El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, reafirmó la voluntad de su país de defender la soberanía y la paz interna, amenazadas hoy por campañas alentadas desde el exterior para subvertir el proceso revolucionario.
Con el estricto apego a nuestra Constitución y el consenso que nos caracteriza, el pueblo defenderá el orden público, enfatizó la víspera, en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, ante representantes del cuerpo diplomático acreditado en La Habana.
Rodríguez denunció el carácter ilegal de una marcha convocada para el próximo 15 de noviembre por quienes calificó de agentes internos reclutados, financiados y organizados por el Gobierno de Estados Unidos.
Asimismo, rechazó la injerencia de Washington en los asuntos internos del país, así como su respaldo a esos intentos de desestabilización en momentos de celebración nacional tras el control de la pandemia de la Covid-19, y el reinicio del curso escolar presencial y la reapertura de fronteras, programados para ese día.
Señaló que el eje fundamental de ese asedio, en el que participan altos funcionarios de la Casa Blanca, otras agencias norteamericanas y figuras gubernamentales, es tratar de perjudicar la reapertura económica y social, y mostrar a Cuba como un Estado fallido.
Este enfoque, subrayó, se utiliza para recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense contra la isla.
El máximo representante de la diplomacia cubana denunció también las acciones subversivas desarrolladas en la plataforma Facebook para generar inestabilidad y promover un estallido social en la nación caribeña.
Desde ese espacio virtual grupos privados realizan actividades ilegales y, a partir de alteraciones de algoritmos, simulan la presencia masiva en Cuba de personas que se sabe radican fuera del país caribeño, apuntó.
En ese sentido, Rodríguez condenó el uso de modalidades comunicacionales para estimular un escenario de polarización extrema y máxima toxicidad en la isla, como parte de una estrategia instigada desde Estados Unidos para destruir a la Revolución a partir de acciones del llamado golpe suave.
Ante ese escenario, llamó a la comunidad internacional a rechazar esta nueva maniobra agresiva contra el pueblo cubano, a la cual calificó de un acto grave, inaceptable y violatorio del Derecho Internacional, destinado al fracaso.