Aunque las actividades docentes televisivas dijeron adiós oficialmente el viernes último, será Pinar del Río quien pondrá el próximo día 23 el punto final a toda una etapa de intenso bregar para garantizar la continuidad del curso escolar 2020-2021 a pesar del duro azote de la COVID-19.
Vale recordar que el actual año académico no comenzó a la vez en todo el país, de modo que cuando en enero el rebrote de la pandemia llevó a suspender las clases presenciales en decenas de municipios -incluidos los 15 de La Habana-, la capital, por ejemplo, solo había completado cinco semanas, y Vueltabajo apenas dos.
Tal diversidad fue tenida en cuenta a la hora de diseñar las tele-clases, pero si bien La Habana logró remontar la distancia y sus estudiantes pudieron seguir, como los del resto del país, la nueva y más amplia parrilla televisiva trasmitida a partir del 15 de marzo, en la provincia más occidental, mucho más alejada, no fue posible dar el “salto”.
Para no atropellar contenidos y preservar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, sus educandos continuaron en sintonía con Tele Pinar, que ha seguido trasmitiendo, según corresponde, la programación del Canal Educativo y así será hasta el 23 de julio.
Entonces sí podrá darse por definitivamente concluida una etapa en la cual, afirmó Dania López Gulbone, viceministra de Educación, las acciones para preservar la vitalidad del curso en circunstancias tan difíciles, garantizaron el desarrollo del proceso educativo y los vínculos de trabajo entre la escuela, las familias, la comunidad, los organismos y organizaciones.
La preparación de todos y el estricto cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias en vigor, sentaron las bases para garantizar la continuidad, preservar la calidad y favorecer el avance de este año lectivo, tan y hasta más complejo y retador que el anterior, declaró a la ACN.
Juzgó vital el apoyo del Instituto Cubano de Radio y Televisión, la Empresa CINESOFT y la Dirección de Tecnología Educativa para organizar y ofrecer esa programación docente televisiva, mediante la cual los tele-profesores orientaron a los educandos y sus familias en los objetivos y contenidos previstos para cada nivel, asignatura, grado y año, con el empleo de los materiales escolares y medios audiovisuales.
Lópéz Gulbone explicó que en las tele-clases intervinieron 15 intérpretes de la lengua de señas cubana -para los alumnos con discapacidad auditiva- y 103 tele-profesores, entre metodólogos, docentes, directivos de instituciones educativas e investigadores, bien asesorados por las comisiones nacionales de asignaturas, los miembros de colectivos de autores, las subcomisiones de planes y programas y el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas.
En la etapa se trasmitieron cerca de dos mil actividades docentes televisivas, de media hora de duración cada una, y también, como un complemento, las polimedias, pequeñas cápsulas de contenidos, elaboradas por la Dirección de Tecnología Educativa, que ayudan a la sistematización y al estudio desde el hogar, significó.
De los educadores habló, y de su labor estos meses, durante los cuales se han mantenido activos y muy vinculados a su colectivo y sus discípulos, han asumido el cuidado de su escuela y participado en la batalla contra la COVID-19 de acuerdo con las necesidades en cada territorio, sin descuidar por ello su preparación ni dejar de seguir atentamente las tele-clases, con la mira puesta en el ansiado retorno a las aulas.
Para nuestros docentes han sido tiempos de intenso bregar e incesante aprendizaje, recalcó la Viceministra de Educación, y se refirió a experiencias de trabajo novedosas y alternativas utilizadas, como los grupos de WhatsApp creados para facilitar la conexión y el intercambio entre educandos, familias y maestros.
Por teléfono también se han comunicado muchos para asesorar, ofrecer orientaciones y aclarar dudas a estudiantes, padres o tutores; bibliotecarios tenemos que recibieron solicitudes de libros y materiales didácticos y los llevaron a los hogares y comunidades de difícil acceso, y por disímiles vías han sido atendidos educandos con necesidades educativas especiales y enfermos, puntualizó.
Al valorar lo realizado, hizo énfasis, además, en la labor a nivel de consejo popular, coordinada por las direcciones municipales de Educación y con la participación de docentes y directivos de escuelas, representantes de las organizaciones estudiantiles y de masas, delegados de circunscripción, los propios presidentes de los consejos y otros actores de la comunidad.
¿Objetivos? Identificar problemas y brindar soluciones, trabajar en ese diagnóstico individual imprescindible, atender las diferencias, orientar a las familias, ofrecer la ayuda individual que necesitan los educandos con mayores dificultades, de manera tal que cuando se reanude el curso escolar de manera presencial estén en mejores condiciones, añadió López.