Cuando Europa comenzaba a recuperarse de la devastación que causó la plaga conocida como la Muerte Negra, una dolencia desconocida hacía estragos en la población adulta, sin distinción de sexo o estrato social.
Dicen que el primer caso fue un soldado alemán llamado Ulrich von Hutten y que pasó 10 años agonizando por aquel doloroso padecimiento.
La preocupación incrementó cuando los médicos no encontraban referencia alguna en la literatura, y la evolución de la enfermedad era tal que quien la contraía apenas quedaba con vida.
Al descubrir que se trasmitía por las relaciones sexuales, un doctor de la época sugirió llamarla “enfermedad venérea”, pues como la causa principal era el acto de hacer el amor, se relacionaba con la diosa Venus.
Se trataba de sífilis y se manifestaba, entre otras cosas, en forma de forúnculos en la piel que supuraban un pus fétido y espeso. La supuesta cura hallada en los primeros años de la aparición de esta infección era respirar gas de mercurio caliente, muy usado por aquel entonces para tratar enfermedades de la piel.
Decían que la cura era peor que la enfermedad, ya que los pacientes perdían la razón y hasta se le caían los dientes. Luego en 1517 apareció un arbusto haitiano llamado guayaco que se cocinaba y se administraba el líquido dos veces al día. Para completar el tratamiento había que pasar 30 días en un cuarto caliente para sudar la infección.
Según la biografía del médico italiano Gabriello Fallopio, a quien debemos hoy en día varios términos anatómicos, durante aquel brote de sífilis en el siglo XVI, el científico realizó una prueba con 1 100 hombres que utilizaban preservativos de lino y tripa animal que evitaban el contagio de sífilis. Y aunque no era precisamente una cura, al menos evitaba algo la propagación.
La sífilis cobró cantidad de vidas durante mucho tiempo, hasta que en 1905, con la llegada de la medicina moderna, se identificó la bacteria que la causaba y luego el primer tratamiento efectivo, aunque no fue hasta 1943 que se descubrió la penicilina y la cura al padecimiento.