Cary no entiende todavía qué fue exactamente lo que ocurrió el domingo por la mañana. No logra saber si fue asaltada, si fue estafada: “Me enredaron, yo no tenía que haber caminado detrás de ella y cuando me di cuenta de que había algo raro, él se me acercó y me dijo bajito al oído, `te la quitas o te la quito` y yo puse el cuello para que abriera el cierre de la cadena”.
Como su caso hay otros similares. Te cambian las prendas por otras de fantasía y aseguran que son de mejor calidad. “No te dan tiempo a pensar. Yo iba como a las 9:30 a.m. por el frente de la Catedral, por ahí por Maceo. Delante, muy cerquita, iba una muchacha que se agacha de pronto, casi tropiezo con ella. Me dijo que se había encontrado aquella bolsa con prendas y que nos paráramos separadas de la gente, que lo íbamos a compartir”, cuenta ahora más tranquila.
“Caminamos hasta el portal del Turcios Lima y de pronto pasa el joven: ´Compro cualquier pedacito de oro´, nada, que estaban juntos. Me dijeron ´te voy a dar estos anillos que valen más que tu cadena´. Casi me arrancó las sortijas que yo traía puestas, así, de forma brusca, no te dan tiempo a pensar y me pidió la cadena. Era finita, de oro de 10 quilates. Un regalo de mi hijo. La llevaba puesta hacía 20 años. Todo fue muy rápido”.
Cary recuerda que se puso muy nerviosa, que caminó hasta La Alameda para ver si los encontraba: “Ella vestía como si fuera a asistir a alguna iglesia, pero no le vi la cara porque en todo momento mantuvo la cabeza baja. Después fui a la policía e hice la denuncia”.
A sus 60 años quizás nunca le había ocurrido algo semejante, aunque casos de estafa, de intimidación, siempre han ocurrido, pero Cary sabe que, a pesar de todo, corrió con más suerte que otros pinareños que en el último mes han sido asaltados en diferentes sitios y en distintos horarios. Algunos, incluso, con serias lesiones.
Así lo específica la nota oficial emitida por el Minint este martes, donde se informa que en el mes de noviembre se reportaron siete hechos de robo con violencia o intimidación en las personas y en lo que va de diciembre se han denunciado otros dos. En cuatro de estos delitos los afectados resultaron lesionados, acota el comunicado, en el cual se precisa, además, que la cantidad de hechos es similar a la de 2021.
Según datos corroborados con la Fiscalía Provincial, esta institución trabaja en seis hechos, tres en la Unidad Provincial de Investigación Criminal y tres en la Unidad de Pinar del Río.
Señalan que los mismos ocurrieron entre el ocho de octubre y el dos de diciembre.
A partir de las investigaciones, en proceso se encuentran 10 ciudadanos imputados del delito de robo con violencia o intimidación en las personas. De ellos, ocho se mantienen en prisión provisional.
Llama la atención que las edades de los sospechosos oscilan entre los 18 y 40 años, la mayoría, incluso, son menores de 30 y dos tienen 18 y 19.
Precisan en Fiscalía que este tipo de delitos se trabaja por procedimiento ordinario, que establece un plazo de investigación de 90 días, y que puede ser prorrogable hasta los 180, según establece la Ley 143 del 2021, Ley de Proceso Penal.
La Ley 151 de 2022 Código Penal, establece en el artículo 415 Robo con violencia o intimidación en las personas, una sanción de un mínimo de siete años a un máximo de 30 años o privación perpetua de libertad, según las circunstancias del hecho.
PREOCUPACIÓN, MIEDO, PÁNICO
Sin exageraciones, son términos que este semanario ha encontrado por estos días en las redes sociales y también en diálogo directo con no pocos vueltabajeros.
¿Existe una ola de violencia generalizada en las calles de Pinar del Río?: No. ¿Han ocurrido hechos sumamente deplorables de robo con violencia o intimidación en días recientes?: Sí. ¿Se puede minimizar el problema?: Jamás. ¿Debemos entrar en pánico?: No. En su lugar hay que ocuparse de que Pinar siga siendo segura para sus habitantes.
Es lógico que exista una preocupación creciente de la población ante tales circunstancias, pues esta ha sido siempre una ciudad tranquila, quizás de las más tranquilas del país.
No obstante, Guerrillero tiene también la responsabilidad de informar que no son ciertos todos los casos que han sido divulgados en las redes sociales, un escenario muy propicio para sembrar incertidumbre e inseguridad en un contexto ya deteriorado por la propia situación económica que vive el país, agravado en Pinar, además, por las secuelas del paso del huracán Ian.
De igual modo, es importante recalcar que propagar noticias para causar alarma constituye también un delito de desorden público.
PINAR P.M.
La noche de este martes un equipo del semanario recorrió varias calles, avenidas y repartos de Pinar del Río.
A decir verdad, esta jamás ha sido una urbe en las que entre semana las calles estén abarrotadas de personas, porque a pesar de todo, tampoco existen muchas y atractivas propuestas a precios módicos que inciten a salir de casa. Y este martes no fue diferente.
Se mantenía la vigilancia por parte de fuerzas del Minint, desplegadas como ya es costumbre por las principales arterias.
Varios negocios permanecían abiertos pasadas las 10 de la noche y muy pocos jóvenes conversaban, sobre todo, en los bancos del separador de la avenida Martí. El resto de los espacios públicos permanecían, mayormente a oscuras.
Y este es un punto sobre el que vale la pena también reflexionar. El alumbrado de la ciudad ya tenía dificultades antes del ciclón, una situación que empeoró tras su paso.
Aunque puede parecer simplista culpar a la oscuridad de los hechos de vandalismo recientes, no es menos cierto que ello facilita el trabajo a delincuentes y malhechores.
Precisamente este martes en la reunión para chequear los avances de la recuperación en el territorio, se puntualizó una propuesta de trabajo que permitirá mejorar el alumbrado de las principales avenidas y calles, así como de algunos repartos.
Rubén Ramos Moreno, gobernador de Pinar del Río, indicó que los lugares en los que se concentran los jóvenes cuando salen a divertirse tienen que quedar bien iluminados y orientó, de ser posible, avanzar en ello antes del fin de semana.
En tal sentido, se precisó la cantidad de lámparas que lleva la Carretera Central desde Ciencias Médicas hasta el Pedro Téllez, y se evaluó la situación que presentan calles como Virtudes, San Juan, Sol y La Alameda, entre otras.
En el recorrido de este martes algo tan importante como el alumbrado público llamó la atención: varios jóvenes que caminaban por diferentes repartos como La Flora, Cuba Libre y Hermanos Cruz llevaban consigo un bate en la mano. Otro traía un machete en la bicicleta: “De que llore mi madre que llore la de otro”, refirió uno de ellos. “Yo no voy a dejar que me den”, dijo un tercero.
El artículo 279 del Código Penal incluye que la portación de armas contundentes y su portación se convierte en delito apreciando los propósitos o motivos, lo cual incluye la posibilidad de utilizarlas contra cualquier persona.
Lo cierto es que los casos ocurridos y su sobredimensionado tratamiento en las redes han levantado una ola de temor, completamente lógica en los lugareños, tan acostumbrados a que sus hijos salgan sin peligro a las calles. Una ola que se expande y ya es conocida hasta en otras latitudes, desde donde preguntan qué pasa en Pinar.
La seguridad es también una conquista de este país; quizás de las que menos se menciona. Se habla de Salud, de Educación, pero casi nunca se habla de la tranquilidad ciudadana, un bien que los cubanos han sabido garantizar y resguardar, incluso en los años más crudos del periodo especial.
Sin dudas hay que cuidarse, ser precavidos, y, sobre todo, trabajar todas las instituciones pertinentes y también los pinareños, para que Pinar no deje de ser jamás la ciudad tranquila que nos acoge.