La cancillería de Cuba condenó la utilización hoy en las redes sociales, sobre todo en Twitter, de la etiqueta asociada a una campaña promovida desde Estados Unidos con el fin de desestabilizar al país caribeño.
El director general de Prensa, Comunicación e Imagen del Ministerio de Relaciones Exteriores, Juan Antonio Fernández, mostró en un gráfico cómo en las últimas horas y con el uso de la etiqueta SOSCuba, la plataforma de microblogueo podría convertirse en escenario de una nueva operación contra La Habana.
Según señaló, en solo tres minutos bajo dicha etiqueta fueron lanzados 500 mensajes, los cuales generaron más de 315 mil impresiones (cantidad de veces que a un usuario se le publica un tuit en la cronología o en los resultados de búsqueda) y 132 respuestas.
‘#SOSCuba 500 tuits en tres minutos. ¿Es espontáneo o se trata de una nueva operación en redes como parte de la guerra que se nos hace? #LetCubaLive (Dejen a Cuba Vivir)’, escribió el funcionario.
Otros usuarios denunciaron que hay una maniobra en esa red social con el cinismo de la campaña promotora de una supuesta intervención humanitaria en la isla, y así ‘Twitter permite otra vez que se violen sus reglas con fines golpistas’.
De acuerdo con autoridades y especialistas, la nación caribeña es diana de una guerra simultánea: mediática, simbólica, económica, política, conectado todo por la tecnología, que exacerba la violencia en espacios digitales y difunde a escala global noticias falsas para tergiversar la realidad y estimular la desestabilización.
La Habana acusó al Gobierno de Estados Unidos de estar implicado directamente en los disturbios del pasado 11 de julio en zonas del territorio insular, al financiar e instigar sucesos que desencadenaron hechos vandálicos.
Existe un reclamo mundial por el cese de la hostilidad de Washington contra Cuba y en los últimos meses decenas de países ratificaron la solidaridad con la isla, en particular con la aprobación en junio pasado de una resolución en la Asamblea General de la ONU contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por la nación norteña al país caribeño.