Un día un profesor escribió así en la pizarra: 9×1 = 09, 9×2 = 18, 9×3 = 27, 9×4 = 36, 9×5 = 45, 9×6 = 54, 9×7 = 63, 9×8 = 72, 9×9 = 81, 9×10 = *91*.
En la sala hicieron muchas burlas porque el profesor se había equivocado:
“9×10 = 91”, cuando la respuesta correcta es “90”. (Todo el salón se rio de él).
Entonces esperó que todos se callaran y solo después dijo:
-¡Así es como eres visto en el mundo! Yo me equivoqué a propósito para mostrarles cómo el mundo se comporta ante algún error tuyo. Ninguno de ustedes me felicitó por haber acertado nueve veces. Ninguno que te haya visto haciendo lo correcto te elogió por eso. ¡No! Pero todas las personas te ridiculizaron, blasfemaron, humillaron y se burlaron de ti porque te equivocaste solo una vez. ¡Así es la vida!
Debemos aprender a valorar a las personas por “sus aciertos”. Hay personas que hacen lo correcto mucho más de lo que se equivocan y acaban siendo juzgadas por un solo error y no son valoradas por los otros nueve aciertos.
Esto sirve para todos nosotros. Más elogios y menos críticas. Más amor y cariño y menos odio y crueldad. Aprendamos a valorarnos unos a otros, en vez de destruirnos unos a otros.