Cuba necesita ir de palabras a acciones en la lucha contra la violencia de género, y eso se propone hoy el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) con las jornadas que comienzan mañana.
La directora de la institución, Mariela Castro, calificó estos días como de diálogo científico y activismo social, e insistió en la necesidad de la educación para prevenir ese problema que atañe a todos, y que no se resolverá solo con las legislaciones aprobadas recientemente.
Remarcó que la violencia de género es esencialmente un asunto de derechos humanos, y significó la importancia de generar políticas públicas que contribuyan a eliminar ese flagelo y a transformar las condiciones que lo generan, tanto estructurales como simbólicas.
Es un problema que atañe a toda la sociedad y, por tanto, urge desterrar el mito de que es un asunto familiar o de pareja en el cual los demás no deben involucrarse, apuntó Castro, quien ejemplificó que muchas veces en la nación caribeña contemplamos escenas violentas sin intervenir.
La violencia tiene como característica que va en escalada, comentó, y dolorosamente puede llegar a costar incluso la vida de alguien, además de todo el daño sicológico que puede generar en las víctimas y las personas a su alrededor.
Se trata entonces, aseguró la experta, de proteger mediante la educación a la población, no solo a las víctimas, sino también a los victimarios, pues las consecuencias de esos actos afectan a ambos.
La directora del Cenesex refirió que aunque las mujeres suelen ser las más perjudicadas por agresiones de distinta naturaleza, los hombres también pueden ser objeto de estas.
Ellos, además, suelen ser presos de una violencia simbólica que los educa en ese paradigma como solución a los conflictos, mientras asumen masculinidades estereotipadas que los someten a conductas de riesgo, a no expresar sus emociones o les impiden disfrutar a plenitud la paternidad, por solo citar algunos ejemplos. Tenemos que trabajar más en lo formativo, enfatizó Castro, que abordó la necesidad de mensajes más claros sobre el problema y sobre cómo podemos lograr consensos para cambiarlos.
“Las Jornadas contra la violencia de género y por los derechos humanos son para llamar la atención sobre este problema, reflexionar, intercambiar puntos de vista, investigaciones, experiencias concretas, que permitan trabajar con acciones específicas en el esclarecimiento y la toma de conciencia sobre este fenómeno para conducir a una acción social transformadora”, subrayó.
Agregó que fenómenos complejos como este requieren constancia en el accionar comunicativo, educativo y en el trabajo con víctimas y victimarios, pues prevenir es el mensaje fundamental.
En ese camino, hasta el 10 de diciembre las actividades estarán enfocadas en promover espacios locales libres de violencia basada en género, con el interés de desarrollar acciones concretas para llegar en algún momento al ideal de declarar esos escenarios como libres de ese flagelo, señaló.
Mariela Castro abordó cómo es una voluntad del Estado cubano, desde el triunfo de la Revolución en enero de 1959, implementar políticas dirigidas al empoderamiento de las mujeres y a fomentar la igualdad y equidad de género.
En ello lleva protagonismo la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que colocó desde entonces en la agenda política y pública, el fenómeno de la violencia.
Actualmente la isla cuenta con alusiones al tema en la propia Constitución, pero también dispone del Programa para el Adelanto de las Mujeres, de la Estrategia integral para la prevención de la violencia de género y del Código de las Familias.
Esas son expresiones concretas que demuestran la política de tolerancia cero ante cualquier forma de dicho flagelo.
Lograrlo, sin embargo, requiere aún de mucha más preparación, como indicó la directora del Cenesex, de ahí que las jornadas tengan como propósito fortalecer las capacidades de los actores sociales y de la sociedad civil para la prevención y atención de la violencia de género en los escenarios locales y escolares.
Cursos sobre esas temáticas, coloquios acerca de las transidentidades y la violencia, simposios para abordar los cambios legislativos ocurridos desde 2019 en este ámbito, y presentaciones de libros, entre otras acciones, son las programadas para cumplir con ese objetivo.