Cuba reiteró su disposición a compartir con la humanidad los resultados de sus experiencias científicas y de innovación, en un contexto internacional signado hoy por los efectos de la pandemia de Covid-19.
El presidente de la nación caribeña, Miguel Díaz-Canel, al intervenir la víspera en la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, dijo que el país mantiene invariable su política solidaria y de cooperación en beneficio de los pueblos.
Cuba no renunciará jamás a la construcción de una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible, siempre dispuesta a compartir los resultados de sus experiencias con base en la ciencia y la innovación, afirmó el mandatario.
El también primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de la isla antillana, destacó como una ventaja el poder contar con 229 entidades para el desarrollo científico, la mayor parte de ellas dedicadas a la investigación.
Añadió que ese robusto sistema, con su avanzada y eficiente industria biotecnológica y farmacéutica, es un aliado fundamental en el enfrentamiento a la Covid-19, y permite que la nación caribeña tenga actualmente cinco candidatos vacunales en diferentes etapas de ensayos clínicos.
Asimismo, su alianza con el ‘sistema de salud universal, gratuito y de calidad, con recursos humanos altamente especializados’, ha hecho posible brindar una respuesta bastante efectiva a la pandemia.
Sin embargo, enfatizó Díaz-Canel, en medio de la emergencia sanitaria, Estados Unidos recrudeció de manera brutal el bloqueo económico, comercial y financiero, frente a lo que el pueblo cubano respondió redoblando su proverbial resistencia y creatividad.
Recordó que Washington igualmente llevó a cabo campañas para desacreditar y boicotear la cooperación médica que ofrece el país, a pesar de lo cual 57 brigadas del Contingente Henry Reeve contribuyeron a los esfuerzos de 40 naciones y territorios contra la pandemia.
El jefe de Estado cubano agradeció el tradicional apoyo de la comunidad iberoamericana al reclamo del fin al cerco estadounidense, y las muestras de rechazo a la calificación de Cuba como patrocinadora del terrorismo.