La crisis mundial desatada por la COVID-19, está impactando negativamente en las dinámicas de vida de los seres humanos, en cualquiera de los ámbitos donde interactúe.
Múltiples son los factores desencadenantes en situaciones extremas que influyen en el comportamiento a nivel individual, grupal, comunitario y organizacional, de ahí la urgencia de generar, desde diversas ramas del conocimiento, estrategias de afrontamiento a la crisis.
Como resultante de ello pueden aparecer alteraciones psicológicas a nivel individual, familiar u organizacional tales como: ansiedad, depresión, trastornos del comportamiento, crisis emocionales, estrés, fatiga psíquica, conflictos interpersonales, entre otras.
Para tales fines se ha diseñado, desde esta plataforma digital del periódico Guerrillero en Pinar del Río, un espacio de consultoría on-line, para aquellas personas, familias e instituciones que demanden asesoría y orientación psicológica, con el propósito de mitigar los impactos psicológicos que esta crisis puede generar a nivel individual, grupal, comunitario y organizacional.
Usted podrá acceder a ella para canalizar cualquier duda o preocupación relacionadas con el manejo psicológico, en tiempo de crisis, de determinados grupos poblacionales (niños, adolescentes, jóvenes, adultos, adultos mayores, embarazadas, familia, personal sanitario directamente vinculado a pacientes con la COVID-19, personas con necesidades educativas especiales y organizaciones laborales).
Pueden enviar sus inquietudes desde la caja de comentarios de este sitio, o también a través de las siguientes direcciones de correo electrónico:
Alina Rivero Brito…. alimrb@infomed.sld.cu
Elizabeth Alvarez Hernandez… elyrafi2015@nauta.cu
Betty Hernández Becerra… bettyhdezbecerra@gmail.com
Daymadelis Gutiérrez Iglesias … daimagutierrez22@gmail.com
Deibby Valle Ríos… dvr66853@gmail.com
Deysi Alfonso Porraspita… lidice@upr.edu.cu
Geidy Diaz Crespo… geidydiazcrespo@nauta.cu
Gilma Gómez Veloz… gomezveloz.gilma2017@gmail.com
Javier Reyes Hernández… reyeshernandezjavier@gmail.com
Leidy León Veloz… leidyleonveloz2016@gmail.com
Lisis Suárez García… lisisg@infomed.sld.cu
Mayra Ordaz Hernández… mayrordaz@gmail.com
Meury Abad Reyes… maryfranco@nauta.cu
Nilda Alina Santos Fernández… nildaly67@nauta.cu
Yolanda Diaz Castro… yolandadiaz@infomed.sld.cu
Zoraya Coro Carrasco… leovaldo@infomed.sld.cu
Será un placer responderles.
Sección de Preguntas y Respuestas
Pregunta # 42
Saludos y buenas tardes. Me dirijo a ustedes porque estoy muy preocupada con mi hijo de 16 años. Al principio de todo esto que comenzaron las teleclases, todo marchaba bien, pues él estudiaba y se preparaba. Pero desde hace una semana para acá no quiere saber más nada de eso, no quiere ver teleclases, no quiere estudiar, me amenaza con que va a casa de un amigo y del otro y que ya se le quitaron las ganas de estudiar. Yo converso mucho con él para ya no me escucha y temo que esto lo pueda perjudicar en su promedio. ¿Cómo puedo manejar esta situación con mi hijo? Gracias
Ante todo, le expreso nuestro agradecimiento por su comunicación, que nos permite ofrecer orientaciones, que le pueden ayudar a usted y a otros en situaciones similares. Existen varias explicaciones para lo que le está ocurriendo y recomendaciones que compartiremos con vistas a mejorar la situación y la dinámica de las relaciones en su familia.
Habitualmente, para cualquier adolescente o joven, alrededor de la edad que tiene su hijo, resulta agobiante realizar de manera repetitiva y en solitario, cualquier actividad que no le proporcione bienestar de manera inmediata.
Esto tiene su explicación en el hecho de que la llamada “actividad rectora” en ese momento de la vida (la que prefieren hacer, la que más gusto les da e impulsa con mayor fuerza su conducta y su desarrollo) es la relación con los coetáneos, o sea, con sus amigos, compañeros, de edades similares.
Con ellos se sienten a gusto, comparten los principales intereses, tienen códigos comunes, comprenden e intercambian chistes, signos; encuentran un lugar para sentirse aceptados y reconocidos, además de las relaciones de pareja que habitualmente nacen en estos espacios.
Le ofrezco esta explicación, para facilitar que pueda usted comprender su actitud, tener una explicación bastante probable acerca de por qué su hijo se siente aburrido, “obstinado”, como suelen decir, ansioso por “escapar” del encierro y compartir con sus amigos. Sin embargo, COMPRENDER NO IMPLICA ACEPTAR, NI PERMITIR O ESTIMULAR.
Sin las indicaciones de distanciamiento físico derivadas de la Covid- 19, sería recomendable estimularle a salir, a combinar el tiempo de estudio a solas, con sesiones en colectivo, ya sea de recreación o de otras variantes de estudio; pero la situación actual recomienda fuertemente permanecer en casa.
¿Qué puede hacer entonces? Lo primero, no desesperarse ni darse por vencida, pues entonces no podrá ayudarlo. Una de las herramientas que más la puede ayudar es la comunicación. Dice usted que “ya no la escucha”, entonces hay que revisar las circunstancias en las que lo intenta, la forma, la frecuencia, todo, para recuperar el vínculo entre los dos y que pueda usted seguir influyendo en la regulación de la conducta errónea de su hijo.
Fíjese, que la comunicación, determina las relaciones; es el vehículo a través del cual se establecen, mantienen y caracterizan los lazos entre los seres humanos: cuando la comunicación funciona de forma adecuada, las relaciones se mantienen vivas, en armonía y desarrollo; cuando falta o se desarrolla en términos de irrespeto, agresión o devaluación de los mensajes, las relaciones se deterioran.
Entonces, mamá, debe perseverar para rescatar la conexión, el lazo afectivo y de interrelación con su hijo. Pensemos en la forma en que le expresa lo que usted considera que él debe hacer: digamos, permanecer en casa y estudiar. A esta edad, se debe sustituir el mensaje vertical, desde una posición de poder, superior, impositiva y a voluntad, por mensajes más horizontales, más sugerentes y argumentados, que se apoyen y le hagan notar su madurez, responsabilidad y capacidad para regular el comportamiento.
Otro tema que le puede favorecer, es combinar el decir con el escuchar, estimular la expresión de su hijo, de lo que piensa y siente; sus ansiedades y agobios, los porqués detrás de su cambio de actitud. En estas circunstancias es natural que le asalten temores, preocupaciones, incertidumbres y que la motivación por el promedio, no sea suficiente acicate, por sí sola, para mantenerle estudiando. Entonces, debe usted explorar más y ponerse en su lugar para comprenderlo mejor y encontrar juntos algunas alternativas favorables.
Una herramienta sencilla, pero muy efectiva, que la Psicología nos ofrece para el manejo adecuado de situaciones que generan conflictos interpersonales, es el llamado Guion asertivo. Se trata de un mensaje que tiene 4 elementos fundamentales y puede usted preparar, para expresárselo a su hijo. Es muy personal y específico para cada situación, pues se apoya en las particularidades del asunto y, sobre todo, en los códigos y características de cada relación, por lo que le ofrezco estos elementos generales para que usted los complete:
- Descripción de la situación problemática o de conflicto. Debe ser corta, clara y concreta, evitando adjetivos que agredan o demeriten al otro. Exponer de la manera más simple y resumida posible ¿Qué está ocurriendo que resulta inadecuado, contraproducente y negativo? ¿Cuál es el problema que esa situación genera, por lo que no se debe mantener?
- Expresión de los sentimientos. En este punto se exponen, igualmente de forma clara y precisa, cómo se siente usted ante esta situación. Qué consecuencias negativas tiene para su estabilidad, tranquilidad; para las relaciones entre ambos y el bienestar de la familia.
- Necesidad de cambio: Este es el punto para el que debe usted preparar de antemano un grupo de opciones y alternativas, pues se trata de lograr una negociación: dar y recibir; ganar y perder. Atender a los argumentos del otro, sus puntos de vista y sobre esa base establecer acuerdos y pactos, que satisfagan los intereses principales de ambas partes.
- Consecuencias de su reacción: Aquí se abordan las recompensas positivas, los resultados favorables que se logran con la modificación de la conducta. También se deben expresar los efectos negativos, las secuelas para la vida futura que podrían derivarse de una conducta irreflexiva e impulsiva en la actualidad. Como último recurso, se refiere la explicación de posibles represalias y/o prohibiciones.
En las condiciones actuales, también puede apoyarse en el carácter inusual y transitorio de la situación que vivimos, en la que la mayoría de las personas están haciendo sacrificios, mayores o menores, según las circunstancias y esto requiere niveles de autorregulación inmediatos, para poder retomar próximamente, ritmos de vida más cercanos a los habituales, sin tener que lamentar conductas en el aquí y ahora, que incidan irremediablemente y de manera perjudicial, en el futuro.
Pregunta # 41
Hola. Soy una mujer de 28 años y tengo una relación con un hombre mayor, pero no vivimos juntos. Aunque hemos tomado las medidas necesarias para no vernos en este tiempo de mayor riesgo, hace días que nos estamos encontrando con más frecuencia. Después que eso pasa yo me comienzo a sentir mal, porque pienso que estoy corriendo riesgo, que si todo lo que aguantamos ahora lo vamos a echar por la borda, y es tal mi ansiedad que él ha llegado a decirme que será mejor no vernos hasta que esto termine. Ahí es donde se duplica mi angustia porque temo a perderlo. ¿Cómo manejar esta situación?
Saludos también para usted, gracias por compartir sus inquietudes en el espacio. Entiendo por lo que escribe que está ansiosa en relación a tomar la decisión de estar separada fisicanente de su pareja por el tiempo que dure el aislamiento sanitario. Preocupaciones recurrentes en parejas que como la suya no viven juntas.
Ciertamente, mantenernos fisicamente separados de nuestra pareja genera una vivencia de malestar como la que describes, asociada a la representacion que tenemos de que solo con el contacto fisico se puede mantener la relacion, y que la asusencia física es sinónimo de olvido. Pero la experiencia también nos recuerda que es posible amar y transmitirle cariño al otro cuando está lejos.
Sus temores en relación a perder a su pareja si accedes a estar fisicamente distanciados por el tiempo que dure esta situacion epidemiologica son comprensibles, pero tienes la posibilidad de fortalecer la relación, ser una pareja en la distancia que no es lo mismo que ser una pareja distante.
La complicidad e intimidad construida entre ambos son los pilares esenciales para poner en practica nuevas formas de contacto, que los hagan estar afectivamente cercanos, partícipes de la vida del otro, recuerda que no se trata de estar al lado de, ni tan siquiera estar con… lo importente es fortalecer el vinculo desde el estar en el corazón de… entonces la ausencia sera repensada desde la añoranza y no desde la inseguridad del olvido.
Reaprender nuevas formas de recibir y manifestarse el cariño cariño por vias como el internet, el teléfono y otras, son algunas alternativas pero seguro cada pareja tiene sus propias iniciativas que se ajustan a las características de cada uno y de la historia de pareja que han venido construyendo.
Es común que existan conflictos que subyacen a esta relación y que la distancia tienda a exacerbarlos, pero también la distancia puede ser oportuna para hacer prevalecer el nexo entre ambos, dilogar con tu compañero y acordar como continuar su relación de una forma saludable que los proteja ambos es también una decisión inteligente, pensar juntos en cuánto están dispuestos a soportar sus ausencias, y acompañarse a mantener la calma para esperar el reencuentro.
Otras asociaciones pueden estar relacionadas a los temores que dice sentir, en relacion a perder el afecto de su pareja, si están distantes. Si lo desea puede comunicarse conmigo directamente, y estaré dispuesta a seguir ofreciéndole ayuda.
Pregunta # 40
Saludos. Quisiera aprovechar el espacio para saber cómo manejar la situación en mi casa con mi hijo de 5 años, mi hija de 8 y m abuela de 75. Yo soy la única proveedora en mi casa, por lo que debo salir a trabajar y hacer gestiones para el sustento de la familia, pero me siento muy estresada porque mi abuela está haciendo un gran esfuerzo quedándose con los niños, pero ya se imagina cuán difícil es para ella esto. Yo lo dejo todo listo en casa, incluso a la niña le dejo algunas pequeñas responsabilidades, pero llega un momento en que no le hacen caso a ella y se altera. El padre no muestra interés en llevárselos ni un fin de semana, y encima me reclama que es un peligro dejarlos con su abuela. ¿Cómo puedo manejar el asunto?
El hecho de tener sobre sí ambas responsabilidades, cuidar de los niños y garantizar el sustento económico, complica un poco la tarea, pero es importante prestar atención a ambas.
Claro que es necesario organizar el modo de garantizar todo lo imprescindible para la familia, y es en ese punto en el que quizás podrías apoyarte más en el papá de los niños, sobre todo por su responsabilidad con él.
El manejo de los niños siempre va a depender de las características de cada uno de ellos. De manera general es importante establecer con claridad lo que se va a permitir y lo que no, de manera que cuando la mamá esté con ellos no se le permitan cosas que luego con la abuela no, porque eso lógicamente va a desencadenar una reacción.
Evitar que cuando los niños estén con la abuela hayan demasiadas prohibiciones, por eso es importante que los adultos estén claros entre sí, en qué pueden y qué no, hacer los niños. Pasar tiempo con ellos, en actividades lúdicas (de juego) puede facilitar la negociación de la conducta que se desea tengan cuando esté solos con la abuela.
Premiarlos cuando se comporten como se les pide, sin importar la naturaleza del premio (no necesariamente debe ser alguna COSA, puede ser, realizar algo que quieran, y se pueda), puede favorecer el reforzamiento positivo de ese comportamiento.
Siempre es recomendable evitar gritar y golpear cuando se pretende corregir la conducta, porque además de no lograr el objetivo, por lo menos no de forma permanente, se corre el riesgo de inducir entonces conductas violentas en los niños.
Pregunta # 39
Me dirijo a ustedes porque tengo una gran preocupación con mi hijo de 10 años, el cual hace varias semanas se está volviendo muy ansioso y temeroso con el tema del coronavirus. Ha tenido pesadillas, se levanta llorando, dice que si lo coge el virus se muere. Parece que nos ve a sus abuelos y a mí que somos los que vivimos con él, muy preocupados y es verdad que en ocasiones no nos cuidamos para hablar de lo malo que es eso, delante de él. ¿Qué pudo hacer para lograr que el niño vaya perdiendo ese miedo?
Mamá.
Lo ideal para la situación que plantea sería ver a su niño en consulta, saber a fondo cuáles son sus miedos, preocupaciones, e inseguridades, y de esta manera trabajar en conjunto. Pero la situación que vivimos, nos ha quitado esa posibilidad, como también le ha quitado a su hijo la capacidad para adaptarse ante este acontecimiento tan estresante.
Que los niños y adolescentes no sepan lidiar con una realidad que los desborda, haciéndoles desarrollar síntomas que les dificultan la vida diaria, es algo normal en estos tiempos.
Pudieran agregarse otros síntomas: una excesiva preocupación, temor a ser separado de sus seres queridos, como usted o los abuelos, una regresión de conductas de cuando era más pequeño, como orinarse…… (después de haber sido controladas).
Por suerte para todos, y en función del manejo que los adultos que rodean a su hijo tengan, la situación pudiera ser transitoria. Es decir, con el tiempo tiende a mejorar una vez que el factor que causa estrés se elimine.
En esta situación los adultos juegan un papel relevante. La sobreinformación si es cierta, solo puede ser asimilada en dependencia de las necesidades de quien la busca y cuando se cuenta con los recursos cognitivos y emocionales necesarios para saber qué hacer con ella. Lo cual no esta pasando con su hijo, pues su etapa de desarrollo no se lo permite.
Estas son algunas orientaciones que podrían ayudar a mejorar el bienestar psicológico de su hijo.
- Ofrézcale confianza y seguridad, dedíquele tiempo y anímele a hablar de la situación, con un leguaje propio para su edad. El virus nos ha roto a todos los esquemas, y la ansiedad es el temor a lo desconocido.
- Espere a que pregunte sus dudas, no infiera información que él no necesita.
- Acepte sus estados emocionales, no trate de evitarlos o ignorarlos.
- Sea paciente, cada niño necesita su tiempo.
- No sobreproteja a su hijo, ya que debe aprender a afrontar situaciones negativas y la única forma de hacerlo es afrontándolas.
- Fomente juegos y actividades que hagan que su tiempo sea entretenido y agradable.
- Reajuste junto a su familia aquellas conversaciones generadoras de incertidumbre y temores. Cuidado con disimular, los niños son capaces de percibir pequeñas cosas.
- Cuide de sus miedos e inseguridades. Es cierto que la situación que nos ha tocado vivir, ha hecho que temamos por la salud y el bienestar propio y de nuestros seres queridos. Pero el sentir de su pequeño puede ser el reflejo de cómo se siente usted ahora mismo.
Usted ha logrado identificar el factor psicopatogenizante que está actuando sobre el equilibrio psíquico de su hijo. Usted es una madre inteligente, consciente y además valiente por pedirnos ayuda. Por lo que las cosas deben marchar bien, pero, si los síntomas de su hijo se prolongan en el tiempo, o aparecen otros nuevos, incluso después del fin de esta situación. Por favor, asista a nuestras consultas. Con mucho placer, como ahora, nos encantaría poder ayudarla, a usted y a su hijo.
Pregunta # 38
Tengo 25 años y vivo con mi madre y mi novio. Mientras más pasan los días más difícil se hace la convivencia.
Aunque somos personas adultas y responsable creo que mi mamá se excede demasiado, al punto de decirles una grosería a mis suegros hace pocos días porque vinieron a visitarnos y no los dejo pasar.
Yo discutí con ella y lanzó un objeto por la rabia que tenía. Mi novio y yo nos fuimos para casa de sus padres porque no aguantábamos más, pero en el fondo entiendo a mi madre, pero también tengo rabia, y ahora no sé qué hacer, porque también lleva varios días con la presión alta por esta causa. Cómo se supone que deba actuar.
Mucho se habla de la familia, de ese espacio donde aprendemos, nos reafirmamos y al que nos debemos en gran medida, pero la vida familiar, la convivencia, no es tarea fácil en ninguna situación.
Como me cuenta, viven en su casa dos generaciones, una de ellas coincidente en edad, aspiraciones, deseos que serían usted. y su pareja, y por otra parte su mamá que, con más años de vida, piensa, comprende y teme de formas diferentes y hasta aquí todo está bien, un típico hogar cubano.
En la realidad que vivimos alrededor de la COVID 19 parece que nada es un exceso, no es casual que hasta el presidente llame la atención de quedarse en casa, no hacer visitas, esperar para que mañana el deseado abrazo pueda materializarse.
Ahora, no todas las personas perciben de igual forma el riesgo, es lo que puede estar pasando con sus suegros, a los que quizás se suma el deseo de verlos e incluso ayudarlos de alguna manera, así que hay dos verdades en una misma foto y lo importante sería que todas ellas quepan, no salirnos del foco y poder disfrutar de esa imagen años después, así que podría ser oportuno que valore, ya que me pregunta cómo actuar, una actuación que va en tres carriles diferentes.
Su mamá: A quien debe dar la razón por su preocupación, o de hecho, por su ocupación. Mire hacia sus tensiones y sus miedos para que le facilite que pueda hablar de ellos, valorarlos en su justa dimensión y a la vez, con base en las medidas de seguridad, construir con su ayuda una estrategia familiar para cuando se den visitas sorpresivas.
Una de ellas puede ser no entrar con los zapatos de la calle, facilitarles que se laven las manos, compartir en un lugar de la casa ventilado y con posterioridad higienizarlo adecuadamente. La otra estaría vinculada a negar la entrada pero buscar argumentos serenos, no hirientes, que permitan que a pesar de la frustración que se experimenta ante un NO, ese NO esté acompañado de agradecimiento, cariño y comprensión.
Si su mamá ha lanzado un objeto por rabia, es una reacción que asumo, por la forma en que lo describes, no es típica en ella pero está hablando claramente de su sobrecarga psicológica, irse de casa no ayuda, es una salida pero no necesariamente una solución, de hecho está apareciendo otros elementos que ahora mismo le hacen dudar de su decisión.
Con sus suegros: Es lógico que esté apenada, pero sería bueno no solo disculpar a su mamá por su reacción sino tratar de que comprendan los motivos y a la vez que reconozcan que se arriesgan innecesariamente cuando se exponen. Si a pesar de eso insisten, pueden planificar con tiempo la visita, activar las medidas de prevención familiar y compartir un espacio sin riesgos, eso implica distancia física.
Es importante que se comprenda que no se sabe quién puede padecerlo, todo cuidado es poco, ustedes como pareja joven son un grupo propenso a tener la enfermedad y no padecerla, y ello implicaría riesgo para otros, no importa que grado de parentesco los acompañe.
Con su novio: Conversar mucho para llegar a consenso como pareja de posiciones precisas ante la pandemia, posiciones de salud para todos y que no serán eternas, responden a una situación emergente. Su papel es muy importante para que sus padres puedan comprender la situación que se ha dado ante la visita.
Aceptar la responsabilidad de cada uno es un reto por eso es tan importante saber cómo los demás están entendiendo el aislamiento físico, cómo lo viven y cuáles son las razones que los llevarían a violarlo, como les sucedió a tus suegros, para después reflexionar si realmente era tan necesario romper esa barrera que ahora mismo, implica salud.
Y por supuesto que el lente de esta cámara fotográfica imaginaria tiene que llegar hasta usted. Puede ayudar en la comunicación clara, abierta entre tu familia pero no es la única responsable, todos deben cooperar. Equivocarse es posible, el margen de error es aceptable hasta en las ciencias más exactas, pero quedarse detenido ahí, sin reflexionar, sin rectificar, no hace bien, se llena el ambiente de orgullo, de rabias, de resentimientos que solo son buenos, de hecho excelentes para alejar personas, acrecentar conflictos, generar malestar.
Culpar a alguien por lo sucedido sería injusto, como afirma Buena Fé “… la culpa, la maldita culpa no la tiene nadie…”, porque la tenemos todos, no hay una sola persona que debe cambiar, para que una familia funcione en armonía más de una cosa, más de una persona debe cambiar, es todo un proceso, no se da de la noche a la mañana, pero funciona, y para bien.
Pregunta # 37
Saludos a todo el equipo. Tengo una gran preocupación con mi familia pues con tanto tiempo en casa, ya no sé cómo manejar la situación, con mis padres y mi hermano de 24 años.
Mis padres, que son mayores, viven discutiendo con él porque sale con frecuencia, al punto de subirle la presión. Yo trato de mediar en todo esto pero no aguanto más, siento que no me hacen caso.
Por un lado tengo la preocupación de que mi hermano pueda infectarse y por la otra la preocupación de que a mis padres les pase algo producto del disgusto con él. ¿Qué puedo hacer con esta situación? Gracias
Un saludo para Usted. Sería oportuno preguntarse en la familia si este comportamiento de su hermano es habitual o si se trata de algo nuevo, las discusiones de sus padres con él, el desafío de las normas de la casa y también su rol de mediador.
De ser cotidiano o no, la recomendación es dialogar entre los cuatro adultos para llegar a acuerdos. Probablemente su hermano no escuche prohibiciones, ni ahora ni antes.
Ahora hay un agravante: si se descuida el aislamiento se descuida la vida. Por tanto no hay opción, se puede ser muy drástico en la familia en cuanto a las reglas, porque les va la vida.
No permitir que ningún miembro ponga en riesgo su vida ni la de los otros. ¿Cómo es posible lograrlo? La respuesta debe ser construida en la familia. Usted puede quedar en ese rol de mediador, invitando al diálogo, pero probablemente no será efectivo si no se miran como adultos todos.
¿Es su hermano el rebelde hijo menor de la casa? (menor psicológicamente, no necesariamente de edad), ¿qué significa que sus padres sean mayores? ¿desde cada lugar como han funcionado? ¿Llevan razón en alarmarse sus padres, perciben el riesgo?
Es necesario romper con el círculo de las peleas y el miedo a que algo suceda, el detenerse en el sufrimiento sin solución. Si hasta ahora la manera de llamar la atención y poner normas no funciona, hay que hacerlo diferente.
Los costos hay que asumirlos y no se preocupe, no será el disgusto de tomar decisiones lo que comprometa la condición de salud de sus padres. La familia es un sistema, modificar esta situación implicará modificar otras.
Pregunta # 36
Buen día, vi su dirección en Cubadebate y necesito que me ayude en una cuestión muy importante.
Mi nombre es Esther Fernández tengo 65 años , vivo en Matanzas, tengo 2 hijos una de 35 años que en estos momentos está embarazada con 30 semanas y está viviendo en otro lugar del municipio y otro hijo varón de 25 años el cual, desde que comenzó el aislamiento social, se mantiene aquí en casa .
Él no cumple adecuadamente con las medidas de aislamiento social se mantiene durmiendo hasta tarde, muchas veces no sale a buscar, los alimentos necesarios para lo que tengo que ir yo.
En horas de la noche sale a la calle con algún pretexto, no bien fundamentado, y hoy específicamente salió de la casa desde las 9 de la noche y ya hace exactamente más de tres horas que no ha vuelto. Él no desconoce lo que está pasando, pero su conducta en este momento no es adecuada, aunque se coloca el nasobuco, se lava las manos cuando llega, pero cuando usted insiste en que lave el nasobuco, que se quite los zapatos etc, vocifera , grita y dice que le quieres «meter el pie «.
Ahora mismo estoy muy preocupada pues a mucha insistencia contestó el teléfono diciendo que está con unos amigos. Ya estoy en una situación límite, a mi hija no la puedo sobrecargar con problemas pues está embarazada y necesito una ayuda aunque sea por esta vía.
Esther, este es un canal que hemos habilitado para ofrecer apoyo ante estas problemáticas. Comprendemos su preocupación, su mensaje nos transmite la incertidumbre y la frustración ante un conflicto que urge ser resuelto, por lo que trataremos de darle algunas alternativas.
Ante todo consideramos que usted debe cambiar su actitud para lograr cambios en la de su hijo.
– Busque el momento oportuno (donde haya calma y se propicie un intercambio) para establecer un diálogo más asertivo con él, es decir, logre usted conversar sin utilizar el menor indicador de violencia emocional o psicológica, utilice palabras concretas, donde no medien amenazas, ni brote su desesperación, maneje la conversación tranquilamente, dígale que es necesario cambie su comportamiento y la angustia que está generando en usted, además del riesgo real que existe ante el posible contagio.
– Ofrezca argumentos que lo conmuevan y le permitan ponerse en su lugar. Dígale que necesita adopte una actitud más cooperadora con usted, esto pudiera ser un discurso rayado para él, pero esta vez cerciórese que la manera en que le transmite el mensaje sea con lenguaje coherente a lo que desea que el devuelva, sin violencia, aun cuando tenga una respuesta negativa trate de no reaccionar igual porque esto no es resolutivo, pero insistimos, con ecuanimidad.
– No use sarcasmos ni ironías, cuide el lenguaje de los gestos, para que la comunicación sea lo más adecuada posible.
– Ponga límites dentro de las funciones de cada uno: “yo me ocupo de esto, tú debes ocuparte de esto otro”. (Debe hacerlo con firmeza para que no sea interpretado como una imposición). Trate de ser coherente entre lo que diga y haga.
– Si no logra que sea receptivo, entonces tiene que acudir a otras redes de apoyo, otro miembro de la familia, quizás el esposo de su hija, un amigo de él, alguien con quien él se identifique, respete y tenga confianza, el médico o enfermera de la familia, el psicólogo que atiende su consultorio, son personas con liderazgo social que pudieran persuadir a su hijo sin que sea interpretado como una agresión.
Nos ponemos en su piel como madre, sabemos que esta situación genera mucha angustia, pero puede ser esta una oportunidad para generar cambios en la comunicación entre ustedes y con ello un mejor funcionamiento en la dinámica familiar.
Siga en contacto con nosotros, simplemente tratamos de hacerle ver que si busca dentro de sí misma podrá hallar los recursos necesarios para afrontar este y cualquier otro reto. Nos da placer ayudarle.
Pregunta # 35
Hola y gracias a los que hacen posible este espacio. Seguramente ya han tocado este tema, pero en mi caso, soy una mujer de 45 años, vivo con mi esposo e hija, además de mis padres y de una tía.
He estado muy ansiosa y con mucha alteración con todo este tema, pero también lo he podido controlar porque todos, en casa, estamos siendo conscientes de la situación y hemos tomado medidas.
Pero desde hace una semana la cosa ha cambiado tanto en mi esposo como mi papá, están saliendo con más frecuencia de lo normal y a veces como ya no les importa mucho el tema del autocuidado.
Esto ha provocado serias discusiones entre todos en casa y ha incrementado mi nivel de ansiedad, al punto de tener que recurrir a un ansiolítico. ¿Cómo manejar esta situación? Porque esto todavía se demora.
Hola! Te agradecemos que cuentes con nosotros para expresarnos tus inquietudes en estos momentos. Entendemos tu preocupación.
Cuando el ser humano convive bajo una situación de crisis o de contingencia, desarrolla mecanismos de supervivencia biológicos, sociales y psicológicos que le permiten adaptarse al medio donde vive, con sus determinadas características.
De manera que la situación sea lo más » normal» o adaptativa posible. En estos momentos le sucede a muchas personas como a tu esposo y a tu padre. Como consecuencia negativa se disminuye la percepción de riesgo y las conductas de autocuidado, exponiéndose aún más al contagio de la enfermedad y con ello a la familia.
Y es precisamente de este término que quisiera que partiéramos: La FAMILIA y sus fortalezas. Ya que todos son conscientes de que permanecer en casa es la mejor decisión y la mejor opción.
Cada familia es un sistema donde cada uno de sus integrantes posee determinados roles y funciones, los cuales pueden modificarse bajo determinadas circunstancias como la situación actual lo exige.
Esclarecer nuevamente cuáles son esos roles y quiénes deben asumirlos con sus respectivas funciones es muy necesario. Sobre todo teniendo en cuenta lo que han informado las autoridades de salud acerca de aquellas personas que poseen mayor o menor riesgo de complicaciones ante la enfermedad. (Población de riesgo).
Contar con varias generaciones en el sistema familiar en ocasiones dificulta la comunicación y el funcionamiento de manera general. Pero también puede constituir una fortaleza si se aprovechan las experiencias y saberes de cada generación en función de un aprendizaje que facilite una mejor convivencia.
Planificar y desarrollar actividades al interior de la familia que involucren a todos los miembros, hará que se permanezca más tiempo en el hogar y más unidos de una forma más placentera. Estás actividades pueden ir desde la toma de decisiones, la determinación de las prioridades principales del hogar y sus miembros, hasta compartir una película agradable para todos o la limpieza general del hogar, entre otras que se emergerán de manera creativa si se construyen entre todos.
Crear un espacio para que cada uno de los integrantes de la familia expresen sus inquietudes, dudas, temores u otras problemáticas, siempre sin agresiones y donde todos se escuchen, y donde también se propongan alternativas de solución; permitirá el acercamiento a lo que piensa cada miembro y ayudará a aliviar el malestar psicológico que genera esta situación y la convivencia de todos.
Cuando por necesidad se deba salir del hogar, al regreso se debe emplear las medidas higiénicas sanitarias orientadas y así se disminuye el riesgo de contagio.
Antes de recurrir a los ansiolíticos, apóyate en aquellos recursos de la medicina natural y tradicional como té, infusiones u otros, que producen un efecto más noble y son menos drogodependientes.
Recuerda que la FAMILIA, en especial para nosotros los cubanos, constituye el recurso más importante que posee el ser humano desde que nace y en circunstancias trascendentales como las que se viven. Si bien cada miembro posee sus particularidades, cada uno contribuirá al bienestar general de la misma, siempre que pensemos cuales son aquellas fortalezas, aquello que los define e identifica como familia a lo largo de su constitución y en situaciones de crisis y de logros.
Pregunta # 34
Hola, buenas noches y gracias por atender al pueblo en medio de toda esta situación del Coronavirus. Tengo una familia bastante equilibrada, mi esposo, nuestra hija de dos años y yo vivimos solos y trabajamos los dos, aunque en esta situación yo estoy sin trabajar. Traje a mi mamá hace un mes para la casa con nosotros porque ella estaba muy nerviosa, con algunas manifestaciones que me estaban asustando. Ella tiene 74 años y está operada de carcinoma de pulmón, lo que hace que tenga mucho miedo pues se reconoce con riesgo. Quiero saber cómo puedo hacer que ella se calme un poco y que actividades podemos hacer en casa para que se distraiga. Gracias de antemano, me llamo Ludey Liudys Izquierdo Carballo.
Hola Ludey, aunque no especificas que manifestaciones presentaba tu mamá cuando decidiste traerla a tu casa, lo cual nos daría otro nivel de información, si es bueno que evalues que para los adultos mayores este es un evento que genera sintomatología ansiosa y depresiva.
Ten en cuenta que la actual situación que vive el país ha modificado el estilo de vida que habitualmente asumían muchos de ellos. En el caso de tu mamá, se une que transita por una situación de adaptación a una nueva convivencia, que aunque refieres es bastante equilibrada, implica un despliegue de recursos personológicos en ella para adaptarse a nuevas normas y roles.
Esto no quiere decir que no sea posible, pero lo real es que el adulto mayor es muy apegado a sus espacios, costumbres y hábitos, es por eso que debes tener en cuenta que habrá momentos en que tu mamá sentirá que añora su hogar.
Lo importante es hacerla partícipe de la nueva dinámica, involúcrala en tareas para que colabore y no se encuentre inactiva, esto la hará sentirse útil. Planea juegos y actividades que impliquen a toda la familia y pídele que brinde sus experiencias sobre la elaboración de alimentos u otra actividad.
Respeta siempre sus horarios de descando y silencio aunque no pierdas la oportunidad para que interactúe con tu hija lo que la hará disfrutar mucho. Lo ideal sería solicitar una ayuda psicológica a través de tu médico de familia al psicólogo que atiende el consultorio ya que no dominamos muchos detalles que sería bueno tener en cuenta para evaluar el estado psicológico actual de tu mamá.
También tienes a tu disposición las direcciones electrónicas de varios psicólogos del territorio lo que permitiría una conversación más privada sobre tus preocupaciones.
Pregunta # 33
Saludos, mi nombre es Carla, tengo 22 años y tengo una gran preocupación que no sé cómo afrontarla. Mi novio y yo pasamos mucho tiempo juntos en mi casa ahora que no podemos salir, pero en ocasiones él se va a casa de sus padres para estar tres o cuatro días y después regresa.
Siempre que esto sucede yo me muestro muy ansiosa, porque tengo miedo que esos días en que no está en mi casa, pueda contagiarse. Siempre que sucede, y que regresa a mi casa, discuto con él porque me imagino que no se cuida lo suficiente o su familia no toma las medidas. ¿Cómo abordar esta situación?
Hola Carla:
Un placer para nosotros contribuir a encontrar una solución para tu problema. Gracias por la confianza!!
Aunque eres muy joven, es apreciable tu responsabilidad para evitar el contagio con el COVID. Hoy es necesario no solo la responsabilidad, sino también la exigencia para detener esta enfermedad, máxime cuando aún existen personas sin percepción de riesgo, creyendo que no son vulnerables al contagio y por ende, asumiendo actitudes que van en contra de todas las recomendadas por científicos y expertos en el tema.
A raíz del acelerado avance de esta pandemia por el mundo, una de las áreas de la vida cotidiana que se ha visto cara a cara con el coronavirus es la de las relaciones de pareja. Digo esto pues para las parejas constituidas, este tiempo está siendo todo un desafío al obligarlos a convivir temporalmente en un espacio limitado, en el que muchas veces deben equilibrar la vida personal con la profesional.
Esta realidad ha contribuido a la aparición de no pocos conflictos, dados por la convivencia, las diferencias de hábitos, las incompatibilidades en los caracteres y sobre todo, los inadecuados manejos de la comunicación entre ambos.
En estos momentos a muchas personas, a nivel
individual, les puede resultar ser difícil saber bien qué es lo que deben hacer ante la amenaza de la enfermedad, lo que puede desembocar en que sea más difícil aún, ponerse de acuerdo en cómo proceder junto con la pareja.
Por ello, deben ponerse de acuerdo en cómo actuar ante la situación. Tu novio debe entender que estás nerviosa. Reconocer esto puede ayudarlos a conversar acerca de cómo proceder cuando él visite a sus padres (aun cuando lo más recomendable sea que él no salga a la calle ni tenga contacto con otras personas).
Cuando haya discusiones, pues refieres que en ocasiones ocurren, el mejor método será retomar constantemente la paciencia y tratar de llegar a un acuerdo.
No obstante, tú como una parte importante de esta relación debes tener cuidado, pues en ocasiones, y producto del miedo a situaciones desconocidas, tendemos a exagerar un poco el peligro.
La exposición constante a noticias contribuye al aumento de las sensaciones de peligro, arrastrándonos a un miedo agudizado así como a un incremento del peligro percibido.
Por eso, insisto en la importancia que tiene que tu pareja reconozca tus emociones, sepa que tienes MIEDO, y no solo a que te contagies, sino a que él se contagie y contagie a toda la familia.
Debes evitar también la exposición a teorías tremendistas o catastróficas. Eso te protege de la sugestión y contribuye a no aumentar exponencialmente tus niveles de alerta. Es importante ocuparte y no preocuparte, focalizarte en lo que puedas controlar y en lo que tienes poder de influencia, y lo que no, intentar disminuir la ansiedad. No debes centrarte solo en pensamientos negativos o exagerados, pues en ocasiones el peor virus puede ser el miedo.
Entretanto, para tu novio es importante que no sobreestime la amenaza: el coronavirus puede ser peligroso, por ello todos debemos tratarlo con seriedad y tomar las precauciones debidas para prevenir la infección.
Su responsabilidad social depende de su autocuidado y el cuidado que haga de las demás personas que lo rodean.
Si tú, él y sus familias siguen el pie de la letra estas instrucciones, estamos seguros de que las posibilidades de contagio serán muchos más bajas y por ende, habrá más armonía y menos conflictos en la relación que ambos están construyendo.
Pregunta # 32
Gracias por habilitar este espacio y darle promoción por los medios de difusión. Mi nombre es Angélica, soy de Pinar del Río y tengo 21 años. La realidad es que les escribo porque estoy en varios grupos de WhatsApp, y he notado que desde hace algunos días mis amigos lo único que hacen es lamentarse por los grupos y enviar mensajes que, si están ansiosos, que ya no saben que más van a inventar, que esto va a durar mucho tiempo más.
Yo sé todo eso, incluso a veces lo llego a sentir, pero quisiera saber cómo pudiera contribuir a reanimar el grupo como antes, que pasábamos largo rato disfrutando en casa de los mensajes.
Saludos Angélica: es grato saber que jóvenes como tú se preocupan por sus amigos y solicitan ayuda para encontrar estrategias que hagan más llevadero este tiempo de emergencias; el cual como tú expresas, ha cargado las redes sociales de información que muchas veces confunde y desalienta.
Primero, me gustaría hablarte de algunas de las causas de este fenómeno que estás visualizando, pues ello te puede ayudar a entenderlo y a comprender mejor a las personas, esta es una premisa importante que nos permite “ponernos en el lugar del otro”, o sea, ser empáticos; de lo cual tú estás dando muestras al expresar en tu pregunta: “incluso a veces lo llego a sentir”.
Creo que, una de las causas que provoca esta situación, es el miedo a las fronteras del tiempo, a la incertidumbre de no saber hasta cuándo estaremos en casa; eso provoca una desesperación que desenfoca la mirada y que hace que los jóvenes se centren en el “hasta cuándo” en lugar de mirar “el aquí y el ahora”.
Otra causa es el temor a los límites del espacio, a creer que el espacio físico fuera de casa es mejor para disfrutar a plenitud, lo que ofrece una sensación de encierro que inmoviliza y les impide a los jóvenes tomar las riendas de su tiempo libre. Aquí hay otra clave del asunto, “el tiempo libre”; pues una de las causas que sustenta el fenómeno, que tú describes, es la percepción social que tienen los jóvenes del tiempo libre.
El hecho de que se quejen de su “aburrimiento”, de su “encierro” y de la falta de sentido de sus actividades diarias es muestra de que solo perciben como tiempo libre a las horas que pasan fuera de casa con los amigos, a las visitas familiares, los paseos o las fiestas; por ello sería oportuno que en la interacción que estableces con ellos a través de los mensajes, hagas comentarios en los que reveles que el tiempo libre también es ese que pasamos en el espacio privado de la casa, siendo dueños de la posibilidad de emplearlo en lo que más nos gusta.
Una forma de ayudar a tus amigos y marcar la diferencia, es “hablar en positivo”, me refiero a que tus mensajes inviten a los jóvenes a apreciar lo positivo que puede tener este inesperado “tiempo libre” que nos ha regalado la Covid-19; pues en tiempos normales ¿qué joven no añora las vacaciones, no desea que llegue el fin de semana, o cuando está en casa, hace todo lo posible para que nadie lo moleste con las tareas hogareñas?.
Entonces ahora que tenemos este añorado tiempo, qué pasa, ¿por inesperado y atípico que sea, no podemos aprovecharlo? ¿es solo beneficioso el tiempo libre que disfruto con los amigos? ¿no es posible un tiempo libre en casa? ¿ahora que tenemos tiempo para las redes sociales no es posible usarlas para nuestro provecho, beneficio y distracción? ¿no son útiles hoy las redes sociales para acortar las distancias físicas desde las cercanías afectivas que ellas permiten?
Con estas interrogantes puedes animar a tus amigos, exhortándoles a aprovechar la flexibilidad del tiempo del que hoy disponen, pues en medio de la emergencia que hoy vivimos, el tiempo se nos da como un inesperado regalo para que construyamos relaciones más fuertes con los de casa, para que apoyemos a mamá y a papá que hoy quizás están en la frontera del deber y necesitan del apoyo de los jóvenes para las obligaciones del hogar.
Se nos ha regalado este tiempo para que reforcemos los lazos de la fraternidad y extendamos la mano a los ancianos de nuestra comunidad llevándoles lo necesario para su sustento; se nos ha regalado este tiempo para hacer las cosas que hace tiempo teníamos pendientes por hacer en casa: arreglar el closet, limpiar el librero, mimar a las mascotas, cuidar de los jardines, hacer los abdominales necesarios, escuchar música, etc.
Angélica, quizás, viste en Facebook hace varias semanas el “reto cumplido”, una especie de juego que consistía que invitar a las personas para que mostraran fotos de épocas anteriores de su vida y fotos actuales. Esto se hizo viral y desde los más jóvenes hasta los de más años acumulados, se sumaron y cumplieron el reto. A lo mejor, entre tus amigos puedes lanzar una especie de reto en el que muestren cómo ocupaban su tiempo libre y cómo lo ocupan ahora desde casa, agrupando al final las ideas más creativas para que puedan servir de ayuda a otros.
Quizás, una manera de redactar este reto, pudiera ser esta: “Amigos, algunos creen que los jóvenes nos estamos volviendo aburridos o que realmente, nunca fuimos tan creativos y por eso algunos se sienten monótonos en casa. Ciertamente hay muchas cosas que podemos hacer en ella por estos días, tómate un minuto y piensa, decide ahora por dónde empezar y hazlas; luego te reto a que subas algunas imágenes que reflejen cómo te puedes divertir en casa de manera creativa. Creo que entre todos podemos aportar ideas que animen a la diversión… ¿te sumas?”.
Angélica, te reto a ti primero a que vivas esto para que tu ayuda pueda partir de tus vivencias personales y sea más apreciada por tus amigos. Aléjate de ese tiempo que llamamos libre, pero que solo nos ayuda a ser temerosos, egoístas y dependientes.
Aprovecha este tiempo, hazlo productivo y placentero. Hay muchas potencialidades y riquezas que aún no hemos descubierto dentro de nosotros mismos y que no tenemos que salir a buscarla afuera. Con ellas, haremos que todo lo que está a nuestro alrededor sea más para los demás y por tanto para nosotros.
Pregunta # 31
Saludos. Me he enterado de este espacio y quisiera aprovecharlo para hacer una consulta.
Trabajo en una empresa como jefa de un departamento. En estos momentos, donde se ha tenido que reestructurar todo, también varios trabajadores de mi área han tenido que quedarse en casa, unos porque tienen problemas de salud y son personas de alto riesgo, y otros porque tienen problemas familiares que atender.
Esto ha generado una sobrecarga en las personas que nos hemos quedado, y aunque entienden la situación, n, as personas que nos hemos quedado, y aunque entienden la situacie salud y son personas de alto riesgo, y otros porque tienenpor momentos el clima se vuelve muy tenso, han aparecido algunos conflictos entre nosotros. ¿Qué sugerencias me podrían hacer para manejar este problema?
Si bien es cierto que la situación actual desatada por la COVID-19 ha modificado la de vida de todas las personas, también está influyendo, de manera directa, en las dinámicas labores de todas las empresas, organismos e instituciones.
Lo primero que hay que considerar es que lo que está sucediendo y lo que están sintiendo es perfectamente normal. Los tiempos de contingencia suelen generar mucha ansiedad en las personas, y esto se refleja de manera directa en su comportamiento.
Por otra parte, estamos asistiendo un proceso de cambio organizacional en tiempo record, proceso que no ha sido planificado, organizado ni construido (como suele suceder) sino que ha sido forzado, dada las circunstancias actuales.
Todo proceso de cambio organizado y planeado genera resistencias en los trabajadores. El miedo a lo desconocido, adaptarse a nuevos modos de trabajo, de estilos de dirección, otras tareas, muchas personas lo viven con mucha ansiedad.
¿Ha pensado usted cómo están afrontando este proceso de cambio, usted y sus trabajadores, en estas circunstancias excepcionales? ¿Ha desentrañado usted si los conflictos son el resultado de una sobrecarga real o de una readecuación de las funciones laborales poco efectiva? ¿Ha reflexionado sobre los cambios que ha tenido que incorporar usted y sus superiores, en los estilos de dirección?
Sobre esas interrogantes quisiera que reflexionara, y estoy seguro encontrará nuevas luces para sortear los obstáculos que esta crisis está colocando en su dinámica departamental.
No obstante, quisiera ofrecerle otras pistas sobre las cuales usted pudiera ir accionando paulatinamente.
- Es preciso establecer, como premisa fundamental para el éxito de la tarea, un adecuado trabajo en equipo. Sabemos que las circunstancias son otras, pero es posible fomentar modos de actuación basados en la cooperación, que contribuyan a elevar el compromiso con el momento que nos toca y como resultado, que la tarea salga y salga bien.
- Para el logro de lo anterior también puede, en función de las posibilidades reales, apoyarse en las personas que se tuvieron que ir a sus casas. Estoy seguro que hay tareas que algunas personas pueden hacerlas desde sus hogares. Esto no sólo aliviaría ciertas cargas de los trabajadores presentes, sino que elevará el compromiso de todos, al sentir que pueden seguir aportando al logro de los objetivos y metas.
- Es preciso buscar mecanismos que actúen como reforzadores positivos de los trabajadores que están trabajando en su departamento.
- Aunque exista un grupo de trabajadores en casa, es preciso que mantenga una comunicación constante con ello. El distanciamiento físico impide reforzar la comunicación cara a cara, pero existen otras vías que harán, no sólo que las personas se sientan atendidas e importantes para la organización, sino que puedan aportar al cumplimiento de los objetivos y metas.
- Recuerde que en estos momentos de crisis, el proceso de toma de decisiones se torna muy complejo. La posibilidad de hacer consultas o de intercambiar determinadas alternativas es casi imposible, en circunstancias donde la inmediatez en la decisión se convierte en un imperativo. No obstante intente establecer prioridades e involucrar a otros, de esa forma las personas sentirán que participan en el proceso de toma de decisiones y eso, y es un resorte motivacional importante.
Pregunta # 30
Saludos, soy estudiante de la UPR y estoy en último año de mi carrera. En estos momentos me encuentro haciendo mi tesis de licenciatura, pero desde hace varios días tengo mucha ansiedad, porque no logro concentrarme, no logro poner una letra.
Mi tutor me dice que avance en lo que pueda, pero el hecho de no saber cuándo puedo defender la tesis y si se van a defender las tesis, aparte de que tengo que hacer un trabajo de campo y no lo puedo hacer, me tiene mal. ¿Cómo podría superar esto? Muchas gracias.
Gracias a ti, por comunicarte con nuestro grupo, permitiéndonos compartir reflexiones que pueden ayudarte… Ojalá muchos estudiantes de pregrado y posgrado, sobre todo en la etapa final de sus estudios, expresaran sus preocupaciones y ansiedades, porque de seguro comenzarían a tranquilizarse un poco, al comprobar que son vivencias compartidas, incertidumbres e insatisfacciones que tienen muchos puntos en común, que resultan naturales y justificadas en la actual situación y que pueden ser superadas de forma satisfactoria.
Existen varias direcciones en las que puedes trabajar para superar lo que te está ocurriendo: lo primero, para ganar en claridad acerca de “el hecho de no saber cuándo puedo defender la tesis y si se van a defender las tesis”, te recomiendo que estés alerta al programa de La Mesa Redonda, pues se anuncia para la semana que viene una edición donde se informarán las decisiones fundamentales tomadas en la educación superior, incluido el tema de la culminación de estudios. Con la meta concreta que tendrás, ya precisada en fecha y tipo de actividad evaluativa, podrás planificar mejor tus acciones.
De todas formas, no te alarmes porque en determinados momentos no te concentres ni logres avanzar. Le ocurre a casi todos, mientras están en un proceso de producción científica, incluso de creación artística también.
Como se suele decir, algunos días, “la musa” está con el creador, las ideas fluyen, se avanza en la tarea, nos sentimos satisfechos con los resultados logrados; pero a otros “se les va la musa” y sufrimos cierto estancamiento, falta de concentración o incluso rechazo al trabajo que se está haciendo. Tómate con calma los días que no te sientes en buena forma (tiempo es lo que más tenemos ahora) y aprovecha los que te sientas con más energía.
En mi experiencia como profesora y tutora, los estudiantes han llegado a confesarme algunas veces: “ya no soporto esta tesis, no quiero verla delante de mí” y pasadas esas crisis, se vuelven a enamorar de sus obras y retoman el ritmo de trabajo.
Eso en circunstancias normales, así que considera, cuanto puede estar influyendo sobre ti, toda la carga de la situación actual, que adiciona otras preocupaciones colaterales, tan importantes como la conclusión exitosa de tu carrera universitaria.
Dos cuestiones sobre las que quiero comentarte, a partir de lo que expresas en tu comunicación:
- El trabajo de campo: Puedes eliminar esta preocupación, porque creo que, de ninguna manera, los decisores de la culminación de estudios, incluirán en la evaluación, los resultados de actividades que son imposibles de realizar en la situación actual y con las indicaciones que tiene la población. De evaluarse este trabajo, deberá darse un tiempo estimado que permita su ejecución.
- Nos escribes: “Mi tutor me dice que avance en lo que pueda”. Probablemente no quiere agravar tus ansiedades con su exigencia, pero paradójicamente, te ayudaría más que te coloques metas concretas, alcanzables y sistemáticas en plazos razonables. La UPR ha llamado a todo su claustro a mantenerse orientando a los estudiantes por las vías alternativas que el Teletrabajo permite.
Puedes expresarle abiertamente a tu tutor lo que estás sintiendo, comentarle acerca de estas orientaciones y juntos elaborar como un plan de trabajo siguiendo la lógica de las tareas de investigación de la tesis.
Será muy gratificante para ti, ir alcanzando resultados; que te revise y retroalimente para avanzar a la siguiente meta y así lograrás seguramente escribir mucho más que una letra.
Y recuerda: Este es un momento esperado y especial en la vida de todo estudiante y su familia, por lo que debes tratar de esforzarte para que puedas alcanzarlo con calidad (sea cual sea la variante que se decida) disfrutarlo y celebrarlo junto a las personas importantes para ti… Tal vez no sea ahora mismo, tal vez resulte de formas diferentes a las planificadas, pero, te repito, haz todo lo que esté a tu alcance para alcanzarlo, disfrutarlo y celebrarlo como mereces.
¡Muchas felicidades por encontrarte ya en esta etapa de tu vida y éxitos en la recta final!!!
Pregunta # 29
Hola, somos los padres de un niño de 9 años y estamos muy preocupados, porque él es un niño muy inteligente, pero sobre todo muy hiperactivo, le gusta mucho jugar con otros niños y siempre teníamos en casa varios de sus amigos. Con esta situación que estamos pasando, nos está comenzando a preocupar que ya no quiere atender la teleclases, dice que son aburridas, que si al menos tuviera a sus amigos viéndolas con él, , y está teniendo un rechazo muy grande a eso. No sabemos cómo manejar este asunto con el niño. Gracias.
Evidentemente lo que más disfrutaba el niño es justo lo que ahora no puede hacer, y es innegociable, pues de ello depende su salud física. Por otra parte, rechaza la actividad que va a garantizar que venza los objetivos del grado que cursa y eso tampoco es negociable.
Esto hace que sea necesario que la familia se centre sin demora en estrategias que permitan revertir la situación. En relación con la necesidad del niño de la interacción física con sus coetáneos, es decir, con sus amigos, será necesario sustituir esta por interacción física con los miembros de la familia pero sobre códigos que sean de su interés, o sea, juegos, o actividades que a él le interesen, y que al tiempo sean capaces de permitir la canalización de la energía que tienen los niños hiperactivos.
Con respecto a las teleclases, objetivamente, esta no es una actividad interactiva, como suelen ser las clases presenciales, de manera que la percepción que el niño tiene no se aleja de la realidad, podría ser acertado cambiar esa percepción, y tal vez con ello su actitud.
A los adultos que conviven con el niño les corresponde el CÓMO, llevar a cabo esa modificación, considero que es una tarea que el niño no debe realizar solo, y la participación de los adultos no debe ser pasiva.
Será necesario apelar a la creatividad de quienes asuman esa tarea con el niño. Sesiones de preguntas y respuestas; pedirle al niño que les explique algún contenido, desplazando el rol del profesor; juegos didácticos… son solo algunas ideas para lograr el objetivo que es en fin que incorpore los conocimientos.
Debe transformarse la actividad individual en una actividad colectiva que sea disfrutable para él, que se transforme en un espacio agradable, que lejos de generar tedio, le resulte placentera, toda vez que sea familiar, pues es esa una edad en que los niños gustan de hacer cosas con su familia.
Es recomendable tener en cuenta los horarios, que no sea en momentos en que el niño ya esté agotado, aun cuando la teleclase sea en esos horarios, pueden postergarse las actividades que él debe realizar para otros momentos más oportunos y en los que su disposición y rendimiento sean mayores. No es recomendable, para conseguir ninguno de los propósitos, regañar o castigar, si no está precedido por una explicación en términos comprensibles. para él de la situación, por qué debe estar alejado de sus amigos, y recibir de ese modo las materias, y siempre debe ser reforzado por una conducta responsable por parte de los adultos, quiero decir, el niño no entenderá lo necesario de estar encerrado si los adultos salen sin necesidad de hacerlo, u otras conductas incoherentes con el discurso que se le propone.
Pregunta # 28
Hola. Gracias por el espacio que es de mucha utilidad para la población. Estoy muy preocupada porque vivo sola con mi mamá de 72 años mi hijo de 7. Tengo mucho estrés encima, porque por un lado, el niño se pasa jugando todo el día, a veces hace ruido, coge una cosa o la otra, y mi mamá se altera mucho con eso y en ocasiones le grita. Yo sé que eso es normal en el niño y más cuando está dentro de la casa por días enteros, pero mi mamá a veces no lo entiendo.
A eso se suma el temor de poder contagiarme, porque soy sólo yo quien sale a buscar insumos, y contagiar a mi hijo, pero sobre todo a mi mamá que tiene otras enfermedades. ¿Qué puedo hacer con esta carga?
La situación que ahora mismo nos aborda, hace que nos sintamos a tope, al límite, y esto es así para cada una de las situaciones que forman parte de la cotidianidad. Lo que antes era rutina y pasaba desapercibido porque formaba parte de nuestro día a día, ahora le sumamos una preocupación con un peso significativo que es la preservación de la salud, no solo la propia, sino también la de su familia.
En su caso particular, usted constituye la proveedora de su familia. Usted no es solo “mamá” e “hija”. Usted es cuidadora, y aseguradora de bienestar, ya sea físico o psicológico. También es mediadora de las diferencias que pudieran existir entre una señora de 72 años (con todas las particularidades personales y de la edad de desarrollo que la caracteriza) y un niño de 7 años, que ahora mismo además de la ruptura con las necesidades psicológicas de la edad, se enfrenta al aislamiento social, a la ausencia de vínculo con los coetáneos, así como a un juego con limitaciones.
Por lo tanto es válido sentirse sobrecargada y preocupada.
El riesgo a enfermar lo tenemos todos, no solo los que trabajamos en el sector de la salud. También usted que sale a buscar alimentos para su hogar y que no puede dejar de hacerlo porque de usted depende una familia. La solución ahora mismo es cuidarse mucho a través del cumplimiento de las medidas higiénicas establecidas por el Ministerio de Salud Pública. Que segura estoy, que usted debe de cumplir.
Con respecto a la convivencia le propongo algunas orientaciones.
- Establezca límites en horarios y espacios que permitan no solo el respeto a la individualidad de cada uno de los miembros de su familia, incluyéndola a usted, sino también favorezca la convivencia de una manera más afable.
- Pida de manera afectiva a su mamá la ayuda y el apoyo no solo con actividades sencillas del hogar, sino también con el cuidado de su niño. La experiencia y la necesidad de trascender forman parte de las características rectora de las personas de la tercera edad. Por lo que sentirse útil e importante tiene un valor significativo.
Con respecto a su hijo, la situación que vivimos conlleva a un desajuste de su rutina también. Pero estar en la casa a tiempo completo no es el equivalente a jugar todo el tiempo, o ver televisión todo el tiempo. Hay responsabilidades que son necesarias.
- Su niño de 7 años puede ayudarla en actividades sencillas en el hogar, que aun cuando el resultado no sea el esperado en un primer momento, el tiempo y la repetición de una misma actividad hará que cada vez las cosas salgan mejor.
- Refuerce positivamente los logros de su hijo, pues junto a los logros usted está contribuyendo al fortalecimiento del desarrollo de su autoestima y personalidad.
- Establezca horarios que permitan que su niño le dedique un tiempo a la escuela, no solo a las clases televisadas, sino también al reforzamiento de los contenidos impartidos con anterioridad. No sabemos cuánto tiempo perdurara esta situación, y los grados primarios de la enseñanza son fundamentales para los estudios posteriores.
Son tiempos que exigen de cada uno de nosotros inteligencia y calma para poder afrontarlos.
La felicito por su capacidad, no solo para llevar una familia a cargo, sino además para pedir ayuda.
Espero que a pesar de las desventajas que la distancia y el no “cara a cara” impone, haber sido de ayuda para usted.
Pregunta # 27
Hola. Mi nombre es Gloria, vivo en un edificio multifamiliar en la Pinar del Río y tengo 64 años. Me preocupa algo y no sé cómo manejarlo. Mi vecina y yo nos llevamos muy bien, somos amigas desde hace más de 20 años, nos visitamos y apoyamos mucho, pero resulta que su hija que es peluquera y trabaja en un negocio particular en un local arrendado, desde que comenzó todo esto, cerraron su negocio y ha comenzado a pelar a algunas personas en su casa.
Yo tengo miedo, porque eso es un riesgo, y por eso, he discutido con mi amiga a punto de negarle la entrada a mi casa, y me siento muy mal con eso y temo que vaya a perder esa amistad tan linda. ¿Qué puedo hacer? ¿Estaré siendo injusta con ella?
Hola Gloria, ante todo mis saludos y gracias por la confianza en la consultoría online.
Lo primero ahora es entender que el momento que vivimos genera muchas susceptibilidades. Los seres humanos estamos, por naturaleza coyuntural, muy irritables.
Una mezcla de emociones está coexistiendo con nosotros, desde la preocupación por el incremento de la epidemia en Cuba, los nuevos casos, el miedo a enfermar, y otros como la convivencia familiar a tiempo completo, los conflictos al interno de la casa, las limitaciones con los recursos de primera necesidad, la gestión de la economía, etc.
En circunstancias como estas, las relaciones humanas solo sobreviven desde la tolerancia, la aceptación de opiniones y puntos de vistas distintos a los nuestros y el perdón.
Además de las múltiples secuelas de la COVID 19, creo que ella dejará estragos importantes en las relaciones interpersonales y es muy sabio de su parte buscar orientación, para que no aparezca en la lista de los damnificados.
Me gustaría que no se sienta culpable con su actitud. Estamos llamados a extremar las medidas sanitarias para prevenir el coronavirus y, lamentablemente, no todos tenemos el mismo nivel de comprensión y, por ende, tampoco de disciplina y responsabilidad. Usted hizo lo correcto. Velar por su salud y la de sus seres queridos. Es lo que toca. Ahora solo nos queda manejar cómo podemos hacer para no dañar las relaciones entre usted y su vecina.
Le propongo lo siguiente: Converse con ella, háblele de sus miedos de enfermar o que enferme su familia, ofrézcale argumentos que quizás ella desconozca. Eso sí, lo más importante es mantener la distancia física, sobre todo porque se sabe que en la casa de la vecina no se toman las medidas preventivas con rigor, al permitir las visitas, lo que está especialmente contraindicado por nuestras autoridades de Salud Pública.
Emplee todas las alternativas al alcance de su mano, con paciencia, sin perder el control. Estoy convencida de que su vecina comprenderá sus razones, las cuales son más que justificadas. No está de más que le recuerde, que por estos días se prohíben visitas.
Todos tenemos personas que echamos de menos, pero la COVID 19 nos obliga a acortar distancias físicas y expresar nuestros afectos desde otras formas comunicativas, dígase teléfono, chat o correo electrónico, por citar ejemplos.
Si la comprensión no llega de inmediato, espere unos días para retomar la llamada y preocuparse por ella y su familia. Sea paciente. A veces, reconocer el error y pedir disculpas, a las personas les lleva un tiempo, que seguramente usted sabrá esperar, por los más 20 años de amistad que las une.
Pregunta # 26
“Estamos teniendo problemas en la casa porque mi suegro se ha puesto muy majadero, todo le molesta, pelea por todo, la tiene cogida con mis hijos, dice que se portan mal, ellos son jóvenes y hacen cosas para entretenerse, más tranquilos no pueden estar, viendo cosas en los teléfonos, tranquilos en la casa sin salir. Mi esposo está trabajando y yo tengo que enfrentar toda la situación de la casa con todos ahí, es difícil. Agradecería algún consejo para tratar a mi suegro en esta situación”.
Respuesta: Gracias por su comunicación que nos da la oportunidad de ofrecerle algunas orientaciones. Los psicólogos no tenemos “una pastillita o jarabe” que le podamos enviar, dárselo a su suegro y “resolver la situación”. Pero sí tenemos la posibilidad de mostrarle algunas aristas de los problemas que muchas veces escapan al sentido común, o que, por estar dentro de la dinámica, no se perciben.
Así podemos ofrecerle orientaciones para modificar la forma en que interpreta lo que está ocurriendo; cambiar los comportamientos que lejos de ayudar, empeoran las situaciones conflictivas o desagradables y como consecuencia, se deben transformar los estados emocionales negativos que está experimentando, por otros más placenteros: siempre contando con su participación activa y esfuerzo para realizar este cambio.
Nos pide ayuda para tratar a su suegro, pero es muy probable que, para ello, necesite involucrar al resto de la familia, comunicarse con todos y realizar algunas acciones para ayudarlo a sentirse mejor, no solo a él, también a usted y a los demás, uniendo esfuerzos como familia.
Cuando leo, que “se ha puesto” majadero, interpreto que naturalmente, su suegro no es así, por tanto, la situación difícil y atípica que estamos viviendo debe tener un importante peso en ese cambio. Probablemente ha modificado su rutina: las cosas que le hacían sentirse activo y útil, no las puede hacer por el momento y le queda mucho tiempo libre, que tal vez ocupa en ver noticias duras y tristes de lo que está ocurriendo, lo que le llena de ansiedad y angustia.
Además, no puede salir, no se encuentra con personas a las que habitualmente ve, con las que conversa y le ayudan a sentir de manera inconsciente incluso, que tiene un lugar en la vida de otros, en el orden natural de las cosas.
¿Se ha preguntado usted si tal vez la actitud de su suegro sea la expresión de que se siente un poco solo, desocupado, angustiado, necesitando un poquito más de atención?
Puedo apreciar que en su casa conviven tres generaciones con intereses, motivaciones y dinámicas de vida muy diferentes, como es lógico. Su esposo trabajando fuera; usted ocupada, asumo, en las tareas domésticas y sus hijos “más tranquilos no pueden estar, viendo cosas en los teléfonos”.
¿Y el abuelo? Tal vez podría usted intentar mover un poco la dinámica de las acciones de los miembros de la familia, lo que enriquecería la propia dinámica de las relaciones entre ustedes. Conversar con todos para combinar las actividades que realizan individualmente, de trabajo y recreativas, con otras que hagan juntos, en las que participe también su suegro. Por ejemplo, en las comidas. En algunas ocasiones, las familias lo hacen por separado, frente al televisor, la computadora u otro entretenimiento, pero puede ser un buen momento para sentarse juntos a la mesa, comer y a la vez conversar un rato, en la tradicional sobremesa.
Nuestros abuelos por lo general no están familiarizados con las tecnologías modernas, que con tanto placer disfrutan los jóvenes, empleando mucho tiempo sin aburrirse. Probablemente sus hijos prefieran estas actividades, pero considero que puede ayudar, que sustituyan en determinados momentos estas preferencias, para compartir otras actividades, o juegos tradicionales, que sean del agrado del abuelo. Por ejemplo, el dominó, parchís, cartas, u otros, que, aunque no se tengan en físico, muchas veces, tienen sus aplicaciones para teléfonos y tabletas, que se pueden utilizar en familia.
Estas son algunas ideas, porque el propio abuelo puede expresar lo que le gustaría hacer con sus nietos, siempre que se le acerquen cariñosamente, le pregunten, le propongan, le ofrezcan alternativas: por ejemplo, desempolvar fotos, historias y recuerdos, generalmente resulta del agrado de los mayores… Pienso que su suegro puede cambiar para bien su comportamiento y además todos sentirse más unidos como familia, con mayor bienestar en el hogar.
Para nuestros lectores: Escuchamos mucho por estos días que toda crisis genera oportunidades. Hasta ayer, se repetía la frase: “el tiempo no me alcanza”. Hoy tenemos, por desgracia, el tiempo y la oportunidad; seguimos teniendo el poder de decidir qué hacemos con nosotros mismos, con las cosas que sí podemos cambiar. Entonces la invitación es a pensar no solo en el YO, también en NOSOTROS y en LOS OTROS… Como el pequeño colibrí que, con sus alas, colaboraba para apagar el fuego del bosque y respondía a los escépticos: “Yo sé que solo no puedo apagarlo, pero estoy haciendo mi parte”.
Pregunta # 25
Hola soy de La Habana y tengo 27 años de edad y una niña de 4. A pesar
de no tener ningún problema de salud aparente, todos en mi familia me dicen que
soy hipocondriaca desde que comenzó todo esto del coronavirus.
Ya hoy llevo 22 días sin salir a la
calle y cada vez que escucho las noticias relacionadas con este tema entró en
una especie de shock me da dolor en el pecho, taquicardia y prácticamente en mi
mente me vienen ideas de que puedo estar infectada por el virus, a pesar de no
tener contacto con nadie.
Esto me genera muchísimo miedo en tiempos normales, casi siempre me siento estresada pero ahora siento que se me va de las manos y temo que mi salud se deteriore. Gracias por su atención y espero su consejo
Respuesta: Saludos. Lo importante en tu caso es saber que hay una realidad que no podemos ignorar, hay una pandemia que está generando altos estados de ansiedad, de depresión, alteración en los patrones de sueño y alimentación en muchas personas en Cuba y el mundo, no sólo en ti. Esas reacciones emocionales intensas, ante situaciones de emergencia como la que estamos viviendo, son totalmente normales.
Tienes que considerar que la salud emocional está muy ligada, también a la salud física, en esa relación indisoluble mente-cuerpo, por la cual tenemos que velar constantemente.
La exigencia que presentas en cuanto al cuidado y autocuidado es buena, eso te ayuda a asumir comportamientos responsables y con ello reducir la probabilidad del contagio.
No obstante, es necesario buscar un equilibrio en cuanto al miedo, ni debe ser tan excesivo que te paralice, ni debes minimizarlo, que provoque te expongas.
Y es en ese sentido que también la sobre carga en cuanto al cuidado y autocuidado debes modularla, sobre todo por las manifestaciones comportamentales que presentas y que algunos (incluyéndote a ti) han comenzado a llamar hipocondría.
Sería muy saludable aprender técnicas de relajación y de esa forma buscar un horario, dentro del hogar, en que puedas estar lo suficientemente tranquila como para dedicarle un tiempo. También puedes practicar algún tipo de gimnasia localizable, lo cual ayudaría a reducir el estrés.
Finalmente, la sobresaturación de la información es perjudicial. Mantenerte informada a partir de las fuentes oficiales de cómo se está comportando el virus, sobre todo en nuestro país, es muy necesario, pero buscar más información, de otros lugares y está permanentemente queriendo saber más, te expones al riesgo de que leas noticias falsas, pero sobre todo que se incremente tu estado de ansiedad.
No dude en contactarnos ante cualquier preocupación.
Pregunta # 24
Soy madre de una niña de dos años. Su papá y yo estamos separados pero mantenemos comunicación y él se ocupa de ella los fines de semana. Desde que comenzó la situación de la pandemia en Cuba, el decidió que solo yo debía hacerme cargo de la niña. Yo no estuve de acuerdo, pero nada puedo hacer si él no quiere cuidarla. Yo estoy molesta pero eso no es el principal problema.
La niña lleva aproximadamente 20 días sin verlo, él solo ha llamado dos veces para recordarme que no va a cuidarla (no lo dice de esta forma, primero dijo que estaba enfermo y luego está enferma alguien más de su familia y por eso su casa no es un buen ambiente para la niña).
Desde entonces la niña despierta en la madrugada llorando a su papá, si la regaño o castigo o requiero por algo que ha hecho incorrecto se pone a llorar y lo menciona, imagina que lo llama, habla de él en sus juegos.
A veces esta triste e incluso se resiste a comer porque quiere ver a su papá.
Yo me siento manipulada y violentada, frustrada por que no puedo hacer nada para transformar la situación.
No quiero hablarle de lo que está sucediendo para que no parezca que invento esta situación para que se haga cargo, pero por otro lado pienso que debe saber lo que está sintiendo su hija.
Yo conozco los peligros de salir por estos días, pienso que soy una madre responsable, pero vivimos en la misma ciudad, a unos pocos kilómetros, pienso que es perfectamente posible compartir los cuidados de la niña. Ambos somos profesores universitarios, estamos trabajando en casa en estos momentos, para mí es aún más difícil, porque debo cuidar de la niña e intentar hacerme master.
Lo más importante para mí ahora es saber cómo manejar mis emociones y las de mi niña para poder ayudarla a superar este momento. No sé qué hacer porque ella tiene dos años. Por favor si me puede ayudar. Muchas gracias
Respuesta: Esta situación de aislamiento y minimización del contacto físico ha modificado la dinámica de todas las familias, independientemente de su funcionamiento específico.
Que la persona que vive con la niña sea quien la cuide, está dentro de la lógica que requiere esta contingencia, así como que ella no reciba visitas de otros familiares, como una medida de protección; lo que no quiere decir que eso implique un aislamiento emocional.
La edad de la niña no le permitiría comprender la gravedad de la situación epidemiológica pero puede ayudar mucho sustituir la interacción física que tenía con su papa, por otros tipos de comunicación, puede ser teléfono o videollamadas, si tienen la posibilidad.
Sería bueno aprovechar la comunicación que hay entre los padres, para conversar sobre lo que sucede a la niña, que el papá sepa lo que sucede puede facilitar que ambos piensen una estrategia compartida que permita estabilizar la situación emocional de la pequeña, y eso, además, funcionaría como apoyo para ti en el manejo, y la consecución del restablecimiento de los hábitos.
Claro está, que los adultos que de cualquier manera interactúen con la niña deben establecer en primer lugar una comunicación basada en la comprensión y la comunidad de intereses, ambos padres deben estar de acuerdo en lo que quieren lograr con su hija, partiendo de la idea de que las emociones de los adultos no son ignoradas por los niños; si los adultos están incomodos, molestos, agresivos, los niños lo perciben y es altamente probable que se sientan y comporten de la misma manera desde sus códigos.
Si la niña quiere hablar de su papá, o llorar por él, es justo acompañarla en ese momento, responder a lo que pregunte con naturalidad, mimarla, sin victimizarla, e intentando explicar la ausencia en un lenguaje que sea comprensible para su edad y su capacidad de comprensión.
Por otra parte, y ya de manera general, realizar actividades con los niños durante el día, en ausencia de sus actividades de juego con otros niños, puede favorecer un gasto de energía que es necesario y que aportará a la calidad e higiene de hábitos como el sueño o la alimentación, además que mejorara considerablemente su estado de ánimo, y minimizará o eliminará la manifestación de síntomas como la tristeza, la irritabilidad y la hiperactividad.
Pregunta # 23
Buenas tardes. Saludos. Tengo un niño de 12 años y lo noto un poco ansioso, le doy algunas actividades, le he traído películas y aun así se manifiesta como tal, nos asusta con regularidad, (viene por detrás y nos da un susto), se levanta, camina, se acuesta tarde (aunque lo despierto a las 9:00 am para las tele clases)… ¿qué otra cosa puedo hacer?
Respuesta: Estimada mamá que nos escribes solicitando orientación:
Es una realidad que nos desborda el hecho de llevar varias semanas bajo los efectos de esta situación, que nos mantiene preocupados por lo inesperada, nueva y limitante.
En estos momentos estamos más preparados para entrar en otra fase en cuanto al funcionamiento social, personal y familiar donde actuemos de manera más responsable y consciente, donde reorganicemos nuestras dinámicas en función de esta situación, que según se nos ha informado tardará un tiempo más en resolverse.
En esto radica mi primera sugerencia, que evalúe cómo va llevando las cosas en su familia, particularmente en la cuestión educativa con el niño. Considero que podemos ahora manejar mejor nuestros sentimientos, pensamientos, comportamientos, detectando aquellos que no nos están ayudando a sobrellevar la situación.
Estamos retados a continuar buscando vías, sobre la base de las reglas de oro, para cualquier afrontamiento efectivo de una situación estresante como el mantenimiento de una posición positiva, optimista, relacionado con la confianza de que tenemos el potencial para enfrentarnos de manera más eficaz, (la habilidad para solucionar los problemas como ahora mismo estás haciendo).
Te exhorto a que delimites bien cuál es el problema que realmente tienes con tu niño y comunicarte bien con capacidad para escuchar, dialogar, intercambiar sobre todo con tu hijo adolescente, que puede llegar a ser tu compañero en esta contingencia.
A estas reglas se une la creciente puesta en práctica de ideas creativas, propias de cada familia y ajustada a las motivaciones de cada niño para que den un buen resultado.
En la relación con los niños, educativamente hablando, se da una cierta circularidad, pues una actitud de nosotros repercute en ellos y viceversa, y si se trata de un adolescente más, pues su hijo está entrando en una etapa donde los cambios que experimenta tienen una fuerte implicación en el ambiente familiar.
Los padres somos los principales mediadores de todo su proceso educativo y no podemos perder esas riendas, pues tenemos que cumplir con esa función educativa en su aspecto de protección y apoyo psicosocial. Por esto, te exhorto a que revises tus propias reacciones psicológicas, porque puedes sin proponértelo estar trasmitiendo reacciones desajustadas a tu niño.
Mamá que nos escribes, es propio de una situación como la que vivimos que aparezcan reacciones psicológicas, que desde aquí no puedo diagnosticar, como síntomas, porque no estamos evaluando directamente al niño, que pueden ser solo mecanismos adaptativos del niño a la nueva situación que no sabe procesar, o tratarse de una demanda de atención, o una alteración propiamente dicha.
Está descrito en la literatura algunas manifestaciones psicopatológicas en situaciones vitales de una intensidad considerable, que aparezcan algunas manifestaciones psicopatológicas como la ansiedad, dificultades en el sueño y la alimentación, actitud expectante, inquietud, dificultades para la concentración, entre otras.
Pero, estas conductas pueden tener un origen diverso, pudiendo deberse a temores derivados del riesgo de la salud por los efectos de la Pandemia, o solamente por los efectos del cambio de condición de vida que limita su actividad habitual, o en casos peores a la interinfluencia de otros estresores con la nueva situación, entre otros.
Los padres somos la principal red de apoyo y si hacemos adecuadamente nuestro papel, seremos los principales agentes protectores para enfrentarse a esta situación que es tensionante, y que lleva intentar atenuarla o hacer ajustes sobre esto que nos provoca estrés para mantener el equilibrio.
Por lo anterior te recomiendo algunas medidas a tomar que son efectivas para esta situación en particular, como por ejemplo: ocuparles el tiempo y ayudárselo a organizar, yo le recomiendo que como se trata de un adolescente, que le proponga algunas tareas del mundo adulto, quehaceres del hogar, que él pueda realizar.
Todas esas actividades potencian la confianza y su autoestima, conveniar y comprometerlos con los horarios, deberes, rutinas, dejarle hacer alguna actividad dentro de lo razonable que a él le guste, exhórtalo que haga ejercicios físicos o si no, bailar, recordemos que esta situación es opuesta a la energía que tienen los adolescentes, por tanto hay que canalizarla y/o desplazarla a otras actividades que potencien su autonomía e independencia.
Incentivar que mantenga vínculos con sus amigos por otras vías no convencionales. Les invito también a que se hable de sus preocupaciones y comprendamos que no tienen madurez para autorregularse, somos nosotros quienes debemos ayudarlos en ese sentido y acomodarnos a sus cambios de humor e ideas aparentemente irracionales, conservando el respeto por ellos.
Haga lo posible porque la lucha por el control no se convierta en un conflicto, trate de que haya siempre equilibrio entre usted y él, y eso depende mucho de usted que es la parte más madura de la relación.
Los niños solo sortearan esta situación con la ayuda de los padres o adultos responsables ellos, a pesar del desarrollo que vayan alcanzando no tienen la madurez para analizar toda la envergadura de la situación que vivimos, no obstante, con tu hijo adolescente puedes intercambiar alguna información objetiva, honesta y exacta sobre todo centrada en cómo debe cuidarse y lo que él puede y depende de él para incentivar la competencia del autocuidado.
La felicito por su esfuerzo y preocupación por buscar alternativas para el desarrollo psicológico pleno de su hijo, por tener la sensibilidad y el sentido crítico de lo que está haciendo y lo que le falta por hacer, pero en estas condiciones, realmente, siempre habrán necesidades nuevas que nos impulsen a hacer nuevas cosas que ayuden a paliar la misma y tenemos que empeñar todas nuestras energías para lograr que llevemos la situación lo más saludable posible, psicológicamente hablando.
Pregunta # 22
Hola, primero que nada, quiero felicitarlos por esta grandiosa idea, últimamente es algo muy necesario para personas que realmente necesitan ayuda u algún consejo.
Mi nombre es Ana Karla y vivo en la Habana. Soy una estudiante de preuniversitario. Les escribo porque estoy pasando por una situación muy difícil en estos momentos. Llevo casi un año con mi pareja, tenemos una relación muy hermosa.
A principios de marzo lo citaron para el servicio militar y se encuentra pasando la previa actualmente. Cuando informaron en el país las medidas de aislamiento social, fueron reduciendo las visitas hasta prohibirlas, cosa con al que estoy de acuerdo porque son medidas para evitar la propagación del contagio de esta pandemia.
Desde que supe que mi novio se iba a quedar sin visitas me deprimí mucho. Lo único que hacía era contar los días hasta que él terminara la previa para poderlo ver. Cuando supe que aunque terminara la previa no lo iban a liberar me derrumbé completamente.
Esta es la situación que me tiene deprimida todos los días sin poder dormir. Espero que puedan ayudarme, muchas gracias por su atención.
Respuesta: Hola Ana Karla, gracias por tus felicitaciones y por considerar que esta iniciativa resulta útil para muchas personas. Es aún más gratificante cuando adolescentes y jóvenes como tú así lo perciben.
Nos cuentas tus preocupaciones e inconformidades relacionadas al tránsito de tu novio por el Servicio Militar Activo (SMA) durante esta situación de salud que atraviesa nuestro país. Trasladar las mismas hacia la Región Militar a la cual se subordina su unidad militar, te ayudará a encontrar respuestas relacionadas a la dinámica del SMA, a conocer cuáles son los derechos y deberes de los jóvenes insertados en el mismo. Estamos seguros que en estos sitios se cuenta con equipos de profesionales calificados para evaluar manifestaciones de estrés y ofrecer respuestas a ello.
También nos dices que te encantaría poder hacer algo por tu novio. ¿Qué hacer por él? Primero comenzar haciendo por ti, lo que depende de ti y está al alcance de tu realidad objetiva. Sobre todo, aquello que tiene mucho que ver con la relación amorosa que sostienen ambos en estos momentos.
Mientras transcurre el tiempo, y como bien dices, no está definido cuándo acabará está situación, se demandará de ti (de ambos) un mayor empeño y creatividad para vivir la relación de una manera diferente, donde la distancia no será sinónimo de desamor, más bien pondrá a prueba tus recursos personales y de otra índole para sostener la relación, mantener su intensidad y fortalecerla.
*»Contar los días», pero esta vez no sólo desde un calendario, puede hacerte sentir mejor. Apóyate en un Diario donde puedas expresar todas aquellas emociones, recuerdos, deseos y por qué no, insatisfacciones, dudas, temores que arrojan esta nueva fase que vives de la relación.
Quizás en lo que escribas puedas encontrar inspiración para enriquecer el vínculo emocional y ser a la vez, fuente de inspiración para otros jóvenes que como tú viven o vivirán una situación similar. También te permitirá aligerar el peso de las emociones que hoy vives.
*Acercarte a materiales literarios o audiovisuales como «El amor en los tiempos del cólera» de Gabriel García Márquez, las cartas de amor entre Ignacio Agramonte y su novia y esposa Amalia Simoni o la serie cubana «Algo más que soñar», te permitirá identificar situaciones similares a las que hoy vives además de proporcionarte un aprendizaje y disfrute quizás novedosos.
* Puedes escoger el rol que asumirás ante esta problemática. Si ofrecer apoyo emocional en estas circunstancias, transmitiendo mensajes positivos, optimistas y dirigidos hacia una proyección futura, relacionada fundamentalmente a lo que podrán hacer cuando vuelvan a compartir sus tiempos juntos. O convertirte en eco de los factores negativos, sin propuestas o alternativas de solución, que refuerzan o aumentan aún más el malestar que les produce esta contingencia.
* Aunque hoy refieres que serás feliz con el regreso de tu novio a su hogar, también puedes encontrar felicidad en todo aquello que te rodea, como tú familia, en todas aquellas acciones que realizas para vivenciar una relación placentera y superar los obstáculos que se imponen con el aislamiento y el distanciamiento social, hoy necesarios como bien sabes, pero ante los cuales, sin dudas, el amor prevalecerá.
Pregunta # 21
Saludos. Soy el responsable de una unidad gastronómica en la provincia Pinar del Río. Cuando se tomaron las medidas del cierre de los establecimientos gastronómicos, sólo en venta para llevar y entrega a domicilio, tuve una reunión con todos mis trabajadores y nos organizamos en grupos y fechas distintas.
Todo iba marchando bien, pero desde hace varios días he notado el miedo que tienen los trabajadores, muchos no quieren venir, ponen cualquier pretexto para no hacerlo, y eso hace que nos sobrecarguemos otros y que hayan comenzado algunas manifestaciones de intolerancia.
Tenemos controladas todas las medidas de seguridad pero así y todo el miedo persiste. ¿Cómo administrador, qué me orienta que deba hacer?
Respuesta: Gracias por confiar en nosotros para trasmitirnos su inquietud. Lo que usted plantea es una realidad que atraviesan muchas instituciones, organismos y empresas en nuestro país.
La actual emergencia sanitaria nos está colocando, en nuestros centros de trabajo, ante una situación nunca antes imaginada, por tanto, las estrategias de afrontamiento, tampoco han sido planificadas. Hemos tenido que recurrir a ensayar nuevas acciones, modos de actuar y de funcionar en circunstancias excepcionales, bajo una premisa fundamental, el cuidado y el autocuidado de nuestros trabajadores, que es también el de los clientes, las familias, los vecinos y la sociedad en general.
Esto constituye, a todas las luces, un cambio organizacional en tiempo de crisis y como tal se levantan ciertas resistencias intrínsecas a estos procesos. Lo importante es que se pueda compartir, con los trabajadores, la magnitud y alcance de lo que vive esa institución.
Se debe resaltar la necesidad de ese cambio reactivo, producido por la actual emergencia, y que como grupo, deben adaptarse a ese proceso y ser creativos para afrontarlo.
La mayoría de las personas hoy viven con miedo, pero si ese miedo lo sabemos gestionar, puede dejar de ser paralizante, como usted mismo dice de algunos compañeros en su centro.
Es preciso brindar información clara de las medidas adoptadas por la institución para proteger a sus trabajadores. Eso reducirá el nivel de incertidumbre. Una vez que esto se logre controlar, es preciso enfocarse en la misión que tiene su institución, resaltando el aporte social que en estos momentos cumplen las unidades gastronómicas, realzando el valor de la contribución que todos los trabajadores puedan hacer para frenar la pandemia.
Intente involucrar a sus trabajadores, no solo desde el compromiso antes mencionado, sino desde otros mecanismos de recompensas que pudieran aligerar ciertas cargas personales.
Lo importante en este momento de crisis para su organización es, en primer lugar, que las personas sean responsables en el cuidado de los otros y el autocuidado. Luego, como administrador de la unidad gastronómica, intente enfocarse en las fortalezas que tiene en su equipo de trabajo y trate de ponerlas en diálogo para construir una estrategia de trabajo que sea efectiva para este tiempo de crisis, donde puedan cumplir, hasta donde alcancen, con su encargo social, pero sobre todo, donde prevalezca el compromiso por la salud y el bienestar de los trabajadores y de la sociedad en general.
Pregunta # 20
Buenas tardes. Les quiero pedir ayuda porque no aguanto más a mi madre. Ella está obsesiva con la higiene, con las entradas y salidas de la casa, si alguien sale a la esquina nos obliga a bañarnos, dos y tres veces al día, también limpia la casa varias veces, y eso hace que tenga muy mal carácter, nos grita mucho y no aguanto más.
Y yo soy precavida, pero me parece que mi madre se fue de rosca. ¿Qué me puede decir?
Respuesta: Estimada amiga, la sensación de estar frente a una amenaza o un peligro como el que enfrentamos con la pandemia de la Covid-19, se asocia con el estrés y la ansiedad; lo que puede debilitar el sentido de seguridad y generar sensaciones de caos, aumentando la tensión y provocando reacciones como las que describes sobre tu mamá.
Si lo miramos por el lado bueno, creo que “no se fue de rosca”, más bien se aprecia precavida, solo que lo asume de manera diferente.
Su obsesión con la higiene y las medidas preventivas, son muestras de su percepción de riesgo, ese que es necesario fomentar en cada ciudadano cubano para juntos hacerle frente a esta pandemia; algo que resulta muy complejo porque la percepción de riesgo es un proceso subjetivo, individual y, por tanto, influenciado por situaciones y experiencias personales que nutren el sentido de auto-responsabilidad y apego a la vida e incitan a cumplir las medidas de prevención ante los riegos.
Si lo miramos desde otra arista y consideramos que tu mamá está asumiendo conductas excesivas, es necesario realizar algunas acciones. Por ello, en términos prácticos, te recomiendo establecer un diálogo familiar para reconocer las maneras en que cada miembro percibe el riesgo y para develar las estrategias personales de enfrentamiento a la situación.
Este diálogo hará que tu mamá se sienta más comprendida y se puede aprovechar el mismo, como un espacio para compartir saberes sobre la pandemia, desmontar mitos y asumir conductas coherentes con la situación, haciéndole comprender a tu mamá que hay maneras de cuidarse sin llegar a conductas obsesivas.
Este diálogo les permitirá llegar a un consenso en las acciones que asumirán como familia para cuidarse, para restructurar los hábitos de orden y regularidad, principalmente en la higiene, pero también en todo lo demás que concierne a la convivencia; lo cual, sin dudas, aportará la seguridad necesaria para salir de la sensación de caos inminente que aprecias en tu mamá, y favorecerá la estabilidad en tu ambiente familiar.
Ahora bien, estoy de acuerdo en que una cosa es la percepción de riesgo y otra muy diferente es no percibir el riesgo de aquello que hacemos por otros, incluso con las mejores intenciones.
Hago referencia a tu inquietud sobre las reacciones emocionales negativas de tu mamá. Sobre ellas, es importante que conozcas que ante sucesos vitales, intensos y extraordinarios como los que vivimos en estos momentos, se pueden suscitar reacciones tales como: la ansiedad, la impotencia, el miedo, la irritabilidad y la hiperactividad, entre otras. Ellas son normales ante la presencia de una amenaza como la Covid-19, pero en muchas ocasiones, quien la vivencia, no es consciente de ello; puede que este sea el caso de tu mamá, por eso, se impone el diálogo.
Por otra parte, te sugiero que valores si las reacciones que percibes en tu mamá están asociadas directamente a su percepción del riesgo o se derivan de la falta de comprensión que ella distingue en quienes le rodean.
Si existen diferencias en los niveles de percepción de riesgo y los otros en casa no le confieren el mismo valor que ella a la realidad que vivimos y a las medidas preventivas, sus reacciones negativas pueden estar dadas por eso.
No estoy cuestionando la asunción de las medidas por parte del resto de la familia, solo quiero reconocer que los adultos, y en especial las madres, por el rol que se les ha asignado socialmente de protectoras y cuidadoras de sus hijos y del ambiente familiar, asumen con mayor ansiedad estas situaciones de tensión.
Las madres sienten satisfacción del deber cumplido al realizar aquellas labores que se esperan de ellas, sobre todo, las que comprometen la integridad, la salud y la vida de su familia.
Es menester un equilibrio desde el cual la familia cumpla las medidas indicadas para cuidarse y para hacer que tu mamá se sienta más tranquila y comprendida, ello disminuirá sus niveles de tensión y sus reacciones negativas.
Te exhorto entonces, al diálogo, la paciencia y la empatía para disfrutar, en familia, de lo bueno y lo delicioso que es habitar juntos en armonía.
Para reflexionar |
A propósito de lo que vivimos en estos días, les regalo una reflexión, deseando que se desdibuje la frontera que separa el “tu”, el “yo” y el “nosotros”. Esopo (620-564 a.C.) el célebre fabulista de la antigua Grecia, compuso una fábula literaria en la que los dos hijos de una familia estaban constantemente peleándose y procurando irritarse mutuamente. El padre se entristecía por su conducta y deseaba enseñarles una lección que pudieran recordar. Un día llevó a la casa unas ramas finas y secas atadas en un manojo. Retó a sus hijos a quebrar el manojo. El menor intentó primero, después su hermano; pero ninguno de los dos fue capaz de partirlo en dos. A continuación, el padre desató la cuerda y, separando los palitos, los fue entregando y pidiéndoles que los rompieran. Por su puesto que así lo hicieron sin ninguna dificultad. La lección fue simple pero significativa: “Si permanecen unidos, serán fuertes y nadie podrá vencerlos, pero si se dividen, cualquiera podrá quebrarlos sin esfuerzo”. En buen cubano, diríamos: “en la unión está la fuerza”. Si lo sabemos, pongámoslo en práctica, en la vida lo importante y lo decisivo no es solo lo que aprendemos, sino también lo que ejecutamos, porque la vida es acción y no lección… es hora de actuar… unámonos para ser más fuertes. |
Pregunta # 19
Saludos. Agradezco la oportunidad de ayuda profesional. No quiero mencionar mi nombre, porque temo que alguien pueda conocerme. Vivo con mi esposo y mis dos hijos adolescentes.
Hace pocos días estuvimos en un centro de aislamiento por sospecha, pero ya salimos y eso me ha puesto muy mal, porque estoy obsesiva y no quiero que nadie ponga un pie fuera de casa. Eso ha hecho que discuta con mi esposo porque él no entiende y todavía sale a la calle, al punto de que he sido violento conmigo, incluso delante de mis hijos.
¿Creen ustedes que yo estoy haciendo las cosas mal? Tengo miedo no superar esto.
Respuesta: Buen día. Un gusto poder compartir con Ud. algunas ideas que asumo valorará.
Ante todo quiero que sepa que lo que le sucede es completamente normal en este minuto y responde a una reacción lógica, asociada a la fuerte vivencia de saberse en riesgo, de saber a su familia en riesgo y amenazada la seguridad de la vida. A ello se suma la preocupación, la ansiedad y el pánico y todos juntos comienzan a jugarnos malas pasadas, tal y como le sucede.
Enfrentarse a ser tratados de forma aislada como exige la pandemia por su nivel de contagio, frente a un personal totalmente instrumentado, en un entorno desconocido, cargado de tensiones subjetivas implica que hoy, después de esa experiencia, queden síntomas que la hacen sentir mal y puede aparecer incluso dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, respuestas lentas, entre otras manifestaciones.
Pero no crea que esta realidad dejó huellas solo en Ud., lo hizo en cada uno de los miembros de su familia, lo que todas las personas reaccionamos de manera distinta ante una situación estresante, no es solo la situación concreta, sino como cada quien, desde sus características individuales, la vive.
Posiblemente las reacciones que hoy le sorprender de su esposo también respondan al estrés que él experimenta, y por eso las escenas de ira que lamentablemente han llegado a la violencia.
Estoy obligada a detenerme aquí, no quiero justificar la violencia de ninguna manera, aunque sí creo que hay preguntas que nos pueden ayudar a entender por qué aparece.
En su caso puede responderse desde las propias tensiones vividas, la marcada ansiedad, el miedo al virus, preocupaciones por los seres queridos, preocupaciones por los resultados del tratamiento y el propio miedo a la muerte. Y si a ello sumamos que culturalmente no ha sido permitido al hombre mostrarse débil ni inseguro, posiblemente se maneje con iguales sensaciones que Ud. pero se siente incapaz de expresarlas.
La pregunta que hace tiene una respuesta posible: No está haciendo mal, lo que quizás los modos de hacer son los que pueden modificarse para que no resulten estresantes, provocadores, generadores de impotencia y angustia para los otros.
Pedir cuidados extremos frente al virus más que necesario es obligatorio hoy, pero coincidirá conmigo en que hay muchas maneras de exigir este cuidado. Palabras devaluadoras, retadoras, hirientes, culpabilizadoras, repetidas una y otra vez de manera desaforada generarán solo tensión, malestar, resistencia y dolor familiar.
Es posible superar esto y hacerlo dependerá mucho de la autoayuda que se genere en su propio hogar. Compartan lo que sienten, expresen sus miedos, reevalúen la situación, reorganicen cómo proponen agenciarse la vida a pesar del virus.
La palabra cuidado es esencial, pero podemos adornarla, enriquecerla, comprendiendo cómo cada uno está entendiendo ese cuidado, cómo cada quién cree que lo logrará.
Es preciso rescatar sentidos y certezas que le permitan continuar, aceptar que superaron una primera aproximación al virus y que estar juntos, es un privilegio que necesitan disfrutar, hacerlo consciente, es ahora mismo una excelente foto de la felicidad.
Dos adolescentes en casa suman un añadido a la situación, la mirada de ello al problema es importante, no para criticar y cuestionar, sino para buscar estilos de vida que garanticen la “tranquilidad” de todos. En poco tiempo no necesitará poner comillas a la palabra tranquilidad.
Lograr comunicar lo que les pasa sin quejas y reclamos innecesarios es un buen camino para comenzar, es preciso que contribuya no solo por los otros, sino por Ud. misma para que al decir de Silvio Rodríguez, aprenda a ver que “… mañana es un mundo habitable, lleno de instantes, promesas y besos y sueños…”
Todos somos responsables, Ud. no es la única, confíe en que los demás también lo harán bien y acompáñelos en el empeño de lograrlo.
Pregunta # 18
Hola a todos. Me he caracterizado siempre por ser una persona nerviosa y esta situación me está llevando al límite. No quiero pensar en lo negativo pero sigue llegando a mi mente. Qué si hasta cuándo durará esto, que si me enfermo, que si nunca logramos superarlo. Ya no sé qué es mejor, ver las noticias o pretender que nada está pasando. Estar en casa todo el tiempo tampoco. ¿Me pueden ayudar?
Respuesta: Saludos también para usted y gracias por compartir sus sentimientos con nosotros, es muy valiente al hablar de lo que le pasa, no le tema a sus pensamientos negativos en una situación como la que estamos viviendo, ellos la alertan, evitarlos es inútil y genera ansiedad, considere cuestionarlos, contradecirlos. Si no existiera lo negativo su percepción del riesgo fuera diferente y no podría activarse para cuidar de su salud y la de los otros.
La invito a pensar en lo que hasta este momento le ha permitido estar saludable, aún cuando otros no lo están, en las cosas que ha logrado activar para evitar contagiarse, esto la ayudará a ver que aunque la situación la lleva al límite como usted describe, usted tiene el control sobre su cuidado personal.
Su estar en casa tiene que re-significarse como su forma de estar protegida, solo así la ansiedad que acompaña al cambio de rutinas cotidianas, puede ser transformada en energía positiva para encontrar en esta situación momentos de seguridad y calma.
Pregunta # 17
Mi mejor amigo todas las noches se va para la casa de su novia, dice que no hay Covid-19 que lo limite, y me explica que si se ausenta todo este tiempo de pandemia se puede enfriar el amor. Temo que se pueda enfermar y deseo ayudarlo pero ya no sé cómo convencerlo. ¿Qué hacer?
Respuesta: Ciertamente, por estos días de reclusión social, he escuchado historias como la de tu mejor amigo. Muchas personas, desde sus creencias, lamentablemente aún no conciben el riesgo real que constituye exponerse al salir de la casa o no tomar todas las medidas higiénicas que se recomiendan. Resistirse a los mensajes que diariamente emiten los medios de comunicación masiva y el gobierno del país denota una baja o nula percepción del riesgo en las personas. Estas acciones, por lo general, se derivan de la creencia de que uno es único e invulnerable a las consecuencias negativas de ciertos comportamientos. Verdaderamente, esta falsa invulnerabilidad hace que los sujetos asuman actitudes de riesgo a pesar de los conocimientos que posean sobre las consecuencias negativas de estas.
De igual modo, las personas pueden pensar que las consecuencias de una conducta no recomendada NO SON TAN SEVERAS como para renunciar a ella, en comparación con el placer o los beneficios que está les pueda generar. Así, dichas creencias optimistas, se convierten en ocasiones en un verdadero peligro para las personas.
Lo recomendable para ti amigo en este caso sería un cambio de actitud, un cambio de conducta. Desde nuestro rol le aconsejamos que se comunique con su pareja. Ambos deben llegar a un acuerdo que garantice la seguridad y bienestar físico y psicológico de los dos. Este acuerdo será vital y necesario para el autocuidado y cuidado de los otros que los rodean. El amor, cuando es maduro y responsable no se enfría fácilmente. Existen otros medios que aunque no cara a cara, pueden contribuir a que diariamente se mantengan en contacto. Las llamadas telefónicas, las redes sociales son alternativas más seguras y efectivas en estos tiempos de pandemia.
Pregunta # 16
Gracias por el espacio, es muy oportuno en estos tiempos. Soy trabajadora de una institución de salud y tengo mucho estrés por la situación que atravesamos. Aunque me concentro en mi trabajo no lo logro al llegar a la casa, estoy estresada y preocupada. ¿Cómo podría reducir la tensión que me provoca esta situación?
Respuesta: Lo que a usted le sucede es algo normal para el momento que estamos viviendo. Cualquier situación extrema que se viva provoca mucha ansiedad y preocupación. Conozco amigos, vecinos y familiares que también les pasa algo parecido.
En su caso, como trabajadora del sector de la salud, se agravan estas preocupaciones, porque es un sector que demanda una exigencia mayor en estos momentos, además del riesgo por la exposición al contacto con otras personas.
¿Se ha puesto a pensar cuáles podrían ser las posibles causas generadoras de esa ansiedad? Sería bueno que reflexionara al respecto para actuar sobre ellas posteriormente. Le puedo decir, por ejemplo, que la incertidumbre puede ser un factor desencadenante de lo que le sucede, también están las demandas actuales en su centro laboral, además de la presencia de factores individuales más específicos (dígase situación familiar, económica, rasgos personológicos, etc).Tómese su tiempo y reflexione sobre estos y otros factores.
Una vez que haya identificado las posibles causas, es importante que piense cuáles podrían ser las estrategias para superarlas. ¿Ha pensado desde lo individual que podría hacer? Hay cosas que son fundamentales en estos momentos para reducir la ansiedad, por ejemplo, saber que está tomando todas las medidas de bioseguridad requeridas para esta pandemia, administrar su tiempo de manera diferente, dándole prioridad a actividades más relajantes, o a la práctica de algún ejercicio físico, de meditación, buscar algún tipo de apoyo social, sobre todo en la familia, pues puede que tenga sobrecarga en las tareas domésticas. Le invito a pensar en otras estrategias individuales.
¿Y qué pasa en su lugar de trabajo? Sería oportuno que pensara también en posibles estrategias allí y que pudieran comprometer a otros trabajadores, por ejemplo, establecer prioridades y con ello metas claras y mejor definidas para esta situación de emergencia, promover el apoyo social en el trabajo, lograr el fomento de un trabajo más cooperado y no depositar en usted determinada sobrecarga, negociar límites reales con su jefe y con sus compañeros de trabajo y estar preparada para ponerse usted misma los límites, en lugar de dejar que se los impongan.
Pregunta # 15
Saludos. Soy Rosabel Hernández de Pinar del Río. Buena idea la de ustedes. Me siento preocupada porque yo me cuido, pero mi hermano todo lo contrario, sale a la calle con el nasobuco pero se la pasa haciendo cosas incorrectas, como irse a pescar cuando debía estar en la casa. Él es muy bueno, tiene 20 años, pero tiene un carácter complicado y ya no sé cómo convencerlo y no quiero que le pase nada malo. ¿Me sugieren qué puedo hacer?
Respuesta: Con 20 años suele ser frecuente que las personas tengan baja percepción de riesgo, es poco común adelantarse a los sucesos, determinar lo que puede ser una amenaza y posiblemente sea eso lo que le sucede a su hermano.
Existe una probabilidad real de que el suceso amenazante que detiene al mundo hoy, la COVID 19, se materialice, es decir, que el riesgo de su trasmisión y por ende sus lamentables consecuencias, pase de ser algo latente, posible, a ser algo manifiesto, real y eso necesita ser comprendido por su hermano en este caso.
Un elemento importante para lograrlo es que él reconozca la situación como amenazante, para ello se precisa información, que asumo la tiene porque mucho se ha divulgado, pero si a pesar de ello, esa información no moviliza conducta responsable, entonces precisan comunicarse adecuadamente para lograr el objetivo: que se cuide, que los cuide.
Es habitual que ante situaciones como esta se tienda a hablar del otro –“tú has hecho esto, tú has dicho aquello…” y por eso le pido que evite las acusaciones, los insultos, las generalizaciones. Es evidente que de quien más sabemos es de nosotros mismos, por tanto, para establecer el diálogo se debe hablar en primera persona, manifestando nuestros sentimientos, proporcionando información precisa de cómo y por qué le afecta de su actitud. Debe intentar colocarlo en una situación que lo ponga frente al peor escenario posible.
Las realidades de otros países pueden servirle de apoyo, pero acerque esas realidades a su familia, a sus amigos, a su cotidianidad para que tenga una postura crítica ante ella. Acompáñelo en el proceso de pensar no solo en su riesgo particular sino del riesgo al que somete a las personas que quiere.
Apóyese de las preguntas para conocer cómo su hermano está comprendiendo la situación ¿qué piensas de virus?, ¿qué dicen tus amigos?, ¿sabes que estamos en riesgo todos?, ¿cómo te sientes con esto? Estas preguntas son solo ejemplos para llevarlo a reflexionar, pasar de hablar mucho a provocar la reflexión para que nuestra voz no caiga al vacío. La idea no será nunca hacerlo sentir culpable, sino hacerlo sentir responsable.
Pregunta # 14
Mi mejor amigo todas las noches se va para la casa de su novia, dice que no hay Covid-19 que lo limite, y me explica que si se ausenta todo este tiempo de pandemia se puede enfriar el amor. Temo que se pueda enfermar y deseo ayudarlo pero ya no sé cómo convencerlo. ¿Qué hacer?
Hola: Ciertamente, por estos días de reclusión social, he escuchado historias como la de tu mejor amigo. Muchas personas, desde sus creencias, lamentablemente aún no conciben el riesgo real que constituye exponerse al salir de la casa o no tomar todas las medidas higiénicas que se recomiendan. Resistirse a los mensajes que diariamente emiten los medios de comunicación masiva y el gobierno del país denota una baja o nula percepción del riesgo en las personas. Estas acciones, por lo general, se derivan de la creencia de que uno es único e invulnerable a las consecuencias negativas de ciertos comportamientos. Verdaderamente, esta falsa invulnerabilidad hace que los sujetos asuman actitudes de riesgo a pesar de los conocimientos que posean sobre las consecuencias negativas de estas.
De igual modo, las personas pueden pensar que las consecuencias de una conducta no recomendada NO SON TAN SEVERAS como para renunciar a ella, en comparación con el placer o los beneficios que esta les pueda generar. Así, dichas creencias optimistas, se convierten en ocasiones en un verdadero peligro para las personas.
Lo recomendable para ti amigo en este caso sería un cambio de actitud, un cambio de conducta. Desde nuestro rol le aconsejamos que se comunique con su pareja. Ambos deben llegar a un acuerdo que garantice la seguridad y bienestar físico y psicológico de los dos. Este acuerdo será vital y necesario para el autocuidado y cuidado de los otros que los rodean. El amor, cuando es maduro y responsable no se enfría fácilmente. Existen otros medios que aunque no cara a cara, pueden contribuir a que diariamente se mantengan en contacto. Las llamadas telefónicas, las redes sociales son alternativas más seguras y efectivas en estos tiempos de pandemia.
Puedes consultar también: El amor en los tiempos del coronavirus
Pregunta # 13
Los jóvenes ahora más que nunca vivimos pegados a las redes sociales y con la Covid-19 creamos retos y es muy divertido, uno de ellos en whatsapp es el de maquillarnos como personajes de películas y series. ¿Creen que cuando toda la pandemia pase sigamos conectados y tan creativos?
Respuesta: Un secreto develado, más allá de la ciencia por la propia realidad cotidiana, es que los principales protagonistas de las redes sociales son los jóvenes.
Las redes sociales resultan especialmente atractivas para este grupo etario porque les ofrece un sistema de comunicación abierto y simultáneo que satisface sus necesidades de comunicación de forma inmediata, entretenida y fácil.
“Estar conectados” produce la ilusión de que se está compartiendo un espacio en el que se interactúa de manera tal que se acortan las distancias afectivas y aunque se está lejos de alguien físicamente, se puede vivenciar la cercanía emocional y espiritual. Esto cobra un sentido cualitativamente superior en momentos de emergencia como las que enfrentamos con la Covid-19. Ante situaciones como las que hoy vivimos, surgen nuevas formas de interactuar, de acceder a la información y de comunicarse, de modo tal, que hasta los usuarios pasivos se transforman en usuarios creadores y editores de sus propios espacios y surgen iniciativas disímiles como las de maquillarnos imitando personajes de películas y series.
El uso de las redes sociales después de la presencia de la Covid-19 entre nosotros, ha introducido modificaciones en la dinámica cotidiana de millones internautas y las redes se han tornado un necesario espacio para saber de familiares, de amigos, de la situación epidemiológica, del quehacer de los profesionales y también un importante escenario que entreteje una solidaria red de apoyo. Develando significativas configuraciones psicológicas que pasan por el filtro de cada historia de vida, de las mediaciones de género, de los recursos resilientes y también de las edades; que revelan contenidos perceptuales que muestran el uso de las redes sociales en los jóvenes como un recurso imprescindible para mantenerse activos.
De manera que, el hecho de que los jóvenes sugieran “retos creativos” que les ayuden a dinamizar el tiempo que pasan en casa en momentos de distanciamiento social, puede contribuir a su bienestar psicológico, pues es una buena estrategia que les conecta con otros y les permite conocerles mejor, al descubrir qué personajes cinematográficos prefieren sus amigos y conocidos, qué series son de su atracción, con qué se identifican y qué les conecta con ellos; vivenciando un proceso de reconocerse diferentes o semejantes a ellos que puede contribuir al desarrollo de su identidad social.
Es importante resaltar, que en los jóvenes tiende a prevalecer la inmediatez, el corto plazo, el aquí y el ahora, de modo que cuando las actividades cotidianas retomen sus derroteros, y traigan consigo las ansias del abrazo, del diálogo pendiente, de la fiesta aplazada, es probable que por prolongados instantes los jóvenes se conecten más con la realidad natural que con la realidad virtual y que otros procesos, más allá de las redes, absorban gran parte del ritmo de los tiempos.
No obstante, cuando la pandemia pase, seguirán los jóvenes conectados porque el principal motivo que llevan a los jóvenes a sumarse a las redes es mantener el contacto sincrónico que solo las redes permiten, pero sin dudas, será una conexión más sincera, más afectiva, más sentida.
Cuando la pandemia pase, los jóvenes, seguirán siendo creativos, pero no solo por el galardón al mejor pasatiempo, sino para responder proactivamente desde las redes sociales a los cambios y exigencias del mundo en que viven.
Lograrlo es posible para los jóvenes y para todos, si juntos avizoramos como Oscar Wilde, que “La juventud es la señora de la vida y tiene aguardándole un reino”.
Pregunta #12
Soy una adulta mayor de 76 años de edad vivo sola en un apartamento pequeño que me impone límites de movilidad, soy muy impaciente y no me acostumbro a no poder salir y comprar mis alimentos que es básico en nosotros los ancianos. Eso me deprime y he pensado si así vale la pena vivir. Por favor pido ayuda para poder cambiar estos pensamientos tan desalentadores.
Respuesta: Nos parece muy buena la idea de que pueda compartir con nosotros por esta vía lo que está sintiendo y los pensamientos que ha tenido en los últimos días, producto a las limitaciones que enfrentamos en mayor o menor medida.
Me gustaría poder reflexionar con usted varias alternativas que la ayudarían a ver otras soluciones y enfrentar la situación actual de manera diferente, defendiendo por encima de todo la salud y por ende la vida que, como adulta mayor, le ha permitido poder a sus 76 años satisfacer con independencia sus necesidades.
El enfrentamiento al coronavirus nos exige cambios en nuestras rutinas cotidianas, hacer cosas diferentes, pero hacer es poner nuestra inteligencia en función de la estabilidad tanto física como psíquica, poner a prueba nuestra experiencia, que se hace larga y necesaria.
Seguramente ha vivido muchos momentos difíciles y este es otro más, dentro de un tiempo pienso, por la confianza en el manejo que nuestro sistema de salud está haciendo de la situación, podremos compartir nuestras vivencias, historias de vida, experiencias en esta etapa, pero desde la posición de los optimistas, que vamos a vencer esa gran batalla.
Tener seguridad en lo que siempre hicimos y podremos seguir haciendo, pudiera ser un recurso que le permita ir desplazando sus pensamientos y darle otro significado y sentido a este tiempo de aislamiento social, donde todo es totalmente nuevo y diferente a lo acostumbrado.
Hoy nuestro himno de combate se sintetiza en Cuidar nuestra salud y la de los que no rodean». Le reitero este mensaje «Es un buen momento para pedir ayuda,”. No nos podemos cansar, debemos encontrar los caminos, las vías de solución porque son reales, tangibles y evidentes.
Por los medios de difusión brindan muchas alternativas que protegen al adulto mayor, puede acogerse a ellas de forma temporal, pues confiamos en su independencia y su movilidad., pero ahora hay que protegerse. Todo tiempo difícil nos impone aprendizajes nuevos.
Busque el apoyo de vecinos, amigos, familiares por los medios de comunicación que le permitan tener acceso a ellos y comparta sus preocupaciones, como cubana sabrá que siempre encontrará soluciones, que le den una nueva dirección a su vida y no olvide que esta vía es una alternativa que permite, no solo la expresión de estados emocionales, buscar ayuda psicológica, sino también un medio donde encontrará la vivencia de muchas personas como usted que poseen inquietudes y preocupaciones propias de lo que hoy vivimos.
Pregunta #11
Creo que soy claustrofóbica y desde que cesaron las clases, sin poder salir de casa siento que me asfixio. No logro dormir casi nada de noche, solo atino a hacerlo de día por raticos. Qué hacer para mejorar porque siento hasta taquicardias.
Respuesta: Que sienta esos síntomas no quiere decir necesariamente que sea claustrofóbica, aunque reconozco es este un trastorno muy común, en el que la mayoría de las personas afectadas no siguen ningún tratamiento y puede, sin lugar a dudas, interferir en la vida cotidiana y tener consecuencias para el bienestar y la vida cotidiana.
Decir que el miedo a permanecer en un espacio cerrado es una manera acertada de referirse a la claustrofobia, el temor no suele ser al espacio cerrado en sí mismo, sino a lo que pueda suceder en esta situación, le invito a que se detenga a pensar, habitualmente a lo que se teme es a no poder moverse lo que implica no poder defenderse, escapar o la creencia de que no tendrá suficiente aire para respirar.
No me negará, que en las situaciones que percibe como amenazantes y que comienza a sentir lo que me describe, el miedo no está provocando por aspectos reales, objetivos, sino más bien por pensamientos irracionales, es decir, sus ideas, que pueden ser fruto de alguna experiencia negativa que tuvo o experiencias que conoce de otras personas.
Lo cierto es que, ante estos pensamientos se genera, una respuesta de ansiedad tal y como la describe. Sería bueno, para que gane confianza, que se acerque a las situaciones que le provocan estos síntomas (taquicardias, falta de aire). Lo puede hacer incluso en su imaginación, verá que no sucede nada de lo que teme, quizás alguien le acompañe para que no se sume un temor por la soledad.
Es preciso ejercitar la relajación, tomando como punto de partida su respiración, de forma serena, se puede apoyar en un ambiente agradable, tranquilo, no tiene que esperar a estar en una crisis para hacerlo, puedes hacer de ello una rutina que le permita cada día explorar el bienestar de su cuerpo al relajar su mente. Es útil concentrase en algún sonido ambiental constante que logre percibir (ruido del ventilador, música instrumental, etc.) no importa su procedencia, sino la constancia de ese sonido para que pueda viajar con él sintiendo, en una posición cómoda, como su cuerpo se relaja, el sonido le atrapará y la respiración le acompañará para centrar su mente en un pensamiento agradable.
Igualmente importante será que logre desmontar esas ideas irracionales de tipo catastrófico, se trata de cambiar esas creencias. Si comienza a sentirse tensa, busque estrategias: hablar con otra persona, hacerse acompañar de otra persona para ir adentrándote en espacios que te provocan esta ansiedad.
Me gustaría que logre atrapar una idea: la posibilidad de que lo que piensa sea cierto es nula. No se quedará sin aire por pequeño que sea el espacio, en su casa, a pesar de que tenga restringida la salida por el riesgo de la COVID 19, tiene posibilidades de movimiento, incluso saldrá si fuese necesario.
Si hasta ahora parecía riesgoso para la vida estar encerrado, creo que puede ayudarse para cambiar ese pensamiento porque ahora la vida la garantiza justo estar encerrado, aunque la verdad, no está encerrada, mire a su alrededor y verá que no lo está.
Estrategias debe encontrar: hablar con amigos por teléfono, no tiene teléfono, entonces leer, escuchar música, ver televisión, aprender a hacer un plato nuevo en la cocina, un trabajo manual, ordenar sus cosas como siempre ha deseado y nunca había tenido tiempo, estudiar, en fin, enumerarle cosas posibles harían este escrito interminable y ninguna de ellas serviría si no se dispone a hacerlo, no se quede en esa angustia que hoy vive, depende de usted, de sus pensamientos, de su voluntad. Volverá a dormir, se organizará su vida y la disfrutará. Es de gran valor, ser conscientes de la posibilidad real que tenemos: vivir.
Pregunta #10
Buenas noches. Me dirijo a uds buscando ayuda, porque estoy muy preocupada. Mi mamá tiene 67 años, vive sola en un apartamentico pequeño, bastante distante de mí, y ya han pasado muchos días de aislamiento, sin recibir visitas, sin salir de casa, y sin estar en contacto con nadie para evitar los riesgos.
La soledad es triste, aunque la persona ponga de su parte para que duela menos. Yo quisiera tenerla conmigo en casa, donde ella pudiera estar acompañada y pasar esta situación de una manera más tranquila, pero mi esposo trabaja en un hospital donde hay muchas personas infectadas con el virus, está en contacto a diario con otros tantos pacientes no se sabe si están infectados o no, y yo también salgo de casa todos los días, porque mi trabajo lo requiere. De modo que estar en mi casa sería un riesgo para ella.
Mantengo frecuente comunicación con ella, por teléfono, y al menos tres veces por semana, que por razones de trabajo es el único chance que tengo, le hago una visita sentada en la acera del frente de su casa, con una máscara puesta, y marcando la distancia requerida, ella por supuesto dentro de su casa. Estos intentos de acercamiento no me parecen suficientes porque son muchos días en aislamiento, y no sabemos cuántos más serán, y la soledad especialmente para las personas de la tercera edad, es muy mala compañía. Por favor, necesito que me ayuden con algunas sugerencias para manejar esta situación, que a mí me deja muy ansiosa y a ella triste por más que se esfuerza para esconderlo.
Respuesta: Gracias por confiarnos tu preocupación. Lo más importante ahora es saber priorizar lo que es necesario, aunque sea triste. Como bien dices, la soledad no es una buena compañía, pero casi todo el orbe está en condiciones de aislamiento y una gran mayoría de los coterráneos estamos sufriendo la distancia física de personas que queremos y necesitamos. Por suerte es una situación temporal, y los humanos adultos debemos racionalizar desde esa comprensión.
Por lo que nos cuentas, la angustia no proviene de lo que tu madre te ha explicitado, sino de la impresión que tú tienes sobre lo que ella debe estar sintiendo. No hay quejas de su parte (es decir, no hay datos), sino una subjetivación tuya de su soledad, que no necesariamente tiene que ser de la magnitud que tú la sientes. Tendrías qué explorar más, a través de internet o teléfono, qué hace, a qué le dedica las horas del día, y puedes sugerirle cómo cubrir su tiempo, atendiendo a lo mucho que debes conocerla. Con esta indagación también podrías sorprenderte de la creatividad suya para reestructurar su cotidianidad en las condiciones actuales, y quién sabe si ella te sugiere a ti qué hacer, y terminas reproduciendo sus actividades para cubrir tus necesidades de recreación y óseo, a pesar de la diferencia de edad entre ambas.
Lo importante por estos días es mantenernos cerca afectivamente en la distancia física, pero eso sí: no arriesgarnos, no cometer imprudencias, porque ya estamos bien informados de la severidad de trasmisión de la COVID 19 y la incidencia habla de que todo cuidado es poco.
Los mensajes de aliento a través de las telecomunicaciones es una necesidad de primer orden. Nuestros días se aclaran cuando recibimos reportes de las personas que queremos, pero justo por querernos es que todos estamos en el deber de cuidarnos y, como seres pensantes, buscar las maneras de aliviar los días haciendo actividades agradables.
Recuerda que la soledad, como otras emociones, tienen más presencia en la imaginación que en la vida concreta. Comienza por cargarte de emociones agradables. Piensa en los planes de familia para cuando todo pase y constrúyanlo cuando se comuniquen. No pierdas la concentración en que, más temprano que tarde, esto pasará, y volverás a sorprenderla en su puerta, para tenerla muy cerca de ti, en el mismo sofá, con su mano en la tuya. Para vivir momentos como esos nuevamente, es necesario extrañarse ahora.
Pregunta #9
Hola, soy María Luisa Cardentey, vivo en el municipio San Luis y mi hijo es muy hiperactivo, ya no sé qué hacer para que esté dentro de la casa, no hay manera de que atienda a las clases televisadas y está en segundo grado. Necesito saber cómo controlarlo, porque de esta me voy a volver loca.
Respuesta: Mamá, ante todos saludos cordiales. El escenario actual que vivimos, además de inesperado y único, resulta difícil para los adultos. Tenemos entonces que entender que para el niño no pasará desapercibido. Mi primera recomendación es que se tome un tiempo real para analizar cómo está llevando su situación, pues ciertamente se exigen nuevas estrategias, a veces creativas, para mantener al niño en casa.
Como su niño es hiperactivo es propio que durante estos días aumente su hiperactividad motora, máxime si tiene 7 años, edad en que igualmente se modifica un poco su conducta. Considero que debe acercar lo más posible la cotidianidad a las rutinas habituales, sobre todo los horarios de hábitos regulares y el horario de clases, por ejemplo:
– Confeccione un horario y colóquelo en un lugar visible para el niño (hágalo colorido y agradable a la vista) asegúrese de que él comprenda sus instrucciones.
– Premie el buen comportamiento o su esfuerzo con acciones sencillas o determinados privilegios, por ejemplo, extender el horario de jugar activo.
– Divida el tiempo en hacer tareas en sesiones cortas y permita que descanse (mini recreos).
Todo el día no se debe dedicar al estudio, solo un determinado horario, él debe jugar y se le debe ayudar a encontrar un espacio para ello. No nos podemos centrar solamente en ejercer la autoridad, estos son momentos que nos permiten, por lo menos, estar más cercanos a los niños. Hagamos de este tiempo una útil y bonita experiencia con ellos, pero insisto, para lograrlo hay que hacer un alto y poner nuestro empeño en cambiar aquello que repetimos y repetimos sin ningún resultado.
Vea también: En tiempos de pandemia cualquier consejo es bienvenido
Pregunta #8
Me viene perfecta esta consulta, mi nombre no es lo que importa, pero sí que me ayuden. Vivo en un hogar con muchos conflictos familiares, mis padres divorciados y ahora con esto del coronavirus todos metidos en la casa, la vida se hace insoportable con mi hermana más chiquita y ellos dos discutiendo por todo. Temo que si esto sigue así se puedan ir hasta a las manos.
Respuesta: Leímos tu pregunta y queremos ayudarte como lo solicitas a enfrentar el miedo que puedes estar sintiendo producto a los conflictos familiares que has vivido y que ahora se pudieran estar agudizando por la dinámica de vida que nos impone hoy, la permanencia en los hogares, por el aislamiento social.
Estas frente a un problema que no depende su solución solo de ti, es una crisis familiar y tú eres un miembro dentro de este grupo, por eso quisiera que pensaras que de manera aislada no podrás vencer las problemáticas que enfrentan, aun cuando si podrás, superar los miedos y temores que estos te generan, conociendo que podrás empezar a hacer.
Por lo que nos comentas, los conflictos familiares no comenzaron ahora, hay una historia anterior que se está reflejando actualmente en discusiones entre tus padres, provocando en ti muchos estados emocionales que te llevan a sentir miedo por lo que puede ocurrir. Estas teniendo una percepción anticipada producto de una historia de vida familiar y eso hay que detenerlo.
Me gustaría invitarte a que compartieras lo que te está pasando con cada uno de tus padres y le manifestaras tu malestar, tus preocupaciones, eso los ayudaría mucho a evaluar su comportamiento y poder regular conductas que están asumiendo frente a ustedes, sus hijas. No olvides nunca la fuerza que tienen para los padres las palabras y las peticiones de sus hijos. A partir de las crisis familiares se pueden generar muchas soluciones y tu familia puede crecer ante esta nueva situación que hoy vivimos. No percibiendo que QUEDARNOS EN CASA es un castigo, es algo imposible, es algo que puede producir o provocar miedo, porque evidentemente así no estamos funcionando como el grupo que somos.
Invítalos a que le den sentido a lo que los une por ser UNA FAMILIA (vínculos de consanguinidad, afectos , convivencia y metas comunes a que vean , el HOGAR y la FAMILIA como el espacio de protección y seguridad que hoy permite mantener nuestra salud y no como un provocador de estrés.
Esta crisis puede ser un momento para que tu familia pueda mejorar la dinámica, pueda aumentar el nivel de unión, el apoyo mutuo y lo que cada uno representa desde lo afectivo. Estar más unidos significa entonces estar más fuertes y sentirse más fuertes.
Te invito además a reencontrarnos en otro momento para poder transcender esta ayuda, también estoy invitándote a que convoques a tus padres y poder entre todos poner fin a una problemática que es reversible.
Vea también: Un nuevo tipo de súper héroe
Pregunta #7
Buenas. Primero me gustaría añadir que esta sección debería tener mayor visibilidad y accesibilidad en este sitio-creo debe estar en la portada del periódico-.
Soy trabajador de la salud -ingeniero y me desempeño como electromédico-. En estos días he visto actitudes que supongo son propias de los tiempos de crisis y de la capacidad de cada individuo de manejar situaciones difíciles.
Por un lado veo miradas llenas de pánico y actitudes que rozan la paranoia, pero quién puede decir que ante un peligro como el que nos enfrentamos cualquier actitud paranoica no podría salvar vidas.
Por otro lado veo actitudes de trabajadores que aunque no dejan de cuidarse tienen una respuesta más positivista y no paran de reír, hacer bromas del momento o que incorporaron como algo natural las medidas de protección y se niegan a mostrar cualquier debilidad emocional.
Aunque son momentos en que los que debe prevalecer una actitud de supervivencia -por fuerte que parezca la expresión- ¿existe alguna manera de reducir el impacto psicológico que inevitablemente está dejando y dejará este año en nuestras vidas?¿hasta qué punto una coyuntura como la que estamos viviendo y que todo parece indicar se prolongará en el tiempo, podría afectar la dinámica laboral?
Respuesta: Gracias por resaltar la importancia y necesidad de este sitio, ello contribuye a elevar nuestro compromiso con las personas que lo visitan. Considero muy oportuno su comentario, pues da pie para varias reflexiones necesarias y urgentes en esta etapa de la pandemia por la que pasa nuestro país. Antes de responder las preguntas concretas, hago un paréntesis para una reflexión a su comentario.
Es cierto que la situación de crisis sanitaria que atravesamos está generando en las personas múltiples reacciones. Estos se presentan en un continuo que va, desde las más responsables y con una elevada gestión del autocuidado y del cuidado de los otros, hasta aquellos que suelen rozar con la imprudencia, producto de la baja percepción de riesgo.
Estos comportamientos están determinados, en primer lugar, por la comprensión y análisis que hacen las personas de la situación actual, por ejemplo, cómo la interpretan, si se sienten o no vulnerables, si han tenido conocimiento de familiares, amigos, vecinos que han sufrido la enfermedad, el nivel de acceso a la información que tengan, entre otras. En segundo lugar, por el manejo racional que hacen de este momento de crisis.
Hay personas que sienten miedo y ansiedad, pero logran gestionarlas de una manera efectiva, en cambio otros, dejan entrar ese miedo con más intensidad y bloquean la posibilidad de autogestionarlo. Otras personas tienden a magnificar de manera excesiva la situación, lo que provoca que se active su sistema de alarmas al punto de ver la amenaza en todas partes, y llegar a presentar, como bien usted dice, actitudes paranoicas.
Recuerda, cada persona debe gestionar el autocuidado y el cuidado de los otros de la forma más racional posible, con los recursos que cuente, objetivos y subjetivos, pero si una cosa es real y que es lo único (hasta ahora) que va a contribuir a frenar esta pandemia, es el convencimiento de una auto-autorresponsabilidad que también involucra a los otros, la familia, los amigos, los vecinos, los compañeros de trabajo.
Recuerda que las emociones son muy contagiosas, sobre todo el miedo. Las excesivas conversaciones, comentarios, informaciones de la COVID-19 acaban saturándonos y agotándonos mucho más, lo que da entrada a una tensión mayor y a la posibilidad de no gestionarlas adecuadamente.
En relación con sus preguntas, por supuesto que hay muchas formas de reducir el impacto psicológico que la actual situación podría dejar en muchas personas. En primer lugar, reconocer que es una situación excepcional, una situación de alto riesgo, algo coyuntural que en algún momento pasará, y que ese momento llegará en dependencia de la actitud que asuma cada persona.
Esta es una batalla en la que todos somos protagonistas, y cuando seamos conscientes de cuál es mi función en el control de esta pandemia, ya habremos dado un paso de avance. En segundo lugar, reconocer cuáles son las fortalezas que tengo, como persona y como familia y ponerlas en función de lograr que esta situación sea más llevadera y menos traumática.
Es una tendencia del ser humano a enfocarnos siempre en lo negativo de las cosas, en lo que no tenemos o no podemos hacer, en las limitaciones internas y externas, si logramos hacer un cambio en la manera de ver nuestra realidad, y comenzamos a apreciar un poco más lo mucho o poco que tenemos (entiéndase condiciones y recursos objetivos y subjetivos), estoy seguro encontraremos siempre nuevas luces que nos mantendrán alejados de pensamientos y actitudes irracionales.
En tercer lugar, la incertidumbre que está generando esta crisis, puede provocar sensaciones de desesperanza.
Si nosotros logramos diferenciar lo que depende de mí y lo que no, podremos mantener nuestra mente más en el presente y menos en el futuro. Es importante anclarnos en las vivencias del presente, en lo que puedo hacer en el aquí y el ahora y no en el futuro, que no existe.
En relación con su segunda pregunta, toda situación de crisis implica muchos reajustes, tanto a nivel individual, como en las dinámicas organizacionales.
Esos reajustes laborales pueden generar ansiedad en determinadas personas, ya sea por la sobrecarga de trabajo que unos tienen, o porque otros han tenido que irse para sus casas, y seguramente sienten, en algún momento, que se verán afectados.
Es muy importante en este momento de crisis, que la organización donde trabaja pueda desarrollar su capacidad de resiliencia, es decir, con los recursos y el personal que cuenta, reinventar su modo de funcionamiento en la actual situación, explorando mecanismos de elevada flexibilidad, que puedan ser sostenibles en este tiempo de crisis, procurar una mayor integración de las personas que garantice la cooperación y un mejor trabajo en equipo, así como rediseñar los canales de comunicación habituales hacia aquellos que garanticen el acceso a la información rápida y certera.
Recuerde que en estas circunstancias excepcionales, no se funciona ni se trabaja como se hace de manera habitual, por tanto es un imperativo estimular la iniciativa y la creatividad de los cuadros y los trabajadores en función de que la tarea salga a tiempo y con la calidad requerida.
Pregunta #6
Buenas, ante todo gracias por la idea. Hace mucho tiempo dejé de trabajar pues mi mamá, de 70 años, tiene Alzheimer y me he dedicado a cuidarla. Vivimos solas ella y yo, mis hijos viven fuera del país y mi hermano nos ayuda siempre que puede pero tiene a su esposa, hijas y nietos y debe velar por ellas. Me preocupa mucho el tener que salir, porque mami en varias ocasiones ha salido sola de la casa, lo que gracias a Dios la hemos encontrado.
También es un problema recibir visitas en la casa, siempre personas que se preocupan por nosotras, pero me da miedo que mi mamá se vaya a enfermar, ella es incapaz de tomar las medidas de higiene necesarias. Y encima de todo están mis preocupaciones por la situación, por todo lo que está pasando, no tengo ni un momento para olvidarme, para despejar y no quisiera terminar desquitándome con mi madre o perdiendo los nervios.
Respuesta: Nos complace mucho que usted acuda a nosotros con sus inquietudes y preocupaciones relacionadas a su situación actual y la de nuestro país. Ha dado el primer paso solicitando ayuda.
Nuestra población, específicamente, la población pinareña, es en su mayoría envejecida. El envejecimiento en múltiples ocasiones se acompaña de déficit físicos y trastornos en la memoria. De ahí que el número de cuidadores sea creciente. Funcionar desde el rol de cuidador(a) genera reacciones psicológicas que pueden desembocar en trastornos emocionales, como la ansiedad generalizada o la depresión, citando los más comunes.
El cuidador(a) presenta irritabilidad, tristeza, insomnio, incertidumbre, agresividad, entre otros síntomas. Si sumamos a esto una pequeña red de apoyo familiar y social bajo la situación actual de nuestro país, los efectos pueden ser mayores y más intensos.
Para evitar que esto suceda nos gustaría hacerle algunas sugerencias:
* Primero, es muy necesario comprender que permanecer en casa es la mejor opción para evitar el contagio de la enfermedad. Cuando usted actúa en correspondencia con lo orientado por el MINSAP, usted está actuando correctamente. Y desde el interior de su hogar y de su mente debe ir encontrando el bienestar psicológico.
* Mantenerse informada a través de los medios nacionales le permitirá actualizarse acerca de la enfermedad y más allá de lo adverso de la situación, enfocarte en los logros que se van alcanzando y las fortalezas con que cuenta nuestro sistema de salud.
* Cree espacios o rutinas de disfrute o descanso donde pueda realizar acciones que le proporcione placer, como escuchar música agradable, una lectura interesante, la práctica de ejercicios de relajación o comunicarse con sus familiares y amigos más cercanos donde sea usted quién transmita aquellos mensajes alentadores y optimista que le gustaría escuchar, evitando la entrada de toda aquella información innecesaria que le pueda generar malestar.
*Si bien es sabido que el cuidado de las personas que así lo requieren generalmente es asumido por las mujeres, recurra a la ayuda de su hermano, quién también puede compartir el rol, el tiempo que lo decidan, bajo estas circunstancias y tomando todas las medidas preventivas necesarias. Para que usted pueda resolver aquellas situaciones puntuales del hogar y de su vida.
*Si apareciera la intención de agredir o maltratar, piense en todos aquellos sentimientos positivos que le despierta su madre, cuánto ella necesita de usted, de su cuidado, su paciencia, tolerancia y comprensión. Sin perder de vista que usted también será una anciana y qué trato le gustaría recibir.
Viva el «aquí» y el «ahora» desde una óptica realista pero optimista. Recordando que las crisis, por muy devastadoras que parezcan, siempre nos dejan cambios positivos y nos hacen mejores personas.
Vea también: La desmemoria de los humanos
Pregunta #5
Tengo 31 años y mi esposa está embarazada. Me preocupa mucho lo que está pasando, siento miedo por ella y mi hijo que viene en camino. No le permito salir a nada, todas las gestiones las hago yo, pero estar con tanto peso encima a veces me hace perder la paciencia y sin llegar a la violencia de ningún tipo, le contesto mal. Es que siento que si me lo trago todo voy a explotar. ¿Es normal que esto suceda, qué puedo hacer para evitarlo?
Respuesta: Un reconocimiento a su actitud de exponer lo que le ocurre y solicitar ayuda. Respondiendo a la primera parte de su pregunta: Considero que puede ser normal QUE USTED SE SIENTA ASÍ, o sea, con miedo por lo que está pasando, que experimente ese estado emocional displacentero que describe: “estar con tanto peso encima a veces me hace perder la paciencia”. Lo que si no debemos considerar normal, aceptar, ni minimizar, es QUE USTED SE COMPORTE ASÍ como describe: que le conteste mal a su esposa embarazada.
Y en la misma intención de ayudarle a esclarecer lo que está ocurriendo, créame que contestarle mal, constituye, sin lugar a dudas, una manifestación de violencia. No voy a abrumarle ahora con detalles conceptuales, pero puede buscar más información acerca de todo lo que abarca la violencia y comprobar sus consecuencias negativas.
Pero, felizmente, usted nos comunica que está preocupado y ocupado por el bienestar de ella y de su hijo, entonces, vamos a compartir algunas recomendaciones posibles en la situación actual de aislamiento social. Muchas de las orientaciones recomendables en estos casos, quedan ahora descartadas: La mayoría de las instalaciones deportivas, culturales y recreativas están cerradas y tenemos la expresa indicación de permanecer en casa, con lo cual, salir del contexto en que se produce la situación, caminar, correr, hacer ejercicios al aire libre, visitar otras personas, entre otras opciones, se ven limitadas, pero sí es posible aplicarlas en el futuro.
Ahora mismo hay alternativas factibles y efectivas, que puede utilizar en su propia casa, sobre las que le invito a reflexionar para evitar el descontrol de sus emociones:
En primer lugar, es importante que se proponga identificar las situaciones en las cuáles “pierde la paciencia” y sobre todo, las PRIMERAS MANIFESTACIONES O SEÑALES que su organismo le envía de que está comenzando a perder el control. Nuestra mente y nuestro cuerpo están interconectados. Imagínese dos hermanos siameses, si uno se altera, altera al otro, pero cuando uno se calma, también puede ayudar a calmar al otro.
Entonces analice usted qué señales envía su cuerpo de que está comenzando a “perder la paciencia”. Pueden ser muy variadas y particulares: algunas personas refieren sensación de calor en la cara, en el cuerpo, deseo de elevar el tono de la voz, de hablar más rápido, respiración agitada o entrecortada, impresión de impotencia, desesperación, u otras, impulso de realizar algún movimiento brusco, golpear, tirar algo… cada individuo tiene sus propias señales, que es imprescindible identificar lo antes posible.
¿Para qué? Para poner un STOP a la secuencia que le puede conducir directamente a comportarse como no quiere hacerlo. ¿Por qué? Porque una vez iniciada la pérdida del control de nuestros impulsos, a mayor tiempo transcurrido, mayor intensidad y mayor dificultad para detenerlo y revertirlo.
Por eso, para evitar el comportamiento descontrolado, le recomiendo trabajar intensamente en la identificación de SUS PROPIAS situaciones “tensionantes” y de SUS PROPIAS señales de que está comenzando a alterarse. Y tan pronto aparezca alguna de ellas, debe PONER EN JUEGO TODA SU VOLUNTAD PARA DETENERSE en lo que está haciendo, cambiar de actividad, alejarse de su esposa por unos momentos (otra habitación, el portal, patio o balcón) tomarse un tiempo para calmarse, recobrar el autocontrol sobre sus emociones y su comportamiento, así como recuperar su ritmo habitual de funcionamiento.
Las alternativas para recuperar la calma y “el mando” de lo que siente y hace son variadas: muchos estudios refieren la efectividad de refrescar el rostro con agua fría, repetidamente; también de aislarse en silencio y tranquilidad por un rato; trabajar en la recuperación consciente del ritmo calmado y profundo de la respiración (el famoso “contar hasta 10”, que a veces debe ser hasta 20 ó 50). Cualquier variante es una mejor opción que comportarse de manera violenta con otras personas.
En momentos posteriores, con la seguridad de que se ha recuperado la calma (Y esto es muy importante, no dejarse arrastrar por la impaciencia y la falsa percepción de que ya está bajo control) se recomienda comunicarse con la otra persona, en este caso su esposa, expresarle lo que está ocurriéndole, sus preocupaciones e intenciones.
Es necesario hablar de sus sentimientos y problemas con alguien de confianza, no es aconsejable “tragárselo todo”. Ella también puede auxiliarle en la identificación de las señales de descontrol, avisarle y ayudarle a contenerse.
Pero usted debe tener claro que la responsabilidad es suya, que debe tomar conciencia del problema y que ejercitando su control va a ser capaz de ganar en seguridad, autoconfianza y autodominio. Con seguridad en poco tiempo estará orgulloso de sí mismo y ambos se sentirán más felices y preparados para el tremendo reto de convertirse en padres.
Pregunta #4
Buenas tardes, les agradezco esta idea, porque aunque puedan encontrarse muchos consejos desandando las redes, es muy bueno contar con la ayuda de un especialista. Tengo 28 años y trato al máximo que esta situación no me afecte, pero a veces no lo logro.
Mi esposo vive fuera del país y teníamos planificado que él viniera unos días para estar juntos, pues la lejanía golpea mucho, pero no se pudo. Tanto en su país como aquí cerraron fronteras (una medida que aplaudo) pero en estos momentos quisiera tenerlo a él a mi lado, se me une todo y hay días en que no tengo deseos de levantarme de la cama, ni siquiera de comunicarme con él. ¿Hay alguna técnica que pueda practicar para disminuir o eliminar esa manera de sentirme?
Respuesta: Te diré que existen diferentes técnicas que permiten mejorar lo que estás sintiendo producto a una meta que ha quedado postergada (el reencontrarte con tu esposo que esta fuera del país).
Si tuvieras acceso a Internet, podrías explorar algunas técnicas para el manejo del estrés, tales como diversos tipos de relajación, mindfulness, meditación guiada, técnica de aceptación de las emociones, técnicas de auto instrucciones, técnicas de distracción, entre otras. Me gustaría que las consultaras y que pudieras seleccionar cual pudiera ser más efectiva para ti. Si necesitas algo más específico, o información más concreta, puedes hacerlo a través de mi correo electrónico nildaly67@nauta.cu
No quisiera limitarme solo a decirte que hay técnicas como las que te sugiero, sino también compartir un mensaje de apoyo que te permita pensar que, más adelante podrás vivir y hacer lo que por prioridad ahora debemos postergar.
Tienes 28 años es válido lo que significa para ti la relación de pareja, y los planes que construyeron para estos días, pero no te detengas a pensar solo en lo que puedas hacer junto a él, dale sentido a tu vida y no permitas que te inmovilices, que sea la cama tú lugar de refugio, que la negatividad se apodere de ti. Reinventa tu espacio y tu tiempo, con los recursos que tienes, y verás que esta distancia necesaria hoy será para vivir, con más intensidad, el mañana junto a tu pareja.
Pregunta #3
Todas las personas no hablan de otra cosa que no sea el coronavirus, es la preocupación del momento, por los tantos enfermos y vidas que se ha llevado. Pero a mí no siento que me esté afectando tanto, es como que sé lo que está sucediendo pero no me llega tanto como a otros. Hace muy poco perdí a alguien imprescindible para mí y no sé si tenga que ver con eso o con que perdí la empatía, la sensibilidad. ¿Hay algo mal conmigo?
Respuesta: Lo que nos comenta y el hecho de pensar que puede no estar siendo empática, ya es señal de que usted si lo es, pero posiblemente lo que sucede es que está atravesando un proceso de duelo. Si la persona que perdió tuvo o tiene una significación importante en su historia de vida y en sus vínculos afectivos, es muy probable que esa sea la causa por la que la contingencia actual que azota al mundo con esta pandemia, a usted no le afecta como cree que afecta a otros que la rodean.
No todos tienen la misma capacidad de respuesta ante situaciones de esta envergadura, en una primera etapa puede existir una reacción de negación, o sea, minimizar el problema y en este sentido despreocuparse y no tomar las medidas necesarias de autocuidado. Eso ahora es lo más importante. Preservar su salud física, una pequeña dosis de preocupación para poder ocuparse de lo que cada momento exija.
Modus operandi
Tengo un modus operandi
Autora Marcia Jimenez Arce
para juntar la ausencia con la persona
―objeto-contenido-momento ―
Conciencia que entumece la lucidez,
la intuición de que algún afecto permanezca vivo.
En medio de la separación impuesta,
que no voluntaria,
es preciso resguardarse.
Debes inventariar con los ojos muy abiertos
las desgracias de esta suerte de atolladero
dónde solo juntar salva
como un arma de buena puntería
Escritora de Pinar del Río
Pregunta #2
Saludos. Mi nombre es Eduardo y he estado al tanto de esta iniciativa y me parece muy buena, ojalá muchas personas puedan acceder. Yo tengo una gran preocupación. Vivo en un municipio, junto a mi esposa e hija, pero mi madre y mis tías, todas personas mayores, viven en Pinar del Río.
Mi hermano, que también vive en Pinar del Río, las visita mucho, pero yo estoy muy preocupado porque sé que no podemos estar saliendo de casa, y tengo mucho cuidado con eso.
Durante este tiempo le he insistido a mis tías para que no salgan, para que no se metan en las colas, ya he tenido serios problemas con mi hermano porque él no deja de visitarlas y no se da cuenta que las puede contagiar, sobre todo a mi mamá que, aunque no sale de casa, tiene todos los factores de riesgo.
Todos los días las llamo y todos los días insisto en lo mismo, pero todos los días salen y al final terminamos discutiendo. No sé qué puedo hacer con mi familia.
Buenas noches Eduardo, me llega su angustia ante esta situación que vive con parte de su familia. Cómo sugerir desde la distancia formas de comportamientos saludables a personas adultas? Cómo dialogar en la distancia para llevar a la reflexión? Siempre es complejo, ahora en este tiempo aún más.
Usted percibe el riesgo de una manera diferente a su hermano y a sus mayores, probablemente su hermano considere que está cuidando de su madre y de sus tías visitándolas con frecuencia, y probablemente sus tías consideren lo mismo. Tenga en cuenta esto cuando converse con sus familiares y no se canse de decirles su criterio, es decir, rescatar la buena intención, y exponer el riesgo en ese comportamiento.
Pudiera ser oportuno sugerirles que se organicen de manera que se visiten y salgan lo mínimo indispensable. La familia debe pensarlo y sus adultas mayores tienen una gran responsabilidad en poner los límites y construir juntos una estrategia para que se cuiden y cuidar de su hermano, que también se expone.
El acuerdo es esta ahora, no hay tiempo ilimitado para tomarlo, es urgente, compromete sus vidas. Usted desde la distancia continúe insistiendo, sin perder la ternura, ya las regulaciones del gobierno han sido claras. Todos debemos hacer la parte que nos toca.
Pregunta #1
Saludos. Primero que nada agradecer la oportunidad de escribirles, al menos uno tiene con quien desahogarse y recibir una orientación. Tengo mi hija de 21 años embarazada, tiene 18 semanas, y desde que empezó este problema del coronavirus se muestra muy agresiva conmigo y con su abuela, porque no la dejamos salir y en ocasiones nos ha faltado hasta el respeto.
Yo entiendo que es una situación difícil porque es joven y no es fácil estar encerrado, pero ya no sé qué hacer, porque en ocasiones sale de la casa sin que la veamos y sé que estamos corriendo un riesgo muy grande las tres, sobre todo su abuela que es muy mayor. ¿Qué puedo hacer con mi hija?
Respuesta
En primer lugar te recuerdo que tu hija ya es una joven y como tal debe de ser capaz de asumir y evaluar las consecuencias de sus actos. No se trata de que la manejes como a una niña o como a una adolescente tratando de establecer las pautas en su comportamiento, se trata de sentarse cara a cara y devolverle esa responsabilidad.
Planificado ó no, el continuar con el curso del embarazo responde a una decisión personal o de la pareja; con independencia de cual fuere su caso, la tarea familiar estará encaminada a lograr un acompañamiento que fomente la responsabilidad.Te sugiero pautar una conversación en la que tu hija pueda reflexionar junto a ti sobre las alternativas de solución de esta problemática.
Es probable que sea eficiente el compartir con ella tus propias experiencias de la gestación y enfatices en cómo el cuidado y el compromiso para con el bebé comienzan desde la concepción.
No des consejos, utiliza las preguntas que sean necesarias para que estimules en ella la reflexión. Un buen recurso es preguntar que acciones asumirá cuando una vez nacido, el bebé enferme o se encuentre expuesto a un riesgo epidemiológico, la respuesta no se hará esperar: ¨…Lo llevo al médico¨, ¨….corro para el pediátrico ¨, es tu momento, pregunta entonces por qué no protegerlo desde ahora.
Apóyala y recuérdale que no estará sola, expresale tus sentimientos unidos a tus preocupaciones al respecto. La familia establece compromisos emocionales y son ellos los que nos permiten influir en sus miembros.
Te comunico, además, que cuentas con la colaboración de redes de apoyo sociales, como tu médico de familia y el equipo básico de salud, de igual forma a través de este puedes solicitar la interconsulta oportuna del psicólogo que atiende tu consultorio. Aún en estas condiciones, la salud de las gestantes es prioridad del Sistema Nacional de Salud y se mantienen todas las acciones de seguimiento que el programa establece.
No me queda claro como funciona la consultoria, si es por privado o abierta, quiénes responden? Gracias
Puede enviar su pregunta y prestigiosos psicólogos de Pinar del Río le responderán. Gracias
A continuación le mostramos direcciones de correo electrónico a las cuales puede escribir:
reyeshernandezjavier@gmail.com
geidydiazcrespo@nauta.cu
Buenas noches . Me dirijo a uds buscando ayuda, pq estoy muy preocupada. Mi mamá tiene 67 años , vive sola en un apartamentico pequeño , bastante distante de mi , y ya han pasado muchos días de aislamiento , sin recibir visitas, sin salir de casa , y sin estar en contacto con nadie para evitar los riesgos . La soledad es triste aunque la persona ponga de su parte para q duela menos . Yo quisiera tenerla conmigo en casa , donde ella pudiera estar acompañada y pasar esta situación de una manera más tranquila, pero mi esposo trabaja en un hospital donde hay muchos personas infectadas con el virus , está en contacto a diario con otros tantos pacientes no se sabe si están infectados o no , y yo también salgo de casa todos los días , pq mi trabajo lo requiere . De modo , q estar en mi casa sería un riesgo para ella . Mantengo frecuente comunicación con ella , por teléfono , y al menos tres veces por semana , que por razones de trabajo es el único chance que tengo, le hago una visita sentada en la acera del frente de su casa , con una máscara puesta , y marcando la distancia requerida, ella por supuesto dentro de su casa . Estos intentos de acercamiento no me parecen suficientes pq son muchos días en aislamiento , y no sabemos cuantos mas serán , y la soledad especialmente para las personas de la tercera edad , es muy mala compañía . Por favor , necesito q me ayuden con algunas sugerencias para manejar esta situación , q a mi me deja muy ansiosa y a ella triste por mas que se esfuerza para esconderlo.
Buenas. Primero me gustaría añadir que esta sección debería tener mayor visibilidad y accesibilidad en este sitio-creo debe estar en la portada del periódico-.
Soy trabajador de la salud -ingeniero y me desempeño como electromédico-. En estos días he visto actitudes que supongo son propias de los tiempos de crisis y de la capacidad de cada individuo de manejar situaciones difíciles. Por un lado veo miradas llenas de pánico y actitudes que rozan la paranoia, pero quién puede decir que ante un peligro como el que nos enfrentamos cualquier actitud paranoica no podría salvar vidas. Por otro lado veo actitudes de trabajadores que aunque no dejan de cuidarse tienen una respuesta más positivista y no paran de reir, hacer bromas del momento o que incorporaron como algo natural las medidas de proteccion y se niegan a mostrar cualquier debilidad emocional.
Aunque son momentos en que los que debe prevalecer una actitud de supervivencia -por fuerte que parezca la expresión- ¿existe alguna manera de reducir el impacto psicológico que inevitablemente está dejando y dejará este año en nuestras vidas?¿hasta que punto una coyuntura como la que estamos viviendo y que todo parece indicar se prolongará en el tiempo, podría afectar la dinámica laborale?
Hola ,buenas tardes ,me complace mucho poder contar con un especialista para tratar nuestros problemas y aqui les contaré el mio .Soy de Pinar del Rio y tengo un hijo de 12 años y ,el cual es un estudiante intachable ,no tengo quejas de él solo que de hace un tiempo para aca en medio de la COVID-19 se pasa trabajo para conversar con el pues sus respuestas a veces son negativas o evasivas si le pides que realice alguna labor ,yo entiendo que este tiempo para todos los niños ha sido dificil aunque no dejo de comprender que no se ha dejado de entretener con juegos de dominó,cubiletes,haciendo competencias en la movil con juegos de futboll ,pelis ,novelas ,es decir no ha sido para nada aburrido estar en casa en familia ,yo solo le pido coolaborar con la casa pues su padrastro y yo trabajamos ,creo que no le doy tareas en exceso solo las necesarias con su abuelito de 85 ,ya puede juegar todos los dias futboll en horas de tarde ,en la noche se conecta con sus amigos en el portal de la casa y creo que su comportamiento no es acorde a como somos con el ,¨a veces le comento que esta siendo como la pala ¨ y que no se debe de ser asi ,mi papel como madre es perseverar con su conducta pero quisiera preguntar si existe alguna otra forma en la que tenga que cambiar mi forma .Le repito que es muy buen estudiante e hijo ,muchas gracias por atenderme ,sin mas lazarita