Lograr la soberanía alimentaria y establecer un sistema de autoconsumo y abastecimientos propios y para la comunidad debería ser una de las metas esenciales de cada estructura, entidad u organismo que tenga bajo su encargo un pedazo de tierra cultivable.
No es un secreto que en los momentos actuales es vital elevar la productividad y contribuir a la alimentación del pueblo con cada pedacito de suelo, pues como dijera nuestro Apóstol “Tierra, cuanta haya debe cultivarse: y con varios cultivos, jamás con uno solo”.
En este sentido, la otrora casa de visita del municipio Los Palacios, también conocida como La Güirita y actualmente parte del catálogo del buró de reservaciones de la Empresa Provincial de Alojamiento, es una muestra de que cuando la voluntad de crecer existe, las ideas prosperan y rinden frutos.
CAMBIO DE USO
Esta instalación, enclavada en Entronque de Los Palacios y antiguamente propiedad de la empresa Cubaquivir para la recreación y veraneo de sus trabajadores, tras una acertada decisión pasó a manos de Comercio.
Gracias a ello, tanto Walfrido Pérez Díaz, su administrador, como el resto de los trabajadores se dieron a la tarea de convertirla en un centro de referencia con condiciones de primer nivel.
“Siempre fuimos del criterio que queríamos hacer todas las cosas a detalle. Y así comenzamos por un mantenimiento general y posteriormente dedicamos los esfuerzos a mejorar las condiciones de las áreas destinadas a servicio y hospedaje.
“De esta forma logramos construir las piscinas y habilitar las habitaciones con todo el confort posible, incluyendo además la cocina, la ampliación de los ranchones y de otras áreas”, explicó.
El establecimiento cuenta con siete cabañas que se encuentran dentro de la segunda categoría de Comercio y que gozan de muy buena aceptación a nivel provincial.
“La Güirita” presta servicio durante todo el año y acoge a alrededor de 200 personas diarias, las que, gracias al clima agradable de la zona, también pueden disfrutar de la belleza del entorno.
De igual forma, gracias a la flexibilización del cambio de uso, se prestan servicios de alquiler de ranchones para eventos familiares como bodas y fiesta de quinceañeras.
COVID-19… NUEVOS PROYECTOS
“En esta etapa de la COVID-19 hemos estado incursionando en la modalidad de ofertar alimentos elaborados para llevar a todos los vecinos de la zona. Además, fungimos como centro de aislamiento para los niños que fueron casos contactos de positivos durante todo su seguimiento de salud hasta el descarte de la enfermedad por el PCR”.
Pero sin lugar a dudas, a pesar de todo lo logrado en este tiempo, lo más notable e importante, según Pérez Díaz, fueron las siembras y cosechas de las tierras circundantes al local.
Con solo 14 trabajadores producto del reordenamiento de plantilla asociado a la pandemia, Walfrido decidió que deberían convertirse también en un centro de referencia de la agricultura urbana, pues son momentos en que el país necesita este tipo de actuar.
La idea inicial llegó a modo de sustitución de importaciones y al manejo sostenible de las tierras para lograr un autoabastecimiento, pero poco después tras observar el rendimiento de los suelos la incipiente tarea tomó un carácter más serio.
“Comenzamos con un organopónico con lo típico: cebollino, ajo porro, ají, pimiento y otras hortalizas menores para la cocción de los alimentos que ofertábamos.
“Pero nos embullamos y entendimos que si atendíamos la tierra con amor esta nos iba a recompensar y fue entonces que continuamos con las siembras de yuca, boniato, plátano, maíz y frijol, este último con rendimientos de cinco quintales en un espacio ínfimo”, detalló el administrativo.
Hoy a la vista saltan las áreas verdes circundantes sembradas de maíz, boniato y otros, las que al rendir sus frutos engrosarán el almacén interno del establecimiento, servirán para la elaboración de alimentos para llevar y también se ofertarán a la población mediante puntos de venta.
Tal ha sido la experiencia que ya los trabajadores del lugar cuentan con sus propias semillas para sembrar las nuevas tierras que les serán otorgadas.
“Gran parte de estas cosechas las ofertamos al pueblo en un punto de venta situado a la entrada de nuestra instalación y otro en el consejo popular de Paso Quemado, donde cada tercer día llevamos todo lo recogido, gracias al apoyo y colaboración del Consejo de la Administración”, explicó Pérez Díaz.
NO TODO ACABA AHÍ
Según Onay Massal Domínguez, trabajador a cargo de las áreas de la piscina, se aventuraron también a iniciar una casa de cultivos.
“La idea era experimentar con productos de ciclo corto y aportar al municipio todo lo que fuésemos capaces de extraer de la tierra. Comenzamos con el tomate, y en poco tiempo hemos obtenido más de una tonelada, cifra que de acuerdo a la visita reciente de la dirección nacional de la Granja Urbana nos sitúa a la delantera en este tipo de cosechas.
“Por supuesto, gracias a esta visita y a nuestro esfuerzo, ahora tenemos la posibilidad de ampliarnos en otras dos casas de cultivo que sin duda nos será de gran beneficio”, acotó.
Por último, mencionó que también hace poco comenzaron a confeccionar hornos de carbón a base de marabú y otras especies invasoras.
“Hasta ahora solo hemos hecho dos hornos, pero casi sin experiencia logramos obtener más de 70 sacos de carbón vegetal, que vienen muy bien para el ahorro energético y para nuestra cocina; y que si pensamos en el costo actual de este producto en el mercado internacional y nacional, estamos hablando de grandes ingresos para nuestra empresa y para el país.
Sin duda este establecimiento es muestra inequívoca de que “cuando el hombre sirve, la tierra sirve”, un ejemplo que a corto plazo deberán adoptar otras entidades para garantizar así la soberanía alimentaria por la que tanto aboga nuestro país.