Los cubanos recuerdan hoy los bombardeos de Estados Unidos sobre tres terminales aéreas del territorio nacional hace exactamente 60 años, mientras Washington persiste en las agresiones contra la isla.
El 15 de abril de 1961 aviones camuflados con insignias cubanas atacaron simultáneamente el aeropuerto de Ciudad Libertad (en la capital), la base aérea de San Antonio de los Baños, al sureste de La Habana, y el aeródromo de la oriental ciudad de Santiago de Cuba.
Los hechos, ocurridos al amanecer, pretendían hacer creer a la opinión pública internacional que en el país tenía lugar una rebelión interna poco tiempo después del triunfo de la Revolución Cubana, en enero de 1959. Además, la acción -que le costó la vida a casi un centenar de personas- buscaba provocar miedo y confusión, destruir la escasa y anticuada fuerza aérea cubana, para asegurar la impunidad de una incursión enemiga por vía terrestre que ocurrió poco después. Al día siguiente, en la despedida de duelo de las víctimas de los ataques aéreos, el líder cubano, Fidel Castro, declaró el carácter socialista de la Revolución. “Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, ¡y que hayamos hecho una Revolución Socialista en las propias narices de los Estados Unidos!”, expresó Fidel Castro en el acto multitudinario cerca del cementerio.
Los sabotajes a los aeropuertos fueron el preludio de la invasión por bahía de Cochinos -ubicada en la occidental provincia de Matanzas– donde una brigada armada, entrenada y transportada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) arribó el 17 de abril. Luego de 60 horas de duros combates fueron derrotados los mercenarios, que se rindieron en Playa Girón al atardecer del día 19 y esta acción representó la primera gran derrota del imperialismo en América Latina. Casi seis décadas después de esos hechos, Estados Unidos continúa con sus agresiones a la mayor de las Antillas, agudizadas en los últimos tiempos, cuando la Casa Blanca mantiene y agudiza el bloqueo económico, comercial y financiero en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.