«Tu casa, tu plaza», es un eslogan compartido en medios de prensa y redes sociales este 2020 para animar a los cubanos a conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.
Por primera vez en seis décadas debió cancelarse el tradicional desfile, ya que una movilización popular podría disparar los contagios por coronavirus; pero ello no significa que pasemos por alto la efeméride.
Hoy es un día para la evocación y el homenaje, para recordar detalles como que en 1987, Raúl Castro Ruz celebró junto al pueblo vueltabajero el Primero de Mayo. Entregó reconocimientos a dirigentes obreros destacados y afirmó sentirse contento de haber compartido ese tiempo con los «heroicos trabajadores pinareños».
Un año más tarde el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz nos honró con su presencia. El acto político se realizó sobre las seis de la tarde en las inmediaciones del actual Hotel Pinar del Río y un mar de pueblo llegó hasta allí para escuchar las palabras de aquel hombre adelantado a su época.
«Me habían invitado a inaugurar algunas obras con motivo del Primero de Mayo, que en este caso se iba a celebrar el 30 de abril, y veo que ustedes han organizado aquí un 26 de Julio», dijo, e hizo una de esas pausas suyas en que solía escrutar a su audiencia. Más tarde agregó:
«Por eso hoy, 30 de abril, Primero de Mayo, 26 de Julio, quiero felicitar a los trabajadores pinareños, a todos los jóvenes, a los niños, a todos los hombres y mujeres de esta noble y abnegada provincia, expresarles nuestra profunda satisfacción por haber podido participar en este día de alegría, en este día de entusiasmo y fiesta junto a ustedes y expresarles nuestro cariño, nuestra simpatía, nuestra profunda admiración y nuestra confianza para el pueblo de Pinar del Río».
En su crónica de aquella jornada, la periodista de Guerrillero Zenia Regalado, describió cómo varios constructores «de apariencia ruda y alma noble» acompañaron al Comandante en Jefe en la tribuna y le mostraron un álbum con fotos de las obras terminadas durante aquel periodo, libro que Fidel hojeó allí mismo.
«Si trabajamos bien, con tenacidad, con organización, con disciplina, con eficiencia, seremos capaces de alcanzar todo lo que nos propongamos», exhortó el máximo líder de la Revolución.
Por último, ratificó la confianza que le inspiraban los habitantes de la más occidental de las provincias cubanas:
«Cualquier industria por compleja que sea, por difícil que sea, los pinareños serán capaces de construirla y de hacerla funcionar con eficiencia», aseveró.