Deberíamos aplaudir el sistema de salud de Cuba y aprender de él, manifestó la activista estadounidense Medea Benjamin al destacar las potencialidades de la isla para enfrentar la pandemia que golpea hoy al orbe.
En un artículo publicado este miércoles en la revista Jacobin, la cofundadora de las organizaciones Global Exchange y CODEPINK manifestó que esta emergencia provocada por el coronavirus SARS-Cov-2 ‘ha mostrado al mundo entero el lado heroico del sistema de salud de Cuba’.
Vi este heroísmo de primera mano cuando trabajé con médicos cubanos en pueblos pobres y remotos de África. Era la década de 1970 y yo era una joven empleada como nutricionista en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, rememoró.
Según vio entonces, la motivación de los profesionales de la isla en esos lugares ‘era puramente para ayudar a las personas necesitadas’.
Lo llamaron internacionalismo y dijeron que era su deber revolucionario pagar su deuda con la sociedad, añadió la activista norteamericana, quien alabó el sistema de salud pública del país caribeño y su compromiso con la solidaridad internacional.
Es realmente inspirador que esta pequeña isla pobre tenga indicadores básicos de salud iguales o mejores a los de los países más ricos del mundo. Esto es aún más notable después de haber enfrentado un brutal bloqueo y sanciones de Estados Unidos durante sesenta años, expresó.
Benjamin señaló que, como la mayoría del mundo, la nación antillana ahora está lidiando con el coronavirus, ‘pero el sistema de atención médica universal y gratuito de Cuba, que incluye un sólido grupo de profesionales de la salud, coloca a la isla en una mejor posición para enfrentar esta crisis’.
Agregó que la mayor de las Antillas no solo entrena a sus propios médicos, sino que capacita a doctores de todo el mundo, incluidos de Estados Unidos, en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
Pero Benjamin advirtió que la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, plantea un desafío significativo a los programas sociales cubanos, pues desde la llegada al poder impuso restricciones a los viajes y el envío de remesas, ha interferido en el transporte de petróleo y trata de sabotear las colaboraciones médicas.
Señaló que la administración Trump tuvo éxito en convencer a gobiernos de derecha en Brasil, Ecuador y Bolivia para que sacaran de esas naciones a colaboradores médicos cubanos. ‘En un giro trágico, estos mismos países ahora están abrumados con el coronavirus y lamentando la pérdida de profesionales experimentados’.
A medida que avanzamos en esta crisis, vemos la tragedia de la superpotencia rica con su sistema de atención médica privatizado y disfuncional que falla a su gente, mientras que su vecino empobrecido, bajo el ataque constante de la superpotencia, se extiende para ayudar al mundo, apuntó.