Jesús Puentes Montano, el Piq, se crió en el reparto 5 de Septiembre, popularmente conocido como Maica, algo alejado del corazón de la ciudad de Pinar del Río. Desde muy joven sonaban melodías en su cabeza, su voz interior le hablaba en rimas de rap y se sorprendía tarareando ritmos a los que en ese momento no le encontraba mucho sentido, pero que más adelante conectarían como la pieza perfecta faltante en el rompecabezas de su vida.
En el año 1996 fue por primera vez a un festival de rap en el anfiteatro Pista Rita y quedó maravillado. Fue casi amor a primera vista. En octavo grado descubrió el amor juvenil y para declararse decidió improvisar, pero en lugar de cantarlo, la timidez lo llevo a solo escribirlo en un papel. Esa fue su primera canción y el inicio de un vínculo con la música que no se romperá nunca.
A los 17 años cuando trabajó en la empresa Materiales 7, en la construcción de mesetas, celosías y otros productos de cemento, o más tarde cuando se graduó de tornería y pasó cinco años de su vida en el Ferrocarril, no paró de cantar. Ya en ese tiempo tenía su grupo de rap, hacía colaboraciones con Internos, además fue cantante y fundador del grupo Contratiempo.
Ese joven de ojos vivarachos y energía contagiosa, quien escribió en la penúltima hoja de una libreta de Matemática que un día ganaría un Grammy Latino, no se dejó detener ni vencer, pues sabe la importancia de la pasión, el empeño y la determinación para lograr los sueños. Nunca le permitió a los no interponerse en su camino y ese espíritu condujo sus pasos a ser el cantante principal del grupo Toques del Río durante siete años.
Hace aproximadamente un año decidió emprender su carrera en solitario y regresó al calor de su Vueltabajo. De la reconexión con la tierra natal siempre salen buenas obras y del Piq Montano solo han florecido buenos proyectos que llenan su corazón de artista.
“Toques del Río fue una gran escuela para mí. Fue un tiempo mágico y lindo, lleno de buenos momentos y mucho aprendizaje. Lo disfruté mucho y me siento agradecido por la oportunidad de haber formado parte de él. Desde hacía dos años y medio, tenía en mente retomar un proyecto mío nuevamente, pues antes de Toques tenía uno de rap, del cual era director. Sentía la necesidad de hacer las cosas más a mi modo, no porque mis ideas no contaran en el grupo, sino que tengo otra manera de ver las cosas, esa entre otras razones me impulsaron.
“El público se quedó algo dolido, un tanto inconforme y en cierto modo a todos nos chocó un poco esta separación, pero más tarde o más temprano iba a suceder y preferí hacerlo ahora. Estoy súper contento, pues cuando uno siente algo el peor error es no hacerlo y rendirse al temor de si saldrá mal. La cuestión está en sabernos capacitados para dar ese paso y sentirnos bien haciéndolo. Tengo tantas ideas para realizar y compartir y quiero hacerlas sintiéndome el responsable de todo lo que estoy haciendo, quiero decidir por mí”.
Piq es un soñador. No se está quieto, tiene dentro de sí un hervidero de puro arte que anhela poder sacar a la luz. Habla con una pasión contagiosa. No tiene miedo a equivocarse o fracasar pues son necesarios para llegar a triunfar. Sobre sus deseos de tocar para los pinareños comentó a Guerrillero.
“Quisiera lograr esa energía tan linda que una vez pudimos con Internos, Contratiempo y el propio Toques del Río, en La Piscuala, La Sitiera, la Uneac; tocar en Rumayor, El Criollo, la sede de la Asociación Hermanos Saiz o en una gala de la escuela de Medicina. Quiero el cariño de Pinar del Río, eso va implícito en todo lo que hago, y tengo toda la disposición del mundo para ello”.
Y aunque se vislumbra en sus palabras el amor por la tierra que lo vio nacer, también anhela expandir sus horizontes. Piensa en realizar giras nacionales, internacionales y llevar su música al máximo nivel. No ve límites para sus procesos de creación, por ello está incursionando además en la fotografía, otra de sus pasiones.
“Me encanta, llevaba años gustándome, pero no había tenido la oportunidad de tener una cámara, ni hice el intento de pasar cursos. Ahora, gracias a la ayuda de amigos, estoy dando mis primeros pasos y me siento feliz y realizado con lo que estoy haciendo, además quienes me han servido de modelos me han compartido su satisfacción con las fotos. Esta es otra puerta más que se me abre y no la única, pues me gusta mucho más el audiovisual y mi intención es prepararme para comenzar a hacer algunas cosas en él”.
El Piq se vuelve un torbellino encima de los escenarios. Es un verdadero espectáculo. Los ojos a veces no pueden seguir el ritmo de su cuerpo, como si la energía que lo impulsa no fuera de este mundo. Disfrutar de su manera de atrapar al público es un privilegio, pues no solo destaca por sus canciones sino por la sazón extra que le da a la hora de interpretarlas.
“Trato de asumir la vida así, independientemente de que con el paso de los años uno va cambiando un tanto, también en la manera de ver y hacer las cosas. Me encanta ese contagio emocional, cuando estás cantando y miras a las personas a los ojos y percibes cómo se sienten identificados con cada sílaba, ver como algunos se quedan atentos sin bailar y no es porque no les guste sino por están muy enganchados con las canciones. Es lo que pretendo transmitir”.
Jesús habla de cuánto ha significado el apoyo de su familia y no deja a nadie fuera. Menciona a su madre, hija, hermana, papá, esposa, madrastra, a sus amigos: “estén aquí o por otras partes del mundo, y algunos espiritualmente. Tengo mucha gente detrás que pone su energía en mí y es una fuente constante de alimentación emocional”.
A sus más de 20 años de carrera mantiene el espíritu del joven que tras un mes de trabajo, siempre destinaba un parte de sus ingresos para la música, que siempre ha formado parte fundamental de su vida y lo impulsa a hacer y ser.
“Cobraba 250 pesos y con 125 hacía un background. Dejé de hacer tantas cosas y me sacrifiqué mucho, pero el esfuerzo siempre fue recompensado. Estos son tiempos bien joroba‘os pero no imposibles, todo está en abrir tu mente y buscar la manera de hacer las cosas que te gustan. A medida que vas conociendo la vida y sus tropiezos pasas hasta más trabajo para sonreír, pero bueno la voluntad se impone cuando se tiene deseos de lograr algo, es pa’rriba del lío como decimos nosotros. La mayor distancia para lograr las cosas está en la mente, en los temores, en la falta de voluntad. Todo llegará pero depende mucho de uno. A veces hay factores externos que te afectan, pero al final es uno quien decide”.
Esa positividad es una constante en la manera del Piq de asumir la vida. Donde las personas ven obstáculos, él escalones hacia el logro de sus proyectos. A base de esfuerzo y apoyo de su esposa, muchos de los sueños que tenía en mente los ha podido convertir en metas y finalmente lograrlos.
En este año uno de esos sueños se concretó en su primer disco en solitario, compuesto por ocho temas, que siguen la línea de una música más romántica, íntima, ideal para disfrutarse en la mesa del bar, haciendo uso del nombre del fonograma. También realizó este año un mini dvd, cuyos clips están disponibles en su canal de Youtube.
“Mi objetivo principal fue sacar todo eso que tenía dentro y no había podido reflejar en mi música. Pienso seguir esa línea en algún momento con un toque más urbano y alternativo. Opté por el bolero, el feeling, la música tradicional cubana y los mezclé con R&B, rap, algo de pop y reggae. Me encantan los géneros de mi tierra y los que vinieron de África y se fusionaron”.
En estos momentos trabaja en los arreglos de dos temas del disco anterior: Deja que la noche avance´ y ´Tenemos toda la noche mami´, para luego grabarles el video oficial y después comenzar con el álbum nuevo.
El Piq nació para cantar y transmitir sentimientos mediante sus composiciones. No puedo imaginarlo sin esa conexión con la música. Es su esencia, lo que lo define. Nació para ir sembrando sonrisas en quienes escuchan sus canciones y para con la magia de sus melodías, hacer latir corazones.
Canal de Telegram: https://t.me/piqmontano