Un 22 de septiembre de 1981 llegó al mundo Alexei Ramírez Rodríguez. No sabe si fue cesárea o parto natural. Tampoco conoce por qué lleva encima un nombre ruso. “Quizás moda de la época”, me dice con su rostro bien serio, aquella tarde nublada en la redacción de este semanario, haciéndose acompañar del amigo que nunca lo abandona: Luis Giraldo Casanova.
Busco y busco por dónde le entra la humildad a este moreno fibroso, entonces me ratifica que eso viene de la cuna. “Taco Taco es un pueblito de gente muy humilde, de gente que ha pasado mucho trabajo, donde se trabaja mucho la tierra y se cultivó mucho la caña. Mi madre, ama de casa; mi padre, camionero de Comercio, la vida entera repartiendo los mandados por las bodegas.
“Mi viejo tenía muy poco tiempo para llevarme a un terreno de pelota, fue mi tío, ese con el que cumplo el compromiso de volver a jugar en Cuba, quien me inculcó el béisbol, por eso hoy le profeso tanto cariño. Tampoco olvido a mis primeros entrenadores: Pedro Pablo y Felipe, ya fallecidos. Que Dios los tenga en la gloria. Ellos fueron los que me apodaron Pirineo, yo era muy chiquito y flaquito”.
¿Cómo fue que llegaste al alto rendimiento?
“Normal, como uno más. Jugando en Taco Taco en las categorías infantiles, me vieron, me hicieron las pruebas y me trajeron para la Eide. Lo mismo me utilizaban como torpedero que como jardinero. Jamás me llamaron a una preselección Cuba en las categorías inferiores. Mi baja estatura y peso corporal, creo que fueron los culpables”.
¿Por qué te fuiste de Cuba? ¿Tus padres no se opusieron?
“Por amor, por amor mi hermano. Estando jugando con el equipo de Pinar del Río me enamoré de una dominicana que era estudiante de Medicina. Nos conocimos en el estadio. En Cuba tuvimos dos hijos, y cuando ella se gradúo decidimos irnos a vivir a Dominicana. Después tuvimos tres hijos más, cuatro varones y una hembra. Hay uno que hace intentos por jugar pelota.
“Mis padres nunca se opusieron, siempre respetaron mi decisión. Hoy los dos viven conmigo en Miami. No te niego que también me fui con la idea de probarme en las Grandes Ligas, es el sueño de cualquier joven que hoy practique el béisbol”.
¿Imaginó un hombre tan humilde como tú llegar a ser millonario?
Siento que me clava sus ojos como si la palabra millonario fuera para él una ofensa. “Periodista, yo pensé en jugar pelota, no pensé en el dinero”.
¿Cómo fueron las relaciones con tus compañeros de equipo una vez que decidiste irte?
“Excelente. A mí me castigaron ocho años sin venir a Cuba. Créeme que lo sufrí mucho. Soy cubano ciento por ciento, y eso no me lo arranca nadie. Cuando pude venir a Cuba, fue tremendo. Siempre traté de contribuir con el desarrollo de la pelota en la provincia, sobre todo con implementos, es decir, bates, pelotas, guantes. Con lo que pude”.
Pero en una ocasión, estando en el banco con el equipo, alguien te dijo que allí no podías estar… “Es cierto. Tranquilamente me fui, sin ningún tipo de molestia. Quien sí montó en cólera es este señor que tengo a mi lado. Pero la vida da muchas vueltas, ya hoy espero que nadie venga a botarme del banco de mis vegueros”.
¿Has recibido muchas críticas por el hecho de volver a jugar en Cuba?
“Hasta ahora, no he escuchado ninguna. Tampoco eso es preocupación para mí. Tú sabes que aquí se critica todo’’.
¿Te resulta difícil la convivencia con un grupo de jóvenes, sobre todo que enfrentan problemas económicos?
“Para nada, ellos son mis compañeros, mi amigos. Los vegueros somos una gran familia. Además, yo vengo de abajo, y las raíces no se pueden olvidar. Eso lo he tenido siempre bien clarito. Siembra y recogerás. Convivir con ese grupo de muchachos jóvenes, lo que me ha impregnado es más juventud, más alegría. La gente está equivocada, el dinero hace falta, pero hay otras cosas tan importantes como el dinero”.
¿Cuántas veces te han expulsado de un terreno de pelota?
“Una sola vez, aquí en Cuba. Me cantaron un out en home que fue una injusticia. No acostumbro a protestar por esas cosas, pero uno tiene sangre, y aquel día le dije un disparate al árbitro. Si me matas, ni me acuerdo del nombre del ampaya”.
¿Cómo ves la calidad del béisbol y del arbitraje en Cuba?
“Sigo pensando que en Cuba hay mucho talento, que la gente sigue llevando la pelota en la sangre, pero las propias condiciones en que se practica complejizan el problema. Jugar a las dos de la tarde, como está el sol, realmente es bien difícil.
“No me considero el más indicado para hacer críticas, pero en Cuba hay que jugar más pelota, sobre todo las categorías infantiles. Si mejora la calidad del béisbol, mejora el arbitraje. Aquí los árbitros tienen una zona de strike muy amplia, demasiado diría yo”.
El jonrón 100
“Lo estaba buscando, pero ese salió. Fue un regalo para mi tío y para esa afición que tanto me ha respaldado”.
Vi un audiovisual en el que le llevas a la casa un presente a una joven fan tuya. Fue un gesto muy bonito de tu parte.
“Eso se usa mucho allá. También el equipo me pidió que tuviera ese gesto con la muchacha. Sentí mucha alegría al ver a aquella joven emocionada cuando me abrieron la puerta y vieron que era Alexei Ramírez en persona”.
También escuché, en un canal de Miami, a un presentador decir que Alexei Ramírez es el millonario más humilde que ha pasado por las Grandes Ligas.
‘’Se lo agradezco, pero yo prefiero que digan que jugué nueve años en Grandes Ligas, que gané dos bates de plata, que estuve muy cerca de ser novato del año y que me siento muy orgulloso de ser cubano”.
Hasta el momento de hacer esta entrevista, tú no has faltado a un solo partido del equipo. ¿No crees que pueda llegar el cansancio partiendo del intenso calor que hace por estos días?
“No lo creo, me preparé para eso. Además, tengo que viajar por asuntos personales a Estados Unidos por una semana, y durante esos días voy a refrescar. Por cierto, mis disculpas a la afición guantanamera, hubiera querido viajar con el equipo a esa subserie, pero realmente se me hizo imposible”.
La inclusión de jugadores cubanos que juegan en otras ligas, ¿pudiera afectar el desarrollo del béisbol en la base?
“Pudiera ser, no te puedo dar seguridad. Lo que sí te digo algo, quien venga debe venir bien preparado. No se puede venir hacer papelazos. En mi caso, siempre me mantuve jugando los domingos, pero mi preparación física ha sido sagrada, ni una libra más ni una libra menos”.
¿Realmente has sentido el calor de tu pueblo?
“Espectacular. Donde quiera que he llegado siento el cariño de los cubanos. No puedo contabilizarte la cantidad de fotos que me he hecho en estos días, no solo en Pinar, sino en toda Cuba”.
¿Qué música prefieres?
“Cualquiera”.
Tu comida predilecta.
“Arroz, frijoles y bastante carne”.
¿Con quién compartes la habitación en el equipo?
“Solo”.
Amigo.
“Este que tengo a mi lado”.
Cerveza, ron o vino.
“Lo mismo que este que tengo a mi lado. Ron blanco”.
Hacemos un todos estrellas. Yo pongo los nominados.
‘’No me gustan las comparaciones, mucho menos de etapas diferentes, pero si insiste, vamos a hacerlo”.
Receptor: Juan Castro, Ariel Pestano o Yasmani Grandal.
“Juan Castro”.
Primera base: Antonio Muñoz, Agustín Marquetti, Pito Abreu o Kendry Morales.
‘’Antonio Muñoz “.
Segunda: Pacheco, Urquiola o Anglada.
“Urquiola”.
Torpedero: Rey Ordóñez, Germán, Pared o Candelita Iglesias.
“Germán”.
Tercera: Linares, Yuliesky, Pierre, Vargas.
“Linares”.
Jardinero izquierdo: Capiró, Cepeda, Gurriel o Bárbaro Garbey.
“Capiró”.
Jardinero central: Víctor Mesa, Luis Robert o Alexei Ramírez.
“Luis Robert”.
Jardinero derecho: Yordan Álvarez, Adolis García o Luis Giraldo Casanova.
‘’Casanova sin discusión”.
Designado: Kindelán, Despaigne o Romelio Martínez.
“Kindelán”.
Lanzador derecho: Vinent, Rogelio, Lazo o Contreras.
“Contreras”.
Lanzador zurdo: Jorge Luis Valdés, Changa Medero o Aroldis Chapman.
“Jorge Luis Valdés”.
Director preferido.
“Jorge Fuentes”.
¿Cuánto te pagan en Cuba por jugar pelota a las dos de la tarde?
“La salud de mi tío”.
Excelente jugador y ser humano, se que no me recuerda pero lo conocí personalmente entre 2005 y 2007 cuando yo dirijia en la UJC , incluso tengo una foto con el. Hoy dirijo en su San Cristóbal natal
Pero no hemos coincidido. Gracias por tanta humildad y cubania