Disminuir la movilidad y controlar el acceso al municipio cabecera forman parte de las medidas adoptadas por la dirección de la provincia en Pinar del Río en su enfrentamiento al impacto de la COVID-19.
Para ello se crearon puntos de control y pesquisaje en las principales rutas de entrada y salida, y en los últimos días, ante el incremento de casos en el territorio, se pusieron en práctica nuevas disposiciones que requieren de mayor rigor en esos lugares y también más responsabilidad de parte de todos.
De los cinco puntos ubicados en las afueras del municipio, este equipo de Guerrillero llegó a tres, no solo para indagar sobre su funcionamiento, sino para conocer las condiciones en que hombres y mujeres de distintos sectores se enfrentan a la difícil tarea de hacer cumplir lo estipulado.
DEPENDE DE TODOS
Inspectores de Transporte, agentes del orden interior, personal médico y de la Cruz Roja conforman un equipo que, ininterrumpidamente, tiene la misión de controlar y velar porque la propagación del virus sea menor desde otros territorios.
En el kilómetro nueve de la carretera a San Juan y Martínez, en el límite del municipio, se levanta la carpa que funge como punto de control. Desde el 28 de enero pasado Tahimy Bernal Puertos, licenciada en Optometría y Óptica del policlínico Turcios Lima, es la encargada de hacer la pesquisa y tomar la temperatura al personal que circula por la zona.
“Ahora hay mucho más rigor, pues cambió el modelo del autorizo, pero el trato con las personas es complicado. Todo el mundo quiere solucionar su problema y se quejan a veces por las colas que tienen que hacer para solicitar los permisos, entonces no comprenden cuando los inspectores explican que están cometiendo una violación, por eso se han dado casos de molestias y discusiones.
“Hay mucha menos movilidad después de las últimas medidas, aunque todavía hay quienes se van por caminos, por eso se han trasladado los puntos a los límites mismos del municipio. Cuando estábamos en el kilómetro cuatro, pasaba mucha gente diciendo que iban hasta el cinco o el ocho y no había forma de corroborar eso. Evadían el punto, incluso vecinos se quejaban de que transitaban por sus patios”, apuntó Bernal Puertos.
Según Carlos Rodríguez González, director de la Unidad Estatal de Tráfico (UET) en Pinar del Río, siempre hay cuestiones en las que se autoriza el paso, como a los campesinos que tienen sus sembrados en las cercanías, o urgencias de otros municipios que no han tenido tiempo de solicitar el permiso y llaman directamente al director de Transporte, que es actualmente la única firma autorizada en el documento.
“Se dan muchos casos de gente que llega ‘inventando’, como se dice, y quieren pasar para resolver asuntos que no figuran entre los estipulados, y a esos se les vira. Durante este último periodo de incremento de infectados, hasta la pasada semana retornamos 34 medios de transporte y aplicamos 29 multas por el Decreto 31 que están en el rango de los 1 000 y 2 000 pesos a quienes vienen sin permiso, a los choferes que llevan pasajeros sin autorización y también a esos pasajeros.
“Siempre le indicamos a los compañeros que están aquí que las multas tienen que ir bien puestas, no por capricho. Se ha dado el caso de personas que se bajan del vehículo, pasan a pie por algún trillo y se vuelven a montar, en eso los patrulleros son muy efectivos”.
En este punto, uno de los más concurridos del territorio, refuerzan el trabajo en horario nocturno y cuentan con dos ciclistas de la PNR. Igual proceder aplican al otro extremo de la ciudad, en el ubicado en la Autopista, donde el movimiento de carros estatales y particulares es mayor.
Allí conversamos con Orlando Rodríguez Roig, jefe de Inspección Estatal del Poder Popular en Pinar del Río. “Este es un punto muy complicado, de ahí el rigor con el que trabajamos. Gracias a eso se han detectado incidencias, indisciplinas, personas que dicen que van a problemas familiares a La Habana y viran cargados de cosas para vender, y hasta casos de salidas ilegales”.
Un panorama distinto se aprecia en Guanito, una zona que según Yoandry Mujica Labrador, inspector de Transporte del emplazamiento, es bastante tranquila en cuanto a los vehículos, pero en caso de que circule alguien a pie sin permiso de movilidad se les aplica el decreto. “Hemos tenido turnos de poner cinco o seis multas, pero últimamente casi ninguna.
HUMANIZAR LA LABOR
Trabajar 12, 24 horas seguidas no es tarea fácil, mucho menos cuando además de lidiar con distintos caracteres a cada minuto, las condiciones de vida no son las más idóneas. De los tres sitios que recorrimos, solo el ubicado en la Autopista cuenta con un baño adecuado (sobre todo para las mujeres) en el interior de una caseta creada para el necesario descanso y que además tiene hasta aire acondicionado.
La iluminación es otro aspecto que afecta a la mayoría de estos sitios, pues en ninguno de los tres existe suficiente para que, al llegar la noche, se logre la eficiencia del trabajo, además de evitar incidentes que incluso pongan en peligro la integridad física de los que allí laboran.
Tal vez sea el ubicado en Guanito el de menos actividad; sin embargo, de acuerdo con los integrantes del equipo, de todos los puntos es allí donde mejor se come. “De la cafetería cercana al antiguo hospital nos traen el almuerzo y la comida, muy bien elaborada y caliente. Además de la merienda y agua fría, asegura Antonio Díaz Mederos, uno de los jefes de sector encargados del lugar.
Sin embargo, uno de los principales problemas que afecta al de la carretera a San Juan es la mala calidad de los alimentos que reciben de El huevo estrellado. “La elaboración no es adecuada, en ese aspecto deberían mejorar la atención”, apuntó el director de la Unidad Estatal de Tráfico.
Por otro lado, los trabajadores del punto situado en la Autopista coinciden en que la comida no era buena cuando la recibían del mismo establecimiento, algo que ha cambiado desde que les llega de La taberna.
Estos hombres y mujeres dejan sus problemas, sus hijos y sus viejos en casa para exponerse a un virus mortal que puede ir y venir en el asiento de un auto. El sol, la lluvia, los mosquitos o el calor, son batallas constantes que tienen que librar cada día para hacer su trabajo. Meses han pasado desde que iniciaron una labor que resulta prioritaria para la provincia y merecen al menos condiciones que le garanticen seguridad y bienestar. Ningún esfuerzo es en vano cuando se hace por un bien común, mayor. Esta batalla, se gana entre todos.