Cuba ha suministrado desde 1996 abundante información a las autoridades estadounidenses sobre decenas de terroristas de origen cubano, radicados en ese país, que han organizado, financiado y ejecutado planes terroristas en territorio cubano o de los propios Estados Unidos, sin que haya habido actuación alguna contra los mismos.
Autoridades del Ministerio del Interior y estudiosos sobre el terrorismo contra Cuba comparecieron este miércoles en la Mesa Redonda para dialogar sobre un tema presente en los esfuerzos de la Isla por la paz y la soberanía nacional. En el espacio televisivo se ofreció una amplia explicación sobre el trabajo de la Mayor de Las Antillas para enfrentar el terrorismo y sus esfuerzos por compartir información con Estados Unidos.
Enfrentamiento constante
Los intercambios comenzaron en junio de 1998, luego de la escalada terrorista contra instalaciones turísticas de Cuba y entidades cubanas en el exterior. Así se sostuvieron encuentros en 1998, 1999, 2005 y 2010, tanto en La Habana como en Washington. En ellos las autoridades cubanas entregaron abundante información y evidencias sobre los atentados terroristas contra instalaciones turísticas en la Isla.
Asimismo, otros antecedentes están en la participación de oficiales del Ministerio del Interior como testigos de la Fiscalía en un juicio contra secuestradores de aviones en 1996 en Miami, así como en el proceso desarrollado en Texas contra Luis Posada Carriles en 2011.
Luego del establecimiento en noviembre de 2015 de un mecanismo de diálogo entre Cuba y Estados Unidos sobre la aplicación y el cumplimiento de la ley, para coordinar los intercambios y la cooperación en estos temas, se han realizado seis rondas bilaterales en las que se ha intercambiado sobre el contraterrorismo.
De igual manera ya tuvieron lugar cinco encuentros técnicos sobre cooperación para el enfrentamiento al terrorismo, así como otras reuniones e intercambios puntuales con autoridades estadounidenses de los departamentos de Estado, Justicia, Seguridad Interna, el FBI y otras agencias federales con responsabilidad en el tema.
Entre las principales informaciones y propuestas entregadas por Cuba durante estos procesos, en julio de 2016 la Isla aportó datos identificativos sobre 51 terroristas de origen cubano radicados en Estados Unidos, implicados em la realización de acciones violentas contra Cuba. “Además se facilitaron nuevamente las carpetas con pruebas documentales acerca de la escalada terrorista contra Cuba en la década de 1990”.
Del mismo modo, en agosto de 2016 se entregaron a las autoridades estadounidenses un grupo de evidencias físicas y testimoniales sobre cuatro cubanos residentes en Estados Unidos detenidos en abril de 2014, quienes pretendían asaltar una Unidad Militar, una prisión y tomar el aeropuerto de Villa Clara. Igualmente se facilitaron datos de otras ocho personas radicadas en Miami, vinculadas a estos planes.
“En noviembre de 2016 agentes del FBI viajaron a Cuba y entrevistaron a cuatro encartados en este caso, visitaron los lugares e intercambiaron con los investigadores cubanos. Dijeron que iniciarían una investigación contra las ocho personas involucradas y radicadas en Miami, pero aun esperamos esos resultados”, apuntó.
Álvarez Valle explicó que desde 2017 las autoridades cubanas investigaron hechos y actos vandálicos contra instalaciones de infraestructuras del sistema electroenergético nacional, de salud pública y transporte, que provocaron daños económicos y pusieron en riesgo la vida de personas.
“El denominador común de estos hechos es que han sido perpetrados por ciudadanos cubanos con una pésima conducta social, con antecedentes criminales, que han sido reclutados, orientados y financiados por personas radicadas en Estados Unidos, vinculados a grupos de extrema derecha en ese país”, explicó.
Entre abril y julio de 2017 Cuba también investigó hechos provocados mediante el lanzamiento de artefactos explosivos incendiarios contra instalaciones en La Habana.
“Como parte del proceso investigativo resultaron detenidos seis ciudadanos cubanos. A partir de sus declaraciones se determinó que estas acciones buscaban provocar el pánico y crear una imagen de desestabilización, las que fueron organizadas por dos ciudadanos cubanos residentes en Estados Unidos, identificados como Jorge Luis Fernández Figueras e Iván Leiva Basulto”, comentó.
El Coronel Victor Álvarez aseguró que la Fiscalía General de la República solicitó severas sanciones para los acusados, de hasta 28 años de privación de libertad.
Por otra parte, en enero de 2018 Cuba entregó a Estados Unidos los resultados de esta investigación, así como los datos de Jorge Luis Fernández Figueras e Iván Leiva Basulto, quienes reclutaron, dirigieron y financiaron a los perpetradores en Cuba.
Como parte de este enfrentamiento cubano al terrorismo, en mayo de 2019 se investigó el descarrilamiento de un tren de carga procedente de la Terminal de Contendedores de Mariel, el cual provocó cuantiosos daños materiales. Como resultado del proceso fueron detenidos cuatro ciudadanos cubanos, quienes fueron contactados por los emigrados cubanos residentes en Estados Unidos, Yasser Izquierdo Hernández y Luis Mario Vela Reyes, quienes les propusieron el pago de mil dólares por el descarrilamiento.
Además, en enero de 2020 autoridades cubanas investigaron una serie de actos vandálicos contra bustos de José Martí y vallas con imágenes de héroes de la Patria. Como resultado fueron detenidos cinco ciudadanos, quienes igualmente reconocieron el reclutamiento, organización y financiamiento de los hechos por personas que viven en Estados Unidos.
A partir de las declaraciones de los encartados y como resultado de las investigaciones, se estableció la participación de dos ciudadanos cubanos radicados en Estados Unidos, identificados como Ana Olema Hernández Matamoros y Yonel Fernando Cardoso Freire, quienes se dieron a la tarea de idewntificar, reclutar, orientar y financiar a estos delincuentes.
“Entre las acciones orientadas a estos terroristas desde Estados Unidos estaban el apedreamiento e incendio de ómnibus públicos, la contaminación de fuentes de agua potable, la agresión a autoridades, la toma de emisoras de radio y los atentados contra sedes diplomáticas y entidades cubanas”, agregó.
“Las autoridades cubanas han notificado diligentemente y requerido cooperación a sus contrapartes estadounidenses de aplicación y cumplimiento de la ley, en el marco de los intercambios profesionales que se mantienen en áreas de interés mutuo. Sin embargo, estas actividades violentas no han cesado hasta el momento”, apuntó.
En el espacio televisivo, Álvarez Valle, también subrayó que en todos los casos han notificado al gobierno estadounidense sobre estos hechos y la peligrosidad de las actividades que realizan desde su territorio estos terroristas, sin que hasta este momento se haya recibido una respuesta efectiva.
“Los hechos investigados demuestran que estos terroristas actúan con total impunidad”, puntualizó.
Asimismo, añadió que estos individuos, evidentemente, cuentan con recursos para seguir organizando acciones que podrían provocar pérdidas de vidas humanas y daños materiales tanto en Cuba como en los Estados Unidos, si no son enfrentados con la responsabilidad y el rigor que exigen las leyes de ambos países y acuerdos internacionales en materia de contraterrorismo.
El coronel destacó que las autoridades cubanas compartieron información y solicitaron cooperación sobre el secuestro de aeronaves cubanas, ocurridos en octubre de 2022 y en marzo de 2023. Sobre ambos casos se solicitó el procesamiento penal de los perpetradores, llamando la atención de la gravedad de estos hechos que influyen en la seguridad nacional de ambas naciones, los cuales, además, representan una violación del espacio aéreo, de la seguridad operacional y de las regulaciones aeronáuticas, en correspondencia con los Anexos del Convenio sobre Aviación Civil Internacional.
“Los actos de piratería aérea constituyen delitos tipificados en varios Convenios Internacionales, ratificados por Cuba y los Estados Unidos”, mencionó el coronel.
Además, recordó que esta actividad viola la Declaración Conjunta en materia migratoria, suscrita por la República de Cuba y los Estados Unidos, el 12 de enero de 2017, donde se establece como obligación de las partes, “desalentar resueltamente los actos ilícitos vinculados con la migración irregular, promover la cooperación bilateral eficaz para prevenir y procesar el tráfico de personas, así como los delitos asociados a los movimientos migratorios que ponen en peligro su seguridad nacional, incluyendo el secuestro de aeronaves y embarcaciones ”.
También dijo que tolerar este tipo de actos que quedan impunes dejan un precedente negativo y peligroso, que pueden estimular actos ilícitos similares.
Álvarez Valle, añadió otro ejemplo que demuestra la voluntad del gobierno cubano por acabar con estos actos, en colaboración con el gobierno de los Estados Unidos. Recordó que en abril de 2023 se realizó en La Habana un encuentro técnico con representantes del FBI sobre cooperación para el enfrentamiento al terrorismo, donde se ratificó el compromiso de Cuba en el combate contra este flagelo. Asimismo, se responsabilizó a las autoridades estadounidenses con las actividades de personas en su territorio que promueven el terrorismo contra nuestro país.
“En varios momentos durante 2023 se sostuvieron intercambios con diplomáticos estadounidenses y con representantes de distintas agencias para abordar el hecho terrorista perpetrado contra nuestra embajada en Washington, sin que la parte estadounidense diera respuestas concretas a las interrogantes y propuestas de la parte cubana”, subrayó.
También refirió que en cada uno de los encuentros fueron trasladadas informaciones y resultados investigativos.
En este caso, contrasta la negativa a la realización de una videoconferencia para intercambiar sobre los atentados terroristas perpetrados contra la sede diplomática cubana en Estados Unidos, ocurridos el 30 de abril de 2020 y el 24 de septiembre de 2023.
Sobresale el hecho de que uno de sus autores, Alexander Alazo Baró, fue absuelto en 2024 de los cargos presentados.
El coronel destacó que, en este periodo, el intercambio con las autoridades estadounidenses se ha caracterizado por la falta de respuesta y de voluntad de desarrollar la cooperación efectiva.
“Antes de la publicación por Cuba, en la Gaceta Oficial, de la Lista Nacional de personas y entidades designadas como terroristas en virtud como terroristas en virtud de la Resolución 1373 /2001 del Consejo de Seguridad de la ONU, las autoridades estadounidenses ya habían recibido abundante información, sobre todas estas personas y las actividades que realizan. No obstante, a partir de la publicación oficial, se remitió una vez más al gobierno estadounidense a través del canal diplomático y por mecanismos operacionales”.
Este tema fue abordado por la delegación cubana en la VI ronda del Diálogo sobre la Aplicación y Cumplimiento de la Ley y los encuentros técnicos sobre asistencia jurídica penal, realizados en Washington en febrero del presente año, comentó.
También mencionó que la falta de enfrentamiento por las autoridades estadounidenses a estas actividades demuestra la impunidad, un arma de doble filo en tanto puede incentivar a que se realicen otras acciones.
En otro momento del espacio televisivo Mesa Redonda, el investigador, Dr. C José Luis Méndez Méndez, se refirió a las semejanzas que unen la actualidad con el devenir histórico terrorista contra Cuba.
“Lo que está ocurriendo ahora no es más que una continuidad histórica del empleo del terrorismo como un arma en el arsenal de medidas coercitivas contra Cuba que las administraciones norteamericanas han desarrollado en las últimas décadas”, dijo.
Méndez Méndez subrayó que destaca la impunidad como otro punto de contacto entre el pasado y el presente. “Las toleran, permanecen intactas desde el triunfo de la Revolución. Ahí también se ve el doble rasero, mientras que nos incluyen en la lista de supuestos países patrocinadores del terrorismo, toleran todo este tipo de actividad e insisten en introducirla en el país”.
El destacado investigador recordó que solo durante la administración de Clinton se ejecutaron más de 120 actos terroristas consumados: infiltraciones, ataques contra embarcaciones e instalaciones turísticas, asesinatos de personas, el envío de emisarios con GPS para luego cometer actos de terror.
“Hay una continuidad histórica. Fomentaron en el pasado el terrorismo. Aquí mismo, donde estamos, en esta área, el 21 de octubre de 1959 cuando todavía no se había declarado el carácter socialista de la Revolución, un avión procedente de los Estados Unidos, con agentes de la CIA, bombardeó la ciudad de La Habana, lo cual provocó dos muertos, 45 heridos, de ellos cuatro niños entre 6 y 14 años de edad”, añadió.
Méndez enumeró varios hechos significativos: la Coubre, Girón, la operación Mangosta, las acciones encubiertas de operaciones autónomas, los campamentos de Centroamérica, la guerra por los caminos del mundo, los ataques a plantaciones cañeras y centros industriales, por solo citar algunos.
“Se registran hasta el presente 503 acciones contra representaciones cubanas en el exterior en 41 países, incluidas embajadas, oficinas consulares, delegaciones culturales, deportivas, científicas…Estos son hechos consumados, no planes, ni intenciones, están registrados”.
Asimismo, recordó las figuras de Orlando Bosch y Posada Carriles, así como parte de los actos que cometieron.
Hay varios datos a destacar, “por ejemplo, Orlado Bosch en el año 1967 cometió 82 actos de terror dentro del territorio de Estados Unidos contra intereses públicos y privados que tenían vínculos con Cuba”.
Méndez recordó el crimen de Barbados, donde fallecieron 73 personas y sus autores materiales fueron protegidos por el gobierno de los Estados Unidos de turno. Orlando Bosch fue declarado por el presidente Bush, contra la voluntad del Departamento de Estado, como un ciudadano normal aún cuando hubo un testimonio de un fiscal que decía que este individuo representaba una amenaza para Estados Unidos.
El investigador destacó que este criminal, sencillamente, murió impune en el presente siglo.
“Los terroristas también estuvieron en Centroamérica, participaron en la operación Cóndor… todos han quedado impunes. Fomentaron el bandidismo. En la década del 90, como consecuencia el periodo especial, ellos decían que estaban las condiciones en el país para potenciarlo.
“Cuando se produjeron los hechos migratorios en agosto de 1994, promovidos por el gobierno de los Estados Unidos, ocurrieron infiltraciones, en una de ellas fue asesinado un compañero del Partido en Caibarién”, recordó.
El investigador subrayó que todos estos hechos buscan afectar la economía nacional, amedrentar a los viajeros, a los inversos extranjeros, desgastarnos y dar la imagen de un país que es inestable, víctima de terrorismo.
“No veo diferencias, hay continuidad histórica, los hechos han sido prácticamente los mismos”, subrayó.
También señaló cómo los informes desclasificados demuestran que agencias como la CIA y el FBI, han tenido conocimiento previo de algunas de esas acciones terroristas cometidas contra nuestro país. Sucesos que pudieron evitar y no lo hicieron.
“El terrorismo, es un instrumento de la política exterior de todas las administraciones estadounidenses, lo han utilizado para hostigar”.
Méndez Méndez se refirió a un caso reciente: Joe Biden liberó a Eduardo Arocena, quien dirigió el asesinato del diplomático cubano Félix García.
“¿Qué hizo Trump? Lanzó su política agresiva contra Cuba en la sede de la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos en el año 2017. Como dicen ellos, ahí le dio oxígeno a la contrarrevolución”, dijo.
Méndez Méndez recordó que las organizaciones terroristas “están intactas”.
Señaló que no se puede hablar de una pausa, porque “comenzó [el terrorismo] en 1959, y nos acompaña, porque es y será un arma en la guerra contra Cuba”.
Michel Torres Corona, director de la Editorial Nuevo Milenio, se refirió tres elementos de la relación entre redes sociales y la política agresiva de Estados Unidos hacia Cuba.
“Primero, la capacidad de articulación que les han brindado las redes digitales a estas organizaciones terroristas”, dijo.
El siguiente “elemento” que mencionó fue el “enorme potencial de estas plataformas para la difusión del discurso de estas organizaciones”.
Torres Corona dijo que el odio y la amenaza de estos grupos y sus representantes “ha hallado una capacidad de difusión que no les da ninguno de los medios tradicionales”.
El también guionista y conductor de Con Filo señaló que a la impunidad tradicional “de que ese tipo de personas esté caminando libremente por Miami”, hay que sumarle “la impunidad de que puedan colocar esos contenidos en las redes digitales”.
Afirmó que en “cada daño que se le hace a la economía cubana, al pueblo, los muertos que pudiera haber por este tipo de acciones, hay que encontrar como cómplices no solo a las autoridades de Estados Unidos, sino también a estas plataformas de redes sociales y empresas transnacionales”.
El director de la Editorial Nuevo Milenio aseguró que “evidentemente, hay una complicidad de estas empresas privadas transnacionales que permiten que ese contenido esté en redes sociales y no lo bloquean”.
Señaló que ese terrorismo “halla una complementariedad en lo que algunos llaman guerra informativa o terrorismo mediático”.
Torres Corona explicó que por un lado está el “terrorismo clásico de atentar contra la economía y la sociedad civil”, apoyado por una maquinaria que “lo apoya, ensalza y es cómplice” y “opera con vías de terrorismo más sobre lo subjetivo”, y las medidas coercitivas.
El coronel Víctor Álvarez Valle, segundo jefe del Órgano Especializado de la Dirección General de Investigación Criminal, ratificó que los nombres mencionados en la emisión “están en la lista de personas vinculadas al terrorismo, los países que a su resguardo las tengan deben aplicar las medidas que correspondan”.
Álvarez Valle dijo que Cuba “mantiene la invariable decisión de seguir, con firmeza y seguridad, enfrentando este flagelo, y, en función de eso, está elaborada la estrategia integral para combatir el terrorismo”.
Aseveró que “seguiremos abogando por un intercambio fluido, serio, responsable, con la parte estadounidense, pero sobre la base de la reciprocidad y el respeto, y la claridad, cuando intercambiemos alguna información, sobre acciones de terrorismo que puedan afectar a cualquiera de los dos países”.