Delegados al 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba resaltaron la importancia de la cultura y el dominio de la historia frente a los planes de subversión contra la isla.
Como parte de los análisis de la comisión sobre política e ideología, los asistentes coincidieron en la necesidad de reforzar y potenciar la preparación de profesores.
Asimismo, analizaron el papel de las nuevas generaciones frente a las campañas subversivas y las tendencias colonizadoras sobre las que alertaba el primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, en su Informe Central ante el cónclave.
‘Los artistas e intelectuales de Cuba, en su gran mayoría, hemos acompañado el proceso revolucionario, así que no se confundan en las redes sociales, por muy eficientes que parezcan ser, aquí la Revolución está en la calle y en el corazón del pueblo’, aseguró el reconocido escritor Miguel Barnet.
Por su parte, el director de Casa de las Américas, Abel Prieto, enfatizó que la crisis contemporánea y cultural está enfocada en transmitir un mensaje sobre la importancia del presente, ‘hacer creer que todo lo antiguo es desechado, es algo que pasó de moda y este es un elemento que utiliza el enemigo’.
En su Informe Central, Raúl Castro recordó la creación por el gobierno de Estados Unidos del Grupo de Trabajo de Internet para Cuba, el cual ‘aspira a que las redes sociales se conviertan en canales de subversión’.
Además, denunció nuevamente que las falsedades de Washington son difundidas por ‘los poderosos medios de información al servicio del imperialismo y de las redes digitales diseñadas para influir en el pensamiento de muchos, incluso de algunos de nuestros compatriotas’.
En días recientes la prensa cubana presentó testimonios de intelectuales, artistas, autoridades y ex agentes de la seguridad del Estado cubano que evidencian cómo Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) propician la formación de líderes de opinión que generan acciones de desestabilización en la nación caribeña.
Según Cuba Money Project, desde 1990 el gobierno norteño ha destinado más de 260 millones de dólares a la subversión contra Cuba.