entregar 500 mil litros en cada jornada, así como 60 mil 274 galones al día y 100 mil litros de yogur diarios”.
Además, mencionó que también se podrían producir 530 mil litros diarios de yogur de soya, así como procesar en los mataderos 18 mil toneladas de ganado en pie al mes y unos 16 mil toneladas mensuales de ganado porcino. “Tenemos capacidad para generar 170 mil toneladas al año de embutidos. Si pudiéramos lograrlo, podríamos dar seis veces más de lo que damos en la canasta familiar normada, sabiendo que no satisface todos los requerimientos nutricionales de nuestro pueblo”.
El ministro aclaró que no se trata solo de números abstractos, “algunos de esos valores se lograron en 2017, 2018 y parte de 2019”. Igualmente, mencionó que la industria de refrescos tiene capacidad en el país para producir alrededor de 30 millones de cajas al año, lo que permitiría una mayor presencia de un producto muy demandado.
Entonces, ¿qué factores inciden en que estos valores no se alcancen?
Al responder a esta interrogante, Manuel Sobrino reconoció que hay un grupo de capacidades que no se están explotando. “En los últimos tres años, ha disminuido la producción, lo cual se refleja en la vida cotidiana. Estamos procesando menos alimentos de manera industrial de lo que se procesaba en 2022 y 2021. En esto incide el recrudecimiento de las medidas de bloqueo y asfixia económica contra nuestro país”.
“Tanto la COVID-19 como la guerra en Europa han impactado, sobre todo, en los precios de los alimentos, un hecho denunciado por la propia FAO. En el caso de Cuba, debemos reconocer que recibíamos importantes productos provenientes del mercado ruso-ucraniano. Es una zona rica en trigo, aceites y otros tipos de materias primas que adquiríamos. Los precios han aumentado y el transporte se ha vuelto más complejo».
El ministro dijo que, bajo esas condiciones, hasta el momento en el año 2023, se ha podido adquirir el 67% del trigo previsto, un 38% menos que en el año 2022. “Mientras que en 2019 se compraba a 280 dólares la tonelada, hoy su costo se eleva a 410 dólares”.
“Otro caso es el de la leche en polvo. Actualmente, nuestra producción no satisface nuestras necesidades y tenemos que importarla para cubrir los niveles mínimos de consumo. En 2023, se ha podido adquirir el 21% de lo previsto, un 46% menos que en el año 2022. Pero es importante destacar que una tonelada de leche en 2019 costaba, 3150 dólares, mientras que ahora su valor es de 4508 dólares”.
En el caso del aceite dijo que este año se ha podido adquirir el 55% de lo previsto, un 44% menos que en el año 2022. “Para comprar una tonelada de aceite en el 2019 se requerían 880 dólares, ahora, son 1606”.
Por su parte, en el caso de la soya y el maíz, el primero creció en 226 dólares su compra, mientras que el maíz 163.
Durante su intervención en la Mesa Redonda, el ministro de la Industria Alimentaria se refirió a la compleja situación financiera internacional y el alza de los precios de los alimentos y las materias primas, así como a los efectos del bloqueo estadounidense en el sector.
Afirmó Sobrino Martínez que la industria alimentaria en Cuba no solo depende de las importaciones. “Hay un grupo de producciones que tenemos que asegurar y que no andan bien”.
Detalló, en ese sentido, que en la actividad pesquera “no andamos bien en el 2023, estamos incumpliendo, con solo un 58% de lo previsto y con un 23% menos de lo logrado en 2022”.
Entre las causas de esa situación, explicó que “tenemos más de 60 barcos parados en el país”. “Un motor de un barco oscila entre los 25 000 y los 40 000 dólares, los suministradores habituales de esa tecnología no nos quieren vender o quieren que se les entregue el dinero por adelantado, y hemos tenido que decidir si comprar la leche en polvo o el trigo, o los motores; por lo ha habido que esperar a otro momento para adquirir los motores”.
El ministro argumentó que la actividad pesquera requiere como promedio seis millones de dólares al año. “Hace cuatro años que no habíamos podido comprar artes de pesca, pero gracias a las medidas adoptadas llegaron al país dos millones de artes de pesca, por lo que esperamos una cierta recuperación en la actividad pesquera”.
También se refirió a la baja capacidad de la industria para procesar el cerdo, debido fundamentalmente a la disponibilidad de la materia prima, y afirmó que no están recibiendo la carne vacuna que habitualmente se recibía y tampoco los volúmenes de leche de producción nacional.
“La industria tiene una capacidad para procesar más de un millón y medio de litros de leche diarios, y hoy estamos en torno de los 800 000 litros diarios”, apuntó.
“Ante esta realidad del contexto internacional, ante nuestra realidad nacional, y ante la intención del enemigo de asfixiarnos, el Gobierno cubano no está parado, ni está de brazos cruzados”, reafirmó Sobrino Martínez, y agregó que “se han tomado múltiples medidas que todavía no tienen el impacto que necesitamos”.
Ello, dijo, “se refleja todos los días en la disponibilidad de alimentos y en los altos precios, pero también habría que sacar la cuenta de cómo estuviéramos si el Gobierno no hubiera hecho la cantidad de acciones que ha estado haciendo en los últimos años”.
Seguidamente reafirmó la determinación del Gobierno de priorizar como primer destino de los alimentos en Cuba a la canasta básica y el consumo social.
“Hay un grupo de sectores que necesitan de alimentos que hoy no lo están recibiendo”, admitió. “Hoy hay un grupo importante de recursos que si el turismo los tuviera prestara un mejor servicio y tuviera más turistas, y la decisión del Gobierno ha sido darle prioridad a la canasta básica y el consumo social”.
De acuerdo con el ministro, “esa prioridad todavía no llega a ser satisfacción total de lo que se demanda, pero es prioridad”. “Nuestro pueblo tiene que estar consciente de que día por día la máxima dirección del país evalúa la disponibilidad de producto por producto, y lo que hay se pone en la canasta, si queda algo –que casi siempre es bien poco- se le otorga a otro sector”.
La realidad, dijo, “es que prácticamente todo el alimento que llega al país va para la canasta básica”. Sin embargo, acotó, “no estamos asegurando la canasta como tenemos comprometido con nuestro pueblo”.
Sobrino Martínez se refirió a un grupo de medidas aprobadas en los últimos años por el Gobierno, orientadas a potenciar y estimular la producción nacional de alimentos. “En primer lugar, las 63 medidas para impulsar el sector agropecuario, que son transformadoras y diferentes”.
Informó que se ha aprobado por el Gobierno 844 micro, pequeñas y medianas empresas que se dedican en Cuba a la producción y transformación de alimentos; de ellas 195 se dedican a producir pan y repostería, 195 a elaborar, transformar y procesar productos cárnicos, 188 al procesamiento de frutas y vegetales, 93 a productos lácteos, 30 a la producción de refrescos y bebidas, y 24 a la actividad pesquera.
Consideró que “no todas esas empresas están dando lo que se aspiraba, hay algunas que han cogido un camino distorsionado, y se están revisando”. “Pero –agregó- también habría que revisar si esas 844 no estuvieran impactando en la producción industrial de alimentos, qué situación tuviéramos”.
En otro momento de su intervención, el ministro se refirió a la situación de la leche de los niños que se entrega como parte de la canasta básica. “En Cuba más de un millón de niños reciben diariamente leche. Unos 645 00 niños reciben diario un litro de leche fluida de lo que se produce en el país y más de 365 000 niños reciben leche en polvo que el país importa”.
Explicó que en el mercado internacional el precio de un litro de leche es de 0.50 USD/litro. “En Cuba se entrega a 0.25 MN/litro, y el Estado asume por el presupuesto la diferencia de costo, tanto en la producción nacional como la leche que se importa. Si se aplicara la política ‘neoliberal’ del mercado, se tendría que vender el litro de leche a 125 pesos”.
En cuanto a la contratación de leche y carne, detalló que “hoy en Cuba hay como promedio unos 132 000 productores de leche y de ellos, con más de 3 vacas, contabilizamos 82 600”.
Argumentó que “se han visitado más de 74 000 productores de leche por parte de la industria y se han contratado para entregar al Estado unos 54 000”. Además, existen 19 000 productores que están incumpliendo las entregas y cerca de 9 000 sobrecumplen lo contratado.
Sobrino Martínez subrayó que se deben tener en cuenta las causas del incumplimiento, entre ellas la sequía, los problemas de gestión y en la reproducción de ganado, la falta de insumos para la ganadería, entre otros recursos de los que no disponemos hoy, “y para los que tenemos que buscar soluciones”.
También “se han visitado más de 110 000 productores de carne y han contratado con la industria 36 300”. Hay 245 productores que están incumpliendo las entregas y cerca de 190 sobrecumplen lo contratado.
Insistió en la importancia de atender a los productores. “Es comprometerlo y ayudarlo con lo que podamos, nos toque o no nos toque, porque necesitamos incrementar la producción de alimentos en el país”.
Afirmó que en el país hay 80 municipios que con su producción cubren la demanda de leche de la canasta básica y se autoabastecen. Respecto a la carne vacuna, 60 municipios del país son capaces de producir la carne que demandan.
El ministro dijo que “tenemos en Cuba ejemplos de cosas que se están haciendo bien”, como es el caso -dijo- de la empresa PRODAL. “La industria alimentaria puede tener en cada provincia una entidad como PRODAL, que se caracteriza por un espíritu de innovar”.
Explicó que anteriormente PRODAL recibía del Estado 800 toneladas de materia prima importada todos los meses y “hoy eso se acabó y ha tenido que írselas agenciando, y es un buen ejemplo de lo que se puede lograr con los encadenamientos productivos con los diferentes actores de la economía”. “Actualmente PRODAL entrega más de 70 toneladas diarias de alimentos de primera calidad para el pueblo de la capital”.
Comentó que otras medidas aprobadas por el Gobierno han estado orientadas a fortalecer a la empresa estatal socialista, otorgándole mayores facultades para su gestión, entre ellas la posibilidad de diseñar encadenamientos con formas de gestión no estatales.
También pueden decidir cambiar su objeto social, la aprobación de plantillas y sistemas de pago, el destino de las utilidades y el esquema de financiamiento en MLC.
¿Qué busca el Minal con los encadenamientos con las formas de gestión no estatal? Al responder a esta interrogante, el ministro dijo que “en primer lugar, disminuir los costos, porque hay un grupo importante de elementos que la industria puede poner, y si dividimos los costos, podemos influir con esa forma de gestión no estatal y abaratar los precios de los alimentos para la población, que es un objetivo primordial”.
Asimismo, reafirmó Sobrino Martínez que “hay condiciones en la industria alimenticia en la mayoría de sus instalaciones para garantizar calidad e inocuidad de los alimentos, tenemos los laboratorios, los productos químicos, las normas”.
También “se ha logrado capacitar a un grupo importante de nuevos actores económicos y motivarlos a contribuir a la sociedad”.
Sobre la situación con la harina de trigo y el pan, explicó que “el Estado tiene que comprar para el pan de la canasta 700 toneladas de trigo diarias, mientras que una forma de gestión no estatal compra un contenedor que son 25 toneladas y organiza la producción de un mes, son volúmenes a escalas diferentes”.
“Necesitamos muchas formas de gestión no estatal que tengan posibilidad de financiamiento que se quieran encadenar con la empresa estatal socialista”, consideró el ministro.
Respecto al pan de la canasta básica, el ministro explicó que en Cuba existen 380 unidades productoras, casi todas trabajando a partir de encadenamientos con formas de gestión no estatal. “La inmensa mayoría hoy está trabajando a partir del encadenamiento con formas de gestión no estatales. No se están privatizando las panaderías, son encadenamientos. Los precios se discuten y se negocian”.
Sin embargo, aun así han existido problemas con la materia prima e incluso algunos emprendimientos privados prestaron harina para garantizar las entregas. “Devolver esos insumos es otro compromiso que tenemos”.
“La meta nuestra es producir cada vez más alimentos con todo aquel que quiera aportar cumpliendo lo establecido y observando el tema de los precios, que es la gran insatisfacción de nuestro pueblo”, dijo.
Mientras, relacionado con las producciones pesqueras, el ministro recordó que desde la aprobación de la Ley de Pesca el Ministerio de la Industria Alimentaria ha rendido cuentas a la Asamblea Nacional del Poder Popular sobre su implementación. Al respecto, Sobrino Martínez comentó que existen vínculos con los 168 asentamientos pesqueros del país, de los cuales han surgido un grupo de sugerencias para mejorar las normativas complementarias.
“Cuba tiene un potencial de capturar 12 mil toneladas de peces al año, un límite al cual no llegamos. Sin embargo, damos pasos para recuperar nuestras producciones”, apuntó.
Entre los cambios explicados por el ministro, mencionó los establecidos por la Resolución 52, encaminados a eliminar un grupo de trabas que frenaban el desempeño de los pescadores no estatales y limitaban la comercialización de sus capturas en los propios asentamientos.
Entre los beneficios de esta disposición, el directivo mencionó el incremento de las embarcaciones no estatales con licencia de pesca hasta la cifra de 4302, casi el doble de lo registrado el año anterior. Asimismo, mencionó que la resolución legaliza y ordena un grupo de acciones que hasta hace poco ocurrían al margen de la ley.
“Cada una de las decisiones tributa a la producción de alimentos desde la propia localidad. No renunciamos a la transformación de nuestra flota pesquera, pero por el momento estos incrementos son muy valiosos”, aseguró.
En otro momento de su intervención, el ministro elogió la aprobación para que entidades estatales puedan reparar embarcaciones privadas dedicadas a la pesa. De igual forma, mencionó los planes para de manera paulatina incrementar la venta de insumos y artes de pesca, así como la aprobación del uso de motores de hasta 60 caballos de fuerza para los barcos privados dedicados a la pesca.
“Otros cambios implican la declaración de un grupo de bases de pesca como puertos pesqueros de interés local y la modificación de áreas de navegación para que nuestros pescadores puedan llegar a zonas más ricas”, agregó.
Sobre la acuicultura, Manuel Sobrino apuntó que se mantiene como el fundamento de la política pesquera del país, el pilar sobre el que descansa el incremento del consumo per cápita.
“Nunca habíamos pasado de 200 millones de alevines, pero este año debemos acercarnos a los 300 millones, una cifra que permitirá asentar el aumento paulatino de las producciones en el país”, explicó.
Finalmente, el ministro comentó sobre algunas producciones esenciales para la vida del cubano. Así, aseguró que en los próximos días debe incorporarse otro molino de trigo, el cuarto del país, para procesar la harina para el pan de la canasta básica. En las últimas semanas, apuntó, se asegura la producción con el traslado de materias primas desde La Habana, una estrategia que requiere grandes gastos de combustible.
“Tenemos una situación favorable con el café, con la materia prima garantizada para el resto del 2023, tras el bache de los meses recientes. También tenemos un barco de aceite ya en puerto y logramos estabilizar la producción de compotas, incluso con una calidad mucho mejor”, ejemplificó.
Asimismo, también explicó que está garantizada la leche en polvo para el mes de octubre, mientras se trabaja para asegurar la de noviembre y diciembre, sobre todo teniendo en cuento la baja en las entregas de leche fluida en estos meses. Mientras, el 20 de octubre debe llegar la materia prima para reactivar las entregas de embutidos, y se realizan gestiones para asegurar los 40 millones de dólares necesarios para financiar el pollo.
“Frente a un escenario así, el reto mayor está en pensar en el futuro y garantizarlo con mucho esfuerzo. La mejor respuesta está en la historia del país y en el espíritu de resistencia y confianza del pueblo”, concluyó.