Como un programa muy humano de la Revolución, que no puede ser atendido con «chapucería», ni por cumplir una tarea, sino al que debemos ponerle toda la sensibilidad y la calidad que lleva, calificó el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, al Sistema de Atención a la Familia (SAF), que beneficia a más de 59 000 cubanos.
Precisamente, este martes, en la reunión de la Comisión Gubernamental para la atención a la dinámica demográfica –que preside el Jefe de Gobierno–, se conoció que Cuba trabaja en el perfeccionamiento de este Sistema, como muestra de clara convicción de que en el país nadie queda desamparado ni abandonado.
En el encuentro, Betsy Díaz Velázquez, ministra del Comercio Interior (Mincin), detalló que, en las 1 445 unidades gastronómicas de este tipo, diseminadas en los 168 municipios, se presta servicio a adultos mayores, personas con discapacidad, casos sociales y otros con insuficiencia de ingresos y carentes de familiares obligados en condiciones de prestar ayuda.
Sobre el conjunto de propuestas para consolidar el SAF –surgido en 1998–, señaló que están relacionadas con nuevos criterios de inclusión de las personas en situación de vulnerabilidad social que serán favorecidas, las fuentes de financiamiento para asegurar equipamiento y mobiliario, así como el esquema de abastecimiento al programa.
Díaz Velázquez reconoció las principales deficiencias que aún persisten en el SAF, como las insuficientes entregas por la industria alimentaria, la inestabilidad de los surtidos planificados, los incumplimientos de entrega de las producciones locales y la falta de atención y exigencia también a las autoridades gubernamentales y a los actores económicos que pudieran tener responsabilidad en el programa.
Y como el SAF no solo está concebido para brindar alimentación diariamente a las personas, sino también como espacio para promover actividades educativas, recreativas y reconocimiento social, la titular del Mincin subrayó carencias asociadas a la limitada colaboración de promotores culturales, la poca participación de los instructores de Cultura Física, así como la poca presencia del médico y la enfermera de la familia para la prevención de salud.
Al referirse al tema del menú para estas unidades gastronómicas, en medio de la compleja situación que vivimos, el Primer Ministro llamó a buscar, desde los gobiernos territoriales, alternativas que garanticen una dieta balanceada y una estabilidad en los suministros. Expresó que un asunto preocupante, también, es la calidad del servicio y el cumplimiento de las normas de higiene en cada unidad.
Otro punto de la agenda de la reunión fue el cumplimiento del plan y presupuesto, hasta agosto de este año, para la atención a la dinámica demográfica. Mildrey Granadillo de la Torre, viceministra primera de Economía y Planificación, se refirió a las principales acciones realizadas, entre ellas, la atención a la pareja infértil, la reparación de círculos infantiles y la entrega de módulos de canastilla.
Al detallar la propuesta para 2024, alertó que numerosas provincias hasta la fecha no tienen planificada ninguna acción en hogares maternos, casas de abuelos y hogares de ancianos. Marrero Cruz afirmó que «es preocupante que existan gobiernos que no estén previendo nada, conociendo los problemas acumulados que hay».
Finalmente, aseveró que el próximo año tiene que «ser de transformación, con soluciones alternativas, buscando locales para adaptarlos a estas circunstancias, con materiales propios del territorio, porque sí se pueden hacer cosas, y tenemos que exigir que se hagan».