Paulina Pino Hernández es puro sentimiento, ella sabe cómo amar a los niños, acercarse a ellos y sacar lo mejor de cada uno. No por gusto son los 36 años que ha dedicado a la enseñanza, y de ellos, una buena parte a la Educación Especial.
En la actualidad, y desde la inauguración del centro, trabaja en la escuela especial Hermanos Saíz, ubicada en la calle Rafael Morales, en la que se atienden a niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Siempre ha sido maestra de aula y verla cómo trabajaba con Álvaro de nueve años para enseñarle los contenidos, nos dio una muestra de lo que significa el amor, la paciencia y la entrega.
UNA ESCUELA DONDE PRIMA EL AMOR
La “Hermanos Saíz” se inauguró en el año 2013 para atender a niños con TEA y según nos informa su directora, Laydis Alfonso Rodríguez, abriga actualmente una matrícula de 22 alumnos y 38 trabajadores, de ellos 23 docentes.
Además, los niños reciben la atención de siete especialistas en Logopedia, Psicopedagogía y Psicología. La escuela se ocupa de otros 59 educandos de otros municipios, quienes se encuentran en otros contextos educativos, ya sea en primaria, secundaria, círculos infantiles y demás.
Según la joven directora, el centro atiende la preparación de los maestros, incluidos los de apoyo, y de los especialistas de los centros que tienen niños con TEA. Se priorizan sobre todo los que comienzan nuevos y las escuelas que reciben por primera vez alumnos con el trastorno.
En el tema de la calidad de la educación, también siguen las nuevas formas del tercer perfeccionamiento
“Se implementa el trabajo continuo del sistema de Educación General y nosotros como enseñanza Especial realizamos adecuaciones curriculares para que los estudiantes puedan vencer los objetivos y contenidos del grado”, nos explicó Alfonso Rodríguez.
“Cuando se les diagnostica el autismo, los que vienen tienen dificultades en las áreas del espectro, como por ejemplo en la socialización, la comunicación social, el lenguaje y el autovalidismo, y el objetivo es corregir y compensar.
«Cuando lo logran vuelven de nuevo a su contexto educativo, ya sea una primaria, secundaria, y a los que no venzan las áreas dañadas se les implementa el programa de Preparación para la vida».
Alfonso Rodríguez explicó que todos, de una u otra forma, alcanzan habilidades en el desarrollo, de manera lenta porque hay que trabajar mucho.
“La pictografía es muy importante en este tipo de educandos porque su potencialidad es la percepción visual, y puesto que no entienden todo lo que ven y escuchan, de esta forma ellos pueden comprender toda una situación. A ellos se les organiza el diario en la escuela y en el hogar de esta manera”.
Refirió que la relación con la familia es muy buena. “Por ejemplo, ahora nos encontramos en la semana de concienciación del Autismo y a ellos se les da tareas y se les vincula con las actividades de la escuela.
“Ellos son los que nos apoyan cuando se incorporan niños nuevos, porque las familias que se inician siempre pasan su etapa de duelo y los que tienen experiencia nos ayudan a nosotros.
“Los padres buscan apoyo y esperanza y nada mejor que los que hayan pasado por este proceso para que les explique y para que le digan las fortalezas y las debilidades, ya que estuvieron en igual situación.
“Una vez que se orienta a la familia, se relacionan más con nosotros en las actividades socioeducativas y van viendo otro aire de vida, espíritu y sentir.
“Cuando comienzan aquí sienten temor, porque es una escuela especial y van a tildar al niño, a veces se niegan y quieren llevarlos para las primarias, porque aparentemente el pequeño conoce, habla, comprende, entre comillas, sin embargo, sí se dan cuenta que algo raro sucede, porque presentan síntomas que otros no tienen.
“Después, cuando ven todo el programa que se implementa en la escuela como proyecto educativo institucional, la familia cambia por completo, ya quieren tener al niño aquí, y cuando tienen que transitar pasan trabajo para sacarlo del centro”.
¿Cuáles son las señales de alerta del TEA?
“Existen señales como mostrar apegos a objetos; no tienen contacto visual; en todas las ocasiones no aceptan el contacto físico; a veces no toleran los ruidos; les llama la atención los colores llamativos; presentan (ecolalia, repiten de forma continua algo que les viene a la mente o algo que la maestra esté enseñando en ese momento), si no se les anticipan las actividades puede que debuten en una perreta; tienden a sentir miedo a cosas muy específicas que son imperceptibles para nosotros; les gusta las cosas que giran; tienen estereotipias, hacen aleteos de manos, giran en el mismo lugar, caminan en puntas de pie y ríen o lloran sin sentido.
“Todos tienen autismo, pero son diferentes, no hay uno igual al otro. El TEA se diagnostica en el equipo multidisciplinario de la comisión de Psiquiatría en el hospital Pediátrico. Después pasan al Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO), donde se le da seguimiento al niño y se valora si viene para una escuela especial o general, de conjunto con la decisión de la familia”.
PICTOGRAFÍAS
En la puerta del aula de Computación, una asignatura que les gusta mucho, hay una imagen de una computadora con la foto de la maestra. Así sucede en todos los lugares de la escuela para que ellos visualicen.
La profesora Martha Carballo Corrales, quien lleva 13 cursos en el centro, nos dice que son niños muy alegres, cariñosos y que necesitan de las personas.
Luego dimos un recorrido por las aulas de sus colegas Anisabel Hernández y Paulina Pino, ambas estaban en el trabajo individual con los alumnos, pronto Yuliesky nos dice un ¡hola!, lleno de alegría.
CON LOS ESPECIALISTAS
En el salón más amplio de la escuela encontramos a los especialistas reunidos.
Lisset Hernández Arencibia, psicóloga, nos confesó que la experiencia en la escuela ha sido maravillosa y que ha aprendido, con el paso del tiempo, de ellos mismos porque la práctica ayuda.
“Es un trabajo estupendo, pues son niños cariñosos, sinceros, que te hacen que los ames, primero por sus características y segundo, por lo que avanzas con ellos, y qué mayor satisfacción que trabajar y ver los logros que adquieren cada día”.
La psicopedagoga Danytere de Lázaro Cubillas Romero, recién graduada que solo lleva tres meses en el centro, nos confesó que es una experiencia nueva trabajar con estos niños que tienen un trastorno amplio y ninguno es igual.
“A veces estás con ellos y de pronto vienen y te abrazan, eso es lo más lindo de todo lo que me ha pasado.
“Con ellos se trabaja con la teoría de la mente y hay que ir viendo cómo cada uno lo hace, y uno trata de ayudarlos, de brindarles todos los recursos para que lo aprovechen”.
La maestra Ana María Alonso Cruz, es bien avezada en el tema, comenzó en la escuela como bibliotecaria y después empezó en la plaza de maestra por estimulación.
“Los niños cuando tienen los rasgos y asisten a la consulta, los padres siempre tienen la esperanza de que no van a diagnosticarlos y entonces se ponen muy dolidos, con un duelo eterno; pero ya después de las orientaciones saben que si desde los primeros años de vida se trabaja con ellos se logra muchísimo.
“Hay niños que aprenden fácil, otros se estacan y los hay que retroceden, pero con la intervención de la escuela y la familia llegan a aprender, según el nivel”.
Lismaykel Montano Rivera es logopeda, nos explicó que en el centro hay niños que no tienen un desarrollo del lenguaje y entonces se les brinda una vía de comunicación, y que utiliza mucho el método de habla signada, que es la palabra unida al signo.
ALEX
A la mente de la maestra Ana María vino el recuerdo de Alex.
“Es un niño que en sus inicios asistió a la escuela Dora Alonso con dos años y comenzó en el centro con cuatro. No tenía lenguaje, con una socialización mala, con las tres áreas del desarrollo con problemas, y después de pasar los años con el trabajo continuo comenzamos a ver logros satisfactorios.
“Llegó a escribir y a leer, empezó en la escuela 28 de Enero participando en círculos de interés y hoy es un niño maravilloso, con muy buen comportamiento».
Hoy Alex está en la secundaria básica, gracias a que el colectivo de la Hermanos Saíz trabajó las áreas como la comunicación social, el comportamiento y el autovalidismo, después se dedicaron al aprendizaje, con su adecuación en el currículo.
Historias como la de Alex y otros más son el diario de estos docentes, especialistas y trabajadores.