La fibrosis quística es una enfermedad hereditaria en la que un gen defectuoso lleva al cuerpo a producir un líquido demasiado espeso y pegajoso en los epitelios, como los que hay en las vías respiratorias o en el páncreas, y favorece la aparición de infecciones pulmonares y trastornos digestivos, entre otros.
La enfermedad se da en algunos niños y no tiene cura, pero ya existe un tratamiento para mejorar la calidad de vida: trikafta, el primero disponible aprobado por el Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos y Canadá (FDA), fruto de 30 años de investigación genética y de una triple combinación de fármacos. El problema es que no todos los infantes que la padezcan en el mundo podrán sentir alivio con el tratamiento, pues cuesta cientos de miles de euros cada año y el medicamento hay que consumirlo de por vida.
Cada año millones de niños no se recuperan por completo de la malnutrición y sufren de debilidad y retrasos en el crecimiento, incluso, después de ser alimentados correctamente. La causa está en la microbiota intestinal. Los investigadores han averiguado que los microorganismos que viven en sus intestinos no maduran correctamente a causa del déficit de alimentación, lo que provoca multitud de problemas de salud. Este año, un equipo de investigadores presentó un estudio en el que demostraron la eficacia de un suplemento de bajo costo para estimular el crecimiento de los microorganismos de la microbiota intestinal.
Los científicos identificaron 15 bacterias fundamentales para la respuesta del organismo a la nutrición, así como una serie de marcadores sanguíneos para identificar los efectos de la malnutrición. Los suplementos a utilizar contienen un aporte de garbanzos, plátanos, soja y harina de cacahuete, los que podrían ser administrados en los hogares y estarían más al alcance de muchos infantes.