Con la presencia de Miguel Díaz Canel Bermúdez, primer secretario del Partido Comunista y presidente de la República, fue inaugurado este lunes el XIV Congreso Internacional de la Educación Superior, Universidad 2024, que hasta el 9 de febrero acoge el Palacio de Convenciones de La Habana.
Más de 2 000 delegados de todo el mundo se dan cita en esta capital, en medio de una década en que los gobiernos intentan cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Bajo el lema “Educación Superior del Futuro: transformación social, calidad, pertinencia y sostenibilidad”, el evento contará con la presencia de 18 asociaciones de rectores, con las cuales está previsto un programa de intercambio con las principales autoridades del Ministerio de Educación Superior y las universidades cubanas presentes.
Asimismo, en aras de propiciar el diálogo y la reflexión sobre el papel de la educación superior en la transformación social, participarán más de 40 países y se presentarán alrededor dos mil trabajos nacionales.
Entre las delegaciones más representativas se encuentran 79 rectores y vicerrectores brasileños, 59 representantes de Estados Unidos, 38 rectores, vicerectores y directivos de universidades rusas, 29 autoridades francesas, 17 de Venezuela, 65 de Ecuador, 14 de Hungría, 17 de Venezuela, 12 de China, y 85 mexicanos.
En video, primera jornada de Universidad 2024
Un evento que facilita el debate y el crecimiento de sus participantes
“Universidad 2024 aspira a facilitar el debate y el crecimiento de los participantes como gestores y actores de la Educación Superior”, aseguró en la inauguración, Mercedes F. Medina Ocampo, jefa del Departamento de eventos del Ministerio de Educación Superior (MES) y secretaria ejecutiva del Congreso Universidad 2024.
“En medio de la compleja situación económica que atraviesa el país, se ha organizado este evento. Muchas han sido las dificultades, sin embargo, estamos reunidos en esta sala”, refirió.
En Universidad 2024, agregó Medina Ocampo, se presentaron 2 225 ponencias, de ellas 1814 nacionales y 411 extranjeras. En el simposio se agrupan 26 talleres integrados al Congreso. Asimismo, se presentan de manera virtual por videoconferencia 523 ponencias de cubanos y 78 de extranjeros.
Han sido previstas como parte del programa general visitas especializadas a instituciones docentes, científicas y socioculturales con el fin de facilitar la interacción con otros actores de la realidad nacional.
“De igual forma, se podrá disfrutar de la exposición asociada al Congreso donde se muestran los resultados más relevantes de la Educación Superior en Cuba, y del desarrollo tecnológico asociado a la educación.
“Contamos con la presencia de 40 países: ministros de Educación, viceministros, directivos de Educación Superior, rectores, conferencistas internacionales y representantes de organizaciones internacionales. Entre las delegaciones más numerosas están las de Brasil, México, Ecuador, Estados Unidos, Colombia, Hungría, España y Rusia”, destacó.
Asimismo, enfatizó en que Universidad 2024 es un evento que se ha concebido desde el rigor científico, pensado en la calidad.
Walter Baluja: Hay que lograr una Educación Superior pertinente, inclusiva y accesible
El XIV Congreso Internacional de Educación Superior, Universidad 2024, está concebido “como ámbito de intercambio y reflexión acerca del compromiso inobjetable de las instituciones con la pertinencia, la calidad y la sostenibilidad de su labor en función del progreso de nuestros países, y en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, aseguró el ministro del ramo Walter Baluja García en la jornada inaugural del cónclave.
En la conferencia “El aporte de la educación superior al desarrollo socioeconómico de las naciones. Experiencia cubana”, el titular destacó varios momentos puntuales del congreso que parten de esa dinámica de intercambios que promueve Universidad 2024: el encuentro que convocan el Instituto de Educación Superior para América Latina y el Caribe (IESALC UNESCO); el Espacio Latinoamericano y Caribeño de Educación Superior (ENLACES); y la cuarta y última reunión preparatoria previa a la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe (CRES2018+5).
“Todos estos espacios permitirán debatir, con absoluta transparencia, lo alcanzado y, sobre todo, lo que podemos hacer en beneficio de nuestros pueblos, nuestros sistemas educativos, instituciones y comunidades de trabajadores y estudiantes”, agregó.
En esta misma línea, sostuvo que el evento será propicio para compartir conocimientos y experiencias, aprender, establecer vínculos científicos y académicos. Adicionalmente, “se trata de uno de los cónclaves internacionales de Educación Superior más reconocidos, vastos y estables desde el año 1998”.
Organizar un macro evento como Universidad es siempre retador, añadió Baluja García. “En nuestro caso, como ustedes conocen, a las complejidades propias de estas citas y a las vicisitudes que impone un mundo post pandémico cada vez más desigual y repleto de conflictos, se suman los obstáculos enrevesados y omnipresentes del injusto y cruel bloqueo, más bien agresión y asedio, del gobierno de los Estados Unidos hacia nuestro pueblo”.
Aún en esas condiciones, reconoció el directivo, la comunidad de la Educación Superior cubana ha trabajado para celebrar un evento digno y de elevado rigor científico, con el propósito de que se convierta en una plataforma de discusión, construcción de alianzas y proyección de soluciones para el desarrollo sostenible y justo de las naciones, desde el fortalecimiento de las universidades, centros científicos y otras instituciones, especialmente en materia de vocación social y competencias para la gestión del conocimiento.
“Sirva este evento para reunir las nuevas energías e ideas innovadoras que nos impulsen a continuar trabajando con la visión de una Educación Superior como un bien público y social, un derecho humano universal, y un deber de los Estados”, refirió el ministro cubano.
En su intervención reconoció que la misión de las universidades en el desarrollo de los países ha evolucionado en las últimas décadas, y que el complejo contexto mundial obliga a una incesante búsqueda del enfoque científico y de la innovación, siempre bajo preceptos éticos, medio ambientales y humanistas.
Por eso, dijo, la contribución básica de la Educación Superior al desarrollo radica en formar profesionales cada vez más capaces e integrales. “En esa capacidad tiene que ser prioridad la utilidad, el compromiso social y el humanismo”.
Por otro lado, se requieren políticas públicas que contribuyan a un acceso más amplio y equitativo a las universidades, para lo cual el Estado debe asumir su responsabilidad como garante de la Educación Superior gratuita e inclusiva.
“Hay que individualizar ‘el no dejar a nadie atrás’. Tenemos que prestar atención a los sectores más vulnerables, indagando en los barrios, en las comunidades, casa por casa, joven por joven. En Cuba, desde hace ya más de 65 años, hemos trabajado y continuamos haciéndolo de esa forma”, comentó.
Walter Baluja reconoció que se necesitan graduados que hagan de la superación continua un hábito que les garantice estar en condiciones de desempeñarse con solvencia en trabajos que aún no existen, usar tecnologías que no han sido inventadas, resolver problemas inéditos y aprender a trabajar colaborativamente en ambientes multiculturales y multidisciplinarios.
“La universidad no existe para sí misma. Todo lo que hace tiene que estar dirigido al beneficio de los pueblos y al desarrollo de la humanidad”.
Sobre la Educación Superior en Cuba, dijo el 90% de los profesores e investigadores ostenta los grados de Doctor o Máster en Ciencias y que ha obtenido más del 75% de los premios nacionales otorgados por la Academia de Ciencias de Cuba, en toda su historia
“Existen importantes avances en el vínculo de las universidades y entidades de ciencia, tecnología e innovación con los sectores estratégicos para el desarrollo económico y social del país, obteniéndose resultados relevantes en la producción de alimentos, el programa energético, los recursos hídricos, las ciencias sociales, humanísticas y económicas, la salud y la biomedicina, las telecomunicaciones y la informatización de la sociedad, la industria, la construcción, la biotecnología y el desarrollo sostenible, entre muchos otros”.
El variado abanico de asuntos que se evaluarán en los diferentes espacios del Congreso, añadió el titular, permitirá el enriquecimiento colectivo a partir de miradas diferentes, pero alineadas en el propósito común de lograr una Educación Superior pertinente, de elevada calidad para todos, inclusiva y accesible.