Cuba perfecciona hoy los protocolos de actuación y establece restricciones en los territorios con mayor índice de contagios, como estrategias frente al actual rebrote de la Covid-19.
Tras un repunte de casos, el grupo gubernamental para el enfrentamiento de la pandemia decidió recientemente el retroceso de fases de la etapa de recuperación (con respecto a la crisis sanitaria) en varias provincias y municipios.
En general, según el viceprimer ministro Roberto Morales, quedarían cuatro provincias y el municipio especial Isla de la Juventud en la etapa de nueva normalidad; en la fase III, dos; en la I, cuatro; y en la etapa epidémica, cinco.
Estar en una fase crítica en cuanto al control de la Covid-19 implica limitaciones en el transporte, el cese de actividades recreativas con aglomeraciones de personas, recurrir a la educación a distancia y el teletrabajo, entre otras.
Respecto a los protocolos, el país exige un PCR negativo a los viajeros provenientes del exterior como requisito de entrada a la isla, y realiza una o dos pruebas más de este tipo en dependencia del nivel de interacción que vaya a tener el recién llegado con la comunidad.
También, varios territorios aplican un test rápido de antígeno para identificar la presencia del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia, en pacientes con síntomas y sospechosos.
Estos métodos de detección permitirán a los trabajadores de la salud manejar mejor los casos y comenzar el tratamiento de inmediato, consideran fuentes oficiales.
De igual forma, cada demarcación refuerza las capacidades hospitalarias, alista nuevos centros de aislamiento, exhorta a una mayor percepción de riesgo e insiste en la importancia de un mejor trabajo epidemiológico.
Para evaluar la efectividad de tales medidas, un equipo de Gobierno, encabezado por el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, tuvo en estos días intercambios directos con autoridades de las provincias de La Habana, Pinar del Río, Artemisa, Matanzas y Mayabeque.
Estas visitas de trabajo se extenderán al resto del país, enfocadas además en evaluar la implementación del llamado ordenamiento monetario, que implica la unificación monetaria y cambiaria, así como reformas salariales y de precios.
Cuba presenta una situación epidemiológica compleja, con un total de cuatro mil 526 pacientes activos con la enfermedad, para un acumulado de 20 mil 60 personas diagnosticadas.