Hace más de 25 años Luis Alberto Díaz Rodríguez cambió su rutina con el objetivo de aprender a laborar con los metales en la confección de utensilios para el hogar, en busca de mejoras para su economía doméstica ante la tensa situación existente en Cuba; y hoy su emprendimiento cuenta con el reconocimiento de muchos.
Cursaba el segundo año de la carrera de Ingeniería Agrónoma cuando comenzó a trabajar y emprendió el camino que lo llevaría a Filo Metal.
Esto no lo aprendí en ninguna escuela, sino con el empeño diario para lograr especializarme y entregar productos de calidad a mis clientes, sobre todo quienes viven en la comunidad, apuntó a la Agencia Cubana de Noticias el trabajador por cuenta propia.
En su pequeño taller en la calle 57 final, casi a las afueras de la urbe del municipio de Consolación del Sur, da vida a tijeras y cuchillos de varios formatos, hachas, alicates, pinzas para las cejas; porque “poco a poco y con los años se me fue encendiendo la chispa de la creatividad”.
Picaba los metales en los inicios con un cortahierros, los cuchillos los elaboraba de una manera más artesanal, para abrir huecos apenas tenía condiciones; pasaba más trabajo, comentó.
Aun cuando sigue siendo reducido el lugar para sus tantos anhelos, ahora dispone de máquinas confeccionadas por él sobre la base del conocimiento empírico, gracias a las cuales ha logrado mayor exactitud y calidad en su quehacer.
De verbo locuaz, Luis Alberto no puede ocultar las exigencias de un oficio que aunque conoce como la palma de su mano y realiza con rapidez, requiere esfuerzo; de ahí su regocijo cuando tras el producto final el cliente regresa en busca de otros aditamentos.
Auxiliado por espejuelos que lo ayudan en los detalles de cada pieza, explica que a partir de diversos materiales obtiene los elementos necesarios para su faena, como las hojas de sinfín desechadas en los aserraderos, machetes vendidos por el sistema de la agricultura o el marabú, para la conformación de los cabos.
Filo Metal produjo el año pasado más de mil cuchillos para la población y cuatro empresas estales (las empresas cárnicas de Pinar del Río y Villa Clara, la pecuaria genética Camilo Cienfuegos y la pecuaria Punta de Palma), en tanto pertenece a un proyecto de desarrollo local en pos del auge del territorio y la búsqueda de soluciones desde la sustitución de importaciones.
Su presencia en la feria ExpoPinar 2021, celebrada en diciembre pasado, permitió a Luis Alberto crecer en la gestión de negocios, intercambiar con otros actores económicos y ampliar sus horizontes.
De modo que estableció convenios, por ejemplo, con la Empresa Provincial de Aseguramiento al Comercio.
Pero el pinareño no descansa, pues posee un organopónico para autoabastecerse de alimentos, aprovechar su formación académica y vender hortalizas.
Y sueña con presentar sus producciones en espacios nacionales e internacionales de cara a crecer, tributar al desarrollo de Consolación del Sur y generar empleos en su comunidad de residencia.
Hay grandes perspectivas y este es el comienzo de una larga historia donde hay que trabajar, dijo. Las producciones de Filo Metal tienen como eslogan “Disfruta el corte”, debido a que se trata de un proyecto de vida de más de dos décadas, pensado en las personas.