Cuba presentó este jueves el quinto y definitivo protocolo para el enfrentamiento a la COVID-19, que ya se encuentra en marcha con 16 medicamentos, 13 de ellos de producción nacional y en su mayoría innovadores. Se trata de un protocolo mucho más consolidado, que ha permitido ir mejorando algunos indicadores de efectividad y se dedica al Líder Histórico de la Revolución Fidel Castro, en su cumpleaños 94, este 13 de agosto.
Así lo anunció la directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Doctora Ileana Morales Suárez, durante la Mesa redonda de este miércoles, referida a cómo la comunidad científica en la nación caribeña continua el enfrentamiento a la pandemia.
La especialista ofreció una detallada explicación acerca de cómo junto con el desarrollo de la ciencia cubana y de la innovación, tan protagónicas en todos los tratamientos contra la COVID-19, también se fortalecen y desarrollan los protocolos de actuación de la Salud cubana, cuya evolución se ha podido concretar pues al tiempo que se investiga se innova.
“Todas las modificaciones hechas están sustentadas en investigaciones, la mayoría de ellas ya publicadas; es un tema que además lleva mucho rigor”, aseguró, luego de realizar una comparación desde la versión 1 hasta la 5; la primera apenas contaba con 9 medicamentos pero con una base nacional importante y se centraba solo en la atención al confirmado, al grave y al crítico, es decir en el enfermo.
Ya la versión 2 considera la parte preventiva y terapéutica; la 3 evolucionó mucho más, siempre con una fuerte presencia de medicamentos cubanos -apenas dos importados- y una carga mayor de medicamentos innovadores que, a su juicio, es el sello de oro del protocolo cubano, y ha marcado la diferencia, mientras el 4 es muy robusto y en el mes de mayo comenzó a propiciar la reducción de los casos graves y críticos, pues ya incluía a todos los escenarios y todo tipo de poblaciones.
Explicó cómo en abril Cuba mostró 4.4 de letalidad, y paulatinamente fue bajando hasta que este 12 de agosto ya se encontraba en 0.2, a su juicio relacionado también con el aprendizaje de los médicos y el resto del personal de salud en cuanto al manejo del enfermo, mayor conocimiento del momento exacto para aplicar un medicamento, cómo y bajo qué condiciones.
Dijo que la ínsula dispone de un protocolo único nacional preventivo, terapéutico y de rehabilitación que tiene anexo un programa de apoyo psicológico y social, sobre todo de salud mental para pacientes, familiares trabajadores de la salud en la zona roja; asimismo, incluye las medidas preventivas con igual equilibro que las terapéuticas y es el único a nivel internacional que tiene incorporado el protocolo del convaleciente.
“Pero no cejamos en el empeño de seguir aportándole evidencias y perfeccionándolo”, reiteró Morales Suárez, quien aseguró que no se ha perdido el ritmo para ir tras la búsqueda de tecnologías basadas en el conocimiento que incrementen la efectividad y eficacia a favor de contener la trasmisión, y a la vez resulta una prioridad el diseño de nuevas intervenciones, estudios y ensayos clínicos.
Hizo mención a que durante las últimas horas se han estado aprobando nuevos ensayos clínicos con el diseño y aprobación de al menos otros cuatro, que impactarán de manera puntual unos en la recuperación, otros en el protocolo y otros en la prevención.
Indicó que se trata de una enfermedad que crea desafíos, genera incertidumbres y aunque ahora se le conoce un poco más, todavía las preguntas superan las respuestas, por eso seguirán enfrentándola, no sin antes considerar que la disciplina es la mayor barrera ante este enemigo invisible, y que hoy estamos en un momento definitorio.
Previamente hizo un recordatorio a la actualidad del pensamiento de Fidel en torno a la ciencia, y al rol de los jóvenes, fuerza extraordinaria al igual que las mujeres. Evocó aquella temprana fecha de 1960, cuando el Líder Histórico de la Revolución anticipó que había un gobierno revolucionario que buscaba la verdad, que necesitaba de los científicos y de los investigadores, pues ese era el minuto en que todas las inteligencias tenían que ponerse a trabajar, en que todos los conocimientos no eran suficientes para la obra que se realizaba y eran necesarios muchos más.
Se recalcó que en la génesis de tan promisorios enunciados se sostiene la manera positiva en que se han venido transitando los caminos contra la COVID-19 y que animados por su pensamiento y su legado se han enrolado en esta batalla todos los científicos, profesores, médicos y profesionales que tenían algo que decir y hacer.
La también co-coordinadora del grupo científico que ha estado trabajando en el enfrentamiento a la pandemia, habló del pensamiento estratégico de Fidel para el desarrollo del propio sistema de ciencia e innovación tecnológica del país, en particular el Polo Científico que después derivó en BioCubaFarma, con su visión de unir voluntades y llevar jóvenes talentosos a formar los primeros centros de investigación, el desarrollo de las universidades de ciencias médicas y en particular del Sistema Nacional de Salud.
Por su parte, el Doctor en Ciencias Raúl Guinovart, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, mostró las curvas de la pandemia, no sin antes comentar que toda la población es susceptible a contraer la enfermedad, pero si las personas se protegen, salen de ese grupo y ya no enferman.
Llamó la atención en la capacidad de rapidez de la enfermedad, su forma de transmisión entre personas, a través de las superficies, y con posibilidades en los locales cerrados. El uso del nasobuco, la desinfección de las manos y el adecuado distanciamiento social siguen siendo las medidas más eficaces, puntualizó el experto, tras señalar que durante el verano hubo mayor interacción entre enfermos y sanos, que derivó en la actual situación de un alza sostenida de casos confirmados.
Alertó que se sube rápido, pero la bajada es más lenta y hace que la pandemia se extienda en el tiempo, de ahí la importancia de que las personas e instituciones comprendan la necesidad de protegerse. “Los distintos modelos de pronósticos están indicando que la situación puede complejizarse, y la solución para ello es protegerse”, aseveró.
CIGB 325
Durante la Mesa Redonda se transmitió un reportaje televisivo de la colega Niurka Dámaris, del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, sobre una molécula inicialmente desarrollada con fines oncológicos llamada CIGB 300,que luego de una rigurosa evaluación está siendo validada para pacientes positivos al SARS-CoV2 en los que ha demostrado efecto antiviral, resultado que según afirmó el Doctor Sergio Ernesto Perea, líder científico del proyecto CIGB 325, pudieron constatar en el laboratorio, así como en el estudio clínico en pacientes que evolucionaron favorablemente y que ya están de alta médica.
Se conoció que el estudio fue controlado, es decir, en un grupo se cumplieron los protocolos establecidos por el Minsap para el tratamiento de los pacientes con COVID-19 y en otro grupo, además de esto, se adicionó la aplicación del CIGB 325 una vez por día durante cinco días. Al séptimo día se realizaron las evaluaciones correspondientes y se constató una mejoría considerable de las lesiones inflamatorias pulmonares.
El CIGB 325 ha demostrado ser un producto seguro, no se presentaron eventos adversos de significación, que unido a la evolución clínica satisfactoria de los pacientes tratados ha motivado a continuar su desarrollo. En estos momentos se escribe un nuevo protocolo, en el cual se incluirá una mayor cantidad de pacientes. Por todo ello apunta a convertirse en un nuevo medicamento para el manejo y control de la COVID-19 en Cuba, y forma parte de los productos que la biofarmacéutica cubana ha puesto en el combate contra la pandemia.
El director de Ciencia e Innovación del grupo empresarial BioCubaFarma, doctor Rolando Pérez Rodríguez Pérez, abordó cómo se trabaja por la realización de productos cada vez más eficientes frente a una enfermedad tan expansiva y mencionó los resultados más importantes que permiten que el índice de letalidad en el país sea bien bajo.
“La enseñanza principal que podemos derivar de todos estos meses de arduo trabajo es que la inversión realizada por la Revolución en la investigación, desarrollo, en ciencia e innovación en la biotecnología, generó la capacidad de respuesta ante esta situación de emergencia”, señaló.
Mencionó que una parte importante del desarrollo de la biotecnología ocurrió en pleno período especial y fue la visión del Comandante en Jefe de que la ciencia y la innovación eran un componente importante de la resistencia en aquel momento, pero también para desarrollarnos.
Consideró que entre los aprendizajes y las experiencias de estos meses figura el saber cómo gestionar mejor la ciencia y la innovación. Puso de ejemplo mecanismos y formas de trabajo que deben permanecer; tal es el caso de la conexión en tiempo real entre los científicos y el Gobierno a todos los niveles, y la integración con un enfoque multidisciplinario y multisectorial.
Otro impacto ha sido la tendencia a aplicar un modelo circular, a ciclo cerrado, y la concertación de estratégica entre la industria, el sistema de Salud y la Agencia Regulatoria de Medicamentos. Igualmente, la capacidad de reposicionamiento de los productos registrados o en desarrollo, para no solo concentrarse en el paciente grave o crítico, sino trabajar desde la prevención y por reducir la mortalidad.
Mencionó fármacos como Nasalferón, Biomodulina T y Hebertrans que han sido usados para la prevención de la infección en grupos de riesgo. El Heberón y el Heberferón que han sido administrados como tratamiento antiviral, demostrando un impacto muy positivo en evitar la evolución de los pacientes a estadios más graves, al igual que otros para detener la reacción hiperinflamatoria.
Todo ello es un ejemplo de cómo los productos de la biotecnología contribuyen a la disminución de los pacientes graves y críticos, en estos momentos por debajo del 3 % y a la reducción de la mortalidad, hoy de 0.8 por 100 000 habitantes aproximadamente, diez veces inferior a la tasa mundial.
Ahora hay una carpeta de proyectos que continúan e incluyen productos biológicos antivirales. Por ejemplo, el CIGB 325 y otros inmunomoduladores, juegos de reactivos para diagnósticos, productos de origen natural y equipos médicos.
Como consecuencia de la incertidumbre de la pandemia en el mundo, mencionó que hay áreas de trabajo fundamentales como son la capacidad de diagnóstico rápido y masivo, la vigilancia epidemiológica, además el desarrollo de vacunas específicas que pudieran contribuir al control definitivo de la enfermedad en Cuba, por eso se trabaja en varios candidatos vacunales con diferentes plataformas tecnológicas, que puedan dar efectividad y cobertura en tiempo corto.
También se centran en nuevos métodos diagnóstico masivos y más baratos de producción nacional que tengan una soberanía tecnológica. “Tenemos la capacidad científica para ganar esta batalla gracias al legado de Fidel, pero necesitamos la disciplina el compromiso y la participación de toda la población”, enfatizó.