Se acerca el fin de año 2020 y las celebraciones familiares en esta ocasión tendrán un cariz diferente, debido al aislamiento impuesto entre las medidas sanitarias para evitar el contagio de la COVID-19 y también por las carencias de alimentos en la red de mercados agropecuarios.
Desde hace algún tiempo las personas han estado argumentando que no encuentran varios de los productos agropecuarios habituales en este tipo de establecimientos y que, de hacerlo, los precios son elevados, muy por encima de los topes establecidos.
Para ilustrar si tales ausencias de productos y afectaciones en los precios son ciertas, hicimos un recorrido por agros y puestos, en el que intentamos determinar si se trata solamente de una percepción generalizada o si, en efecto, los productos han ido desapareciendo de las tarimas en tiempos recientes, y los pocos que aparecen han aumentado sus precios.
Entre los productos del campo más demandados por los cubanos están los frijoles, tanto negros como colorados, y este alimento ha estado ausente durante casi todo el año, mientras que, según nuestra encuesta nacional, solo los mercados estatales de la provincia de Sancti Spíritus lo han expendido en la última semana.
El resto de proveedores del país son particulares, con precios que comienzan en 25 pesos en moneda nacional, pero que alcanzan cifras de hasta 60 pesos la libra, muy por encima del precio estatal, que sitúa a nueve pesos el frijol negro y 11 el colorado.
Sobre este producto en particular, la causa fundamental de su falta en los mercados cubanos hoy ha sido el bajo rendimiento del cultivo, debido a la plaga comúnmente conocida como trips.
Entre las provincias con mayores afectaciones en la anterior campaña se encuentran Mayabeque, Artemisa, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Matanzas, pero los diagnósticos realizados confirman que la plaga se encuentra presente en áreas productivas del cultivo del frijol y la habichuela en todas las provincias del país.
Otros productos en falta son las viandas y las ensaladas, que no fueron afectados por una plaga, pero que han sufrido los embates del paso de la tormenta tropical Eta, un hecho que se sumó a la baja productividad de determinadas cosechas por afectaciones asociadas a la COVID-19.
El ají cachucha, uno de los más baratos y comunes durante todo el año, ahora tiene precios que rondan los 10 pesos por una lata pequeña, y que pueden llegar a los 15 pesos, si bien es un producto que hay en todas las provincias del país, y el tomate, una ensalada de estación, tiene precios que van desde un extremo (40 pesos) al otro (8 pesos, en la venta estatal), si bien el valor más recurrente es 30 pesos la libra.
También ha subido el precio de la malanga y del plátano: la primera en todo el país se puede comprar por 10 pesos, un número ya de por si elevado, y desde Granma llega el preocupante reporte de que los carretilleros y particulares son los únicos que poseen la vianda y la venden a 30 pesos.
El plátano, por su parte, siempre resulta un cultivo que se afecta por el paso de tormentas tropicales y de ciclones, y este año no debe ser diferente tal daño, pues el producto no es habitual en las tarimas como solía ser en esta época y sus precios han aumentado, llegando a costar cinco pesos cada plátano en provincias como Granma o Santiago de Cuba.
Por otra parte, el precio de la carne de cerdo es uno de los más altos en los últimos tiempos, pues hace menos de un año tuvo que ser topado entre 35 y 45 pesos, y ahora acaba de fijarse nuevamente en 55 pesos, un número que desde hace algún tiempo era el habitual en los vendedores y que ahora mismo es casi el mínimo, según nuestras indagaciones.
En casi todo el país la carne cuesta entre 45 y 60 pesos cubanos, mientras que en Matanzas y La Habana los vendedores, en su mayoría particulares, muestran precios por encima de 65 pesos y que alcanzan los 70.
Solo en dos establecimientos estatales de Las Tunas y tres de Sancti Spíritus se encuentra el producto en oferta por estos días, y en ese caso sí se ofrece con un valor adecuado, a precios mucho menores: 17 y 16 pesos la libra, respectivamente.
La situación de la producción de carne de cerdo no es una novedad en 2020, puesto que en los últimos años ya experimentaba un estancamiento que comenzó a ser más evidente en 2019 ante la falta de financiamiento para la importación de pienso.
Es un hecho que muchos productos necesarios para la canasta básica han desaparecido de los agros y placitas, o han incrementado sus precios en los últimos meses, no solo en La Habana, sino en todo el país.
También es justo señalar que en algunos casos este incremento del costo está avalado por la falta de producción, también justificada en algunas ocasiones por el paso de fenómenos meteorológicos y biológicos, o humanos, ya que en este año la producción agrícola, como en muchas ramas, se frenó debido al paso de una pandemia, a la vez que las personas en sus casas consumieron más comida de lo habitual.
Pero como señalara recientemente el viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, en el fenómeno es posible apreciar visos de especulación a partir de los anuncios de la cercanía del proceso de ordenamiento monetario, que generará fenómenos de inflación.
Por tanto, quedaría analizar si la falta de algunos otros productos tiene también una justificación, o se trata de unos pocos aprovechándose de las necesidades de otros, pero lo más importante, sobre todo, es devolver los productos a las tarimas, para que puedan ser consumidos por las personas.