La red de salud de Cuba, Infomed, dio a conocer recientemente que, las alteraciones olfativas frecuentes en pacientes positivos al virus SARS-CoV-2, incluso con mayor presencia en esta que en otras epidemias de coronavirus, sólo se pueden asociar con congestión nasal en la mitad de los casos.
El estudio, a cargo de un grupo de científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Hospital Clínico de San Carlos también de esa capital europea, arrojó que el 54 por ciento de los enfermos en análisis infectados con el nuevo coronavirus presentaron pérdida del olfato sin congestión nasal con moco.
Si bien este tipo de alteraciones olfativas son frecuentes en otra serie de infecciones como el rinovirus o la gripe, la comunidad científica describe que por lo general su causa es la obstrucción nasal ocasionada por la mucosidad.
Empero, Jesús Porta Etessam, Jefe de Sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos y profesor de la Facultad de Medicina de la UCM, señaló que la anosmia, pérdida del sentido del olfato, puede ser un síntoma aislado, que habitualmente es autolimitado y bastante específico en los casos que no hay mucosidad.
También explicó que “hay varias hipótesis, aunque las más plausibles en vista del conocimiento actual son la destrucción de la mucosa olfativa o una lesión del bulbo olfatorio que impida la transmisión de información al cerebro”.
Aunque la anosmia pudiera considerarse un síntoma de poca relevancia, lo cierto es que los contagiados con la Covid-19 además desarrollan alteraciones de la alimentación al no poder distinguir sabores en las comidas, cuadros de ánimo bajo y ponen en riesgo su vida al no ser consciente de la presencia de humo o escapes de gas, entre otros síntomas.
Con esta investigación también se determinó que de forma habitual los pacientes recuperan el sentido del olfato al paso de una y cuatro semanas.
No obstante, Porta Etessam alertó que “ha observado pacientes que llevan desde marzo sin el olfato, y que hay que ser optimistas, pues en otros virus pueden tardar hasta dos años en mejorar, aunque existe la posibilidad de que un grupo pequeño de pacientes pueda quedarse sin olfato”.
Para esta investigación los expertos analizaron una muestra total de 909 pacientes contagiados por el SARS-CoV-2, de los cuales, 824 casos, lo que significa el 90,65 por ciento, informaron implicación olfativa y gustativa simultánea.
El análisis también reveló otras alteraciones en estos pacientes como ageusia – pérdida total de sabor- (64.1 por ciento), hipogeusia -sensibilidad disminuida del gusto- (28.2 por ciento), disgeusia -cambio de sabores- (2.4 por ciento), hiposmia -reducción de la percepción de olores- (15.6 por ciento) y disosmia- distorsión cualitativa de olores- (0.9 por ciento).