Desde la tranquilidad del hogar se libra hoy en Cuba una de las principales batallas contra la COVID- 19, enfermedad que ha cobrado la vida a decenas de miles de personas en el mundo y que los nacidos en la mayor de las Antillas se niegan a “permitir” en sus viviendas.
En puntadas e hilos son muchas las mujeres que en la Isla se refugian, porque no quieren sentarse de brazos cruzados y luchan por el bienestar de su familia, amigos y vecinos.
Edelsys Díaz Díaz es una de las intranquilas de estos tiempos y en su morada en el reparto La Flora, de la cabecera provincial de Pinar del Río, recibe cuanto pedazo de tela útil le traen para convertir en mascarilla.
De 53 años de edad, trabajadora del Ministerio del Interior y aficionada a la costura, aseveró que sin percibir remuneración decidió sumarse a las féminas de toda Cuba implicadas en la confección artesanal de nasobucos, para suplir las carencias de la industria textil, cuyos encargos mayormente están destinados a los centros asistenciales.
Me incorporé a esta iniciativa desde que se detectaron los primeros casos con la COVID- 19 y en respuesta al llamado de la máxima dirección del país y de las autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia, precisó.
Ayudo en mis ratos libres a todo el que demanda esa prenda, – acotó-, pues trabajo en la prisión provincial de Pinar del Río y no descuido mi labor. Pero sí he renunciado un poco a los quehaceres domésticos y mi hijo ha tenido que asumirlos, para cumplir este encargo, añadió.
Sus habilidades las puso al servicio de la protección de sus conocidos y otros que se han acercado, para quienes siempre brota un SÍ de sus labios.
El sonido de su máquina de coser se mezcló de forma natural con el de un ambiente raramente silencioso, a causa de las medidas de aislamiento social asumidas por los habitantes de esa localidad pinareña.
Porque a Edelsys se le puede ver a cualquier hora impulsando el pedal de su equipo favorito por estos días, cual carrera por la solidaridad y para darle un golpe a la pandemia.
A nivel de toda la Isla se ven senoras algo ya mayores (lo cual es muy admirable y grandioso) pero que hay de las jovenes cubanas (acaso no saben coser) por favor ayuden a todas esas heroinas, si porque eso son. Tomen conciencia y ayuden a sus madres, tias, abuelas y trabajen cociendo junto a ellas. Dejen la ketatina, el pintado de unas y el tiqui tiqui y sumanse a este esfuerzo QUE ES DE TODOS. QUEREMOS VER MAS FUERZA JOVEN AYUDANDO EN ESTA SITUACION QUE ES COLECTIVA,
*Cosiendo, rectifico.