El Centro Provincial de Reproducción Asistida en Pinar del Río atiende a las parejas infértiles, consideradas así después de un año con relaciones sexuales estables y sin protección. Durante la COVID-19 no se ha detenido el servicio.
“Lo primero es que las parejas estén informadas y tengan conocimiento de qué les está impidiendo el propósito de concebir un hijo, por eso estamos en el deber de explicarles y asesorarles”, refirió la doctora Marta del Carmen Valladares Hernández, jefa del Servicio Provincial de Reproducción Asistida del hospital Abel Santamaría Cuadrado en la provincia Pinar del Río, durante una entrevista exclusiva con Guerrillero.
El Centro de reproducción asistida quedó inaugurado el 18 de junio de 2015, momento en el que respondía a una necesidad objetiva del gobierno cubano: fomentar un programa nacional de atención a la pareja infértil en medio del creciente envejecimiento poblacional que sufre el país. A partir de ahí se crean en todas las provincias entidades centros de baja tecnología y otros de alta, radicados estos últimos puntualmente en La Habana en el hospital Ramón González Coro y en el Hermanos Ameijeiras, en Cienfuegos y en Holguín.
¿Qué pacientes son remitidos hacia los centros de alta tecnología?
“Hacia ellos se remiten a pacientes que tienen las dos trompas obstruidas o que las han perdido por embarazos ectópicos; y también a las mujeres mayores de 38 años, porque con esta edad ya la calidad del óvulo no es la ideal. Esas pacientes van hasta La Habana para tener su tratamiento in vitro, pero con óvulos con calidad para la reproducción, donados de mujeres entre 25 y 35 años”.
¿Podemos decir que el embarazo está condicionado por la edad?
“La mujer tiene otros roles en Cuba. Hay personas que planifican primero estudiar; tener una pareja estable con la que puedan tener un niño; comprar una casa; cumplir una misión, y empiezan a subordinar y a posponer el embarazo hasta tener las condiciones ideales.
“Pero es relevante conocer que cuando se supera los 35 años la reproducción disminuye en un 15 por ciento por cada año que pasa en la vida de la mujer. Una fémina nace con los folículos que va a tener durante toda su existencia, y se van gastando en cada ovulación. Después de los 35 disminuye la reproducción y la calidad no es igual, pero pasados los 38 esta situación se agudiza”.
¿Incide igualmente la edad del hombre?
“Los años no perdonan a nadie, pero es más fácil para ellos. Un hombre de más de 40 años está en perfectas facultades para embarazar a una mujer si no hay otra causa que lo impida.
“La concentración mínima normal en cada eyaculada debe ser de alrededor de 20 millones de espermatozoides, de ellos el 50 por ciento moviéndose en la movilidad rápida que es la más importante para nosotros, y un 50 por ciento con formas normales, o sea, nos interesa que estén bien la cabeza, la cola, que no tengan deformidades. Por lo regular el hombre tiene más probabilidades de tener la cantidad normal de espermatozoides, aunque hay un número importante con problemas en su semen. ¿Causas? Las enfermedades de transmisión sexual igual que dañan a la mujer en las trompas, atentan contra la calidad del semen, así como las enfermedades profesionales, la exposición a radiaciones, a vapor o a plaguicidas.
“Todo ello altera la espermatogénesis (proceso en el cual los espermatozoides se producen a partir de las células germinales primordiales del hombre mediante mecanismos de mitosis y meiosis), a lo que se le suma la diabetes, el alcoholismo, el hábito de fumar y el varicocele”.
¿Es sencillo el proceso natural de la fecundación?
“La especie humana es muy mala reproductora. Una vez que el espermatozoide es depositado en la vagina primero tiene que luchar con el mucus cervical, el cual muchas veces no lo deja pasar antes del noveno día y después del 14 tampoco. Es decir, que la ventana es estrecha. Si ese mucus cervical es hostil o si la mujer desarrolló una infertilidad de causa inmunológica, donde crea anticuerpos contra los espermatozoides del hombre, entonces se hace difícil el embarazo.
“Desde que el espermatozoide llega a la vagina a que se encuentra con el óvulo tarda 24 horas; la vida media de un espermatozoide es de 96 horas y un óvulo en 72 puede ser fecundado. Es un proceso engorroso: caen en la cavidad abdominal, se encuentran y después se transportan por la trompa hasta que logran implantarse”.
¿Qué tipo de atenciones reciben los pacientes en el centro?
“La inseminación artificial que hacemos aquí es eficaz en un 10 o lo máximo en un 20 por ciento. Lo que quiere decir que de cada 10 mujeres puede ser que se embaracen dos.
“Además, se ofrece asesoramiento, información. Es nuestro deber explicarles cuándo deben tener relaciones sexuales, cuáles son los días fértiles. A ello se le añaden las principales causas que dificultan el logro del embarazo, entre ellas, las afecciones tubáricas, la anovulación y los factores masculinos. Aquí tenemos consultas multidisciplinarias, trabajan el endocrino, el urólogo, psicólogos, genéticos. Muchas mujeres no conocen su organismo, por lo que se evalúa todo en la pareja. Hacemos las placas de trompas, las nuestras y las de los municipios, las cirugías de mínimo acceso para hacer diagnósticos, para quitar miomas, hidrosalpinx, que son cosas que imposibilitan la reproducción de alta tecnología. Antes de enviarlas a La Habana debemos hacer todos esos procederes”.
¿Cuál es el flujograma que debe seguir una pareja hasta llegar aquí?
“Las parejas están dispensarizadas en el área de salud. No obstante, hay muchas que no saben de la existencia del centro en el municipio y vienen directo a la institución provincial, pero lo estipulado, el deber ser, es que en un inicio asistan al consultorio del médico de la familia, de ahí son remitidas a la consulta municipal y de estas al centro.
“Normalmente hasta nosotros deben llegar las parejas a las que les han puesto un esquema de tratamiento y no han logrado resultados; las pacientes que tienen 35 años o más ya no se atienden en las consultas municipales sino aquí; si hay un factor masculino, por ejemplo, es también con nosotros. Y los casos más frecuentes están relacionados con obstrucciones tubáricas. La cantidad de mujeres que hay con obstrucción de trompas es abismal”.
El Servicio Provincial de Reproducción Asistida en Vueltabajo ha logrado de enero a noviembre 82 embarazos y 34 nacimientos. Unas 3 536 parejas han sido atendidas; 357 son nuevas en la consulta; se han realizado 131 inseminaciones, 80 cirugías de mínimo acceso (laparoscopías) y cinco abdominales.
Precisó Valladares Hernández que el servicio se ha mantenido abierto durante todo el año a pesar de la situación epidemiológica de la provincia, aunque en realidad ello ha incidido en la asistencia de pacientes a la consulta. Los resultados son evidentes y la mayor satisfacción de quienes allí laboran consiste en cumplir a otros el sueño de la maternidad.