A pesar de la pandemia de la COVID-19, durante el pasado año en Cuba se realizaron más de un millón de cirugías y 79 trasplantes, y sobrepasaron de 250 mil los pacientes transfundidos, todo ello gracias a las más de 350 mil donaciones de sangre recibidas.
En exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias la doctora Delia Esther Porto González, al frente del Programa Nacional de Sangre del Ministerio de Salud Pública, dijo que desde la llegada del virus al país se trazaron estrategias en aras de mantener estas donaciones y las de plaquetas, a las cuales se incorporó el plasma de los convalecientes del SARS-CoV-2, utilizado como tratamiento alternativo para los pacientes enfermos.
Actualmente este vital líquido, seguro a partir de la realización de pruebas virológicas, se emplea en aquellas personas que mantienen un PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) positivo durante varios días, además de algunos pacientes con sintomatología leve o en estado grave no ventilado.
La también especialista en Hematología señaló que parte de las donaciones se envían a la industria biofarmacéutica con vistas a producir gamma hiperinmune anti-SARS-CoV-2, próximo a iniciarse el proceso de ensayos clínicos en la capital.
Más de 300 convalecientes se han integrado a donar su plasma, muchos de ellos inmunizados con Soberana Plus, y lo hacen cada siete días para un total de cuatro donaciones al mes, sin que le afecte la hemoglobina al reinfundirse los glóbulos al organismo como parte del proceso, puntualizó Porto González.
La doctora manifestó que una de las estrategias que se promueve es que las provincias con situación epidemiológica más favorable aumenten las donaciones de sangre y sus componentes, y así satisfacer la demanda de las más afectadas.
Desde el seis y hasta este 14 de junio -como cada año- se desarrolló en Cuba la jornada del donante de sangre para reconocer, de una manera diferente debido a la pandemia, a las provincias y municipios destacados, y en especial a quienes de manera voluntaria ofrecen ese líquido vital destinado a salvar la vida de otros.
La jefa del Programa Nacional de Sangre insistió que resulta importante distinguir a estas personas más allá de una jornada, porque estamos en deuda con tal gesto que los convierte héroes.
Y es que con una sola donación se salvan cuatro vidas, además de que se ahorra al país millones de pesos a través de la producción de medicamentos y hemoderivados que repercuten directamente en la asistencia médica, precisó.
Alrededor del 49 por ciento de la población cubana dona de manera voluntaria en tanto más de cuatro mil personas están vinculadas al Programa de Plasma Aféresis –proceso mediante el cual se separan los componentes de la sangre.
La Organización Mundial de la Salud estableció el 14 de junio como el Día Mundial del Donante de Sangre y este año la fecha tiene por lema “Dona sangre para que el mundo siga latiendo”, mensaje que destaca la contribución esencial de los donantes en aras de mantener el pulso del planeta, salvar vidas y mejorar la salud de los demás.