Sobre el pedestal pusieron los sanluiseños el nombre de María Alejandra, ella no es deidad, pero al mencionarla entre los transeúntes solo escuchas halagos a su persona. Para cualquier pinareño ella sería una ginecobstetra más de nuestras instituciones de Salud, pero en San Luis no, todos la conocen, pues ha sido mucho lo bien hecho, por lo que tiene un prestigio ya ganado.
Curar los males del cuerpo es un don que se les dio a los galenos, y si aparejado a ello curan el alma con su entereza, no cabe otra cosa que honrarlos.
Y similar ocurre con ella, una doctora graduada en 1984, que tuvo la suerte -según asegura- de hacer un internado vertical en Gineco Obstetricia, especialidad por la que siempre tuvo interés, o sea, desde el ´83 ejerce como tal, por lo tanto, las cuentas son exactas a la hora de sumar las cuatro décadas dedicadas a este servicio.
ENAMORADA DE LA PROFESIÓN
María Alejandra López Rodríguez hasta hoy no ha enfrentado muertes maternas, sustos muchos, maternas graves muchas más, con las que tuvo que correr de urgencia; pero le gusta lo que hace, “me siento útil, productiva, con grandes expectativas y a la vez, un sinfín de miedos por no cumplirlas, hecho que me obliga a esforzarme para lograrlas”, dijo.
“La especialidad es bella”, afirmó más de una vez durante la conversación, como señal de que le gusta lo que hace y lo defiende en cualquier escenario, tanto es así, que la pasión por su trabajo la transmite a los estudiantes del pregrado, quienes al terminar el periodo lectivo, deciden seguirle los pasos.
A sus alumnos siempre les explica que entre todas las especialidades, esta es de las más completas, “con el respeto de las demás; solo analicemos, quién recibe al niño al nacer, somos los primeros, y si estamos en San Luis, que no tenemos un neonatólogo al lado, si me nace deprimido, tengo que saber qué hacerle a ese recién nacido, es primordial el dominio sobre esta primera etapa de vida.
“Pero a su vez, hay que conocer todas las enfermedades clínicas, como si fuéramos clínicos realmente, porque hay mujeres diabéticas, hipertensas, asmáticas, y nuestro deber es compensarlas de todas esas patologías.
“Llega también la cirugía, que no todas las especialidades la dominan, por lo tanto, somos también cirujanos. Y viene la ginecología, el plato fuerte; sin embargo, a ella, el resto no la domina”, advirtió.
De estos elementos parte, y empieza así a enamorar a los estudiantes, a tal punto, que desde la instancia provincial hay que ir a los municipios a hacer captaciones, y en este territorio sureño no hubo que hacer ninguna, “aquí se fueron voluntariamente dos, felices y apasionadas”, dice.
INICIO DEL AMOR
López Rodríguez comenzó sus estudios en La Habana, cuando en Pinar del Río no había facultad de Ciencias Médicas, allá en Victoria de Girón hizo los dos primeros años de las asignaturas básicas de la carrera y después vino aquí, directamente a continuar estudios en el área clínica, en la cual tuvo una suerte maravillosa, al contar con excelentes profesores.
Trabajó en la “Maternidad”, hoy hospital provincial materno Justo Legón Padilla, en el policlínico Pedro Borrás, de la ciudad cabecera, y por situaciones familiares pidió traslado voluntario para el pueblo que la vio nacer, donde labora desde 1991, y como ella misma acentúa, “soy medio básico de aquí”. Sí, es propiedad, en el mejor sentido de la palabra, de todos los sanluiseños.
En la docencia también resuena el nombre de María Alejandra con igual intensidad. Cabe resaltar que en Vueltabajo son cuatro médicos los iniciadores de la enseñanza Médica, allá por los finales de los años ‘80, condición por la cual, tal vez no sea mucha la remuneración recibida, pero le sirve de orgullo, así lo asegura con palabras sinceras, “eso vale más que el dinero”.
A ella le conforma, en tamaña cuantía, el estado de opinión de las personas y la satisfacción con ella misma de lo realizado hasta la actualidad, por encima de cualquier otra cosa, convicción que le inculca a las nuevas generaciones.
Es válido resaltar que la consulta de Reproducción Asistida del municipio es un sueño realizado para todo el personal de Salud del territorio, pero en especial para ella. Fui testigo de su emoción tras recibir la noticia de la confirmación de un embarazo. “Ya son seis en lo que va de año. ¡Qué maravilla! “, exclamó con total sentimiento.
“Son logros que nos cuentan y nos alegran, son mujeres que no tenían hijos y juntos luchamos por conquistar ese anhelo. Después las vemos aquí con los bebés, nos regalan su foto para exhibirla en una especie de mural de evidencia que contagia de felicidad al mirar cada retrato”.
La consulta lleva de su mano, poco más de un quinquenio. En el último año fueron 12 embarazos logrados, y su aspiración aumenta para este 2023, si se tienen en cuenta los resultados del primer trimestre.
“Está muy bien asistida, los tiempos por los que atraviesa el país son difíciles, lo sabemos, sobre todo a un tercer nivel, dígase las consultas en La Habana; pero lo poco que va quedando, se nos da, por ejemplo, el loperamide, utilizado en las histero-contrastadas, entre otros medicamentos”.
El envejecimiento poblacional de Cuba es grande y la tasa de natalidad desciende por año, por lo que esta consulta juega un papel importante entre las diferentes alternativas puestas en marcha por el país para alcanzar niveles superiores en este aspecto.
DEDICACIÓN EN TEORÍA Y PRÁCTICA
Anécdotas contadas dieron fe de su trabajo, de cuando hubo en San Luis un salón de partos y ante la emergencia de un caso ella fue capaz de poner fórceps. “Aun cuando mis colegas de entonces no estuvieron de acuerdo, qué iba a hacer, era una preeclampsia grave, vivía en Las Barrigonas, no se me olvida esa niña, con dilatación completa y además con signos de agravamiento, yo tenía que hacer algo”, por suerte fue de esas historias de finales felices.
Pero escucharla hablar realmente conmueve, tanto, que le dije que si yo hubiera sido médico, aunque esta ciencia no tiene nada que ver conmigo, mi elección fuera la Ginecología, río entusiasmada y dijo al resto de los que la escuchábamos, ¡vieron, ya capté a la periodista!
Y es que hablar de esta rama de la Medicina en San Luis y no mencionarla es obviar la calidad humana y profesional de esta mujer.
Ella atrapa con su amor, su dedicación; da placer verla cómo se proyecta, con cuánta ternura y sensibilidad se expresa cuando de ginecología comunica, disfruta tocar el resultado con sus manos, esa es María Alejandra.