En otra información anunciábamos, a la jornada que bajo el rótulo de La Vitrina transcurriría del 13 al 23 del presente mes, como parte de las actividades concebidas por el aniversario 35 de la Uneac en Pinar del Río. Desde el surgimiento de esta idea se consideró como un encuentro de las Artes Escénicas con sus públicos. Hoy podemos aseverar que devino toda una gran fiesta del teatro pinareño.
Solo me referiré a dos de sus muestras: las que como público pude disfrutar. La primera, la reposición de FK, Fantasía sobre Frida Kahlo, una puesta en escena del Teatro de la Utopía que se convierte en verdadero suceso artístico cada vez que aparece en cartelera. Ni siquiera un imprevisto inconveniente de carácter técnico, ocurrido en la función dominical, pudo empañar la maestría y el rigor evidenciado en la propuesta escénica.
La sala Virgilio Piñera fue testigo de esa conmoción, que yo me atrevo a llamar “catarsis”, que únicamente es posible cuando un experimentado y virtuoso director -apoyado por un eficiente equipo- y una Gran Actriz, así con mayúsculas, se integran como binomio perfecto para hacernos vibrar como público. Sus nombres propios: Reinaldo León y Yuliet Montes, matrimonio en la vida y en el arte, quienes hace ya mucho tiempo prestigian al territorio.
Seguir a Yuliet en el escenario es un banquete, tanto visual como intelectual, porque toda ella se transfigura en el personaje, de manera auténtica; o mejor, convincente. En esa ocasión se trata de Frida Kahlo, una recia personalidad, la carismática, polémica y mítica pintora mexicana, que trasciende a escala mundial como símbolo de la pasión femenina y como abanderada de sus luchas emancipadoras. Pareciera que Yuliet está hecha a la justa medida de Frida, o que esta última ha preferido verse encarnada en Yuliet. Y no es un retórico juego de palabras: es percepción más que real, avalada por un desempeño actoral sencillamente magistral.
Gran dama del monólogo debiera acuñarse como el epíteto idóneo para esta indiscutible “Maestra de las tablas”. ¡Cuánto vigor e intensidad histriónica! En su actuación se “digieren” muy bien los parlamentos más densos y contradictorios, los debates ideológicos y políticos más polarizados. Claro que el texto inteligentemente construido por “El Chino” le asegura un despliegue dramatúrgico exitoso. En fin, una sola palabra como aval: excelencia.
La segunda muestra a la que mi apretada agenda personal me permitió acceder fue la Lectura dramatizada Zapaticos para Rosa, por el grupo Titirivida en la sala La Edad de Oro. Lo acontecido allí resultó para mí toda una lección demostrativa de las inmensas potencialidades que este recurso o procedimiento expresivo puede aglutinar. Cierto que lo presentado como un ejercicio abierto alcanzó -por su virtuosa ejecución- la dimensión de ameno canal para el legítimo goce estético.
Se me antoja, entonces, llamarle preespectáculo, casi listo para ser degustado por un público, que pudiera ser inicialmente escogido de modo intencional pensando en afinidades e intereses bien orientados, tales como educadores y profesionales de la palabra, pero que luego puede irse amplificando experimentalmente.
Texto y música se imbrican armónicamente bajo la sabia conducción de Nelson Álvarez, pues aquí la palabra en su plena consistencia reclama también la canción, no como relleno sino como coprotagonista.
Siempre, desde luego, la base idiotemática toma como referente a la obra martiana con su fino y sensible sentido de la eticidad, pero esta vez se incorporan con mucha perspicacia elementos nuevos, con respecto a la versión anterior, los que toman en cuenta las características del contexto actual y de una niñez un tanto diferente. Esas son las coordenadas en que se ubica cada problemática o conflicto específico como es el caso del tan llevado y traído maltrato infantil.
Esperemos, pues, el estreno que nos dirá, con el necesario acabado de la pieza, el sorprendente reservorio que desde lo axiológico puede y debe conseguir un trabajo artístico tan serio y responsable.
Ojalá el dios Cronos no hubiera conspirado contra mí en estos días y las evidencias fueran más… Pero al menos podrán concordar conmigo en que esta VITRINA tuvo bueno para exhibir.