La COVID-19 no ha tenido indiferentes a los jóvenes cubanos, que conscientes del peligro para personas de todas las edades de contraer la enfermedad asumen conductas responsables en su actuar cotidiano. Con los pies bien puestos en la tierra, en cada espacio de la occidental provincia de Pinar del Río cumplen las medidas higiénico-sanitarias orientadas por la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud Pública cubano.
Sabemos que ataca a cualquiera y por eso no descuidamos las acciones de prevención, siguiendo las indicaciones de la máxima dirección del país,
porque el enfermo puede estar entre nosotros y contagiarnos, dijo Pedro González, cuentapropista.
Los ancianos son un grupo vulnerable y los más propensos a presentar dificultades por padecimientos propios de su edad, de ahí la necesidad de
extremar su cuidado y evitar salidas de sus hogares, indicó.
Zorileydis Pimentel, trabajadora del sector de la cultura, apuntó que en tiempos de COVID-19 el llamado a los jóvenes es a mantenerse alertas y
«cuidar a cuantos nos rodean».
Una vez más damos un SÍ por Cuba; vivo con mi abuelo de 80 años y la mejor forma de protegerlo radica en cumplir estrictamente lo establecido,
indicó.
Antes de llegar a su lado en mi hogar, aunque sin besos ni abrazos, me lavo las manos y trato de que igualmente él siga el pie de la letra las orientaciones, agregó.
Érica Hidalgo Morejón, estudiante de octavo grado de la escuela Tomás Orlando Díaz, enfatizó en la urgencia de no descuidar los síntomas
asociados a la pandemia y acudir de inmediato a las instituciones sanitarias.
Señaló el uso del hipoclorito de sodio para la desinfección de las manos y superficies, en la batalla por enfrentar la COVID-19, causante de más 14 mil muertes en el mundo.
Recientemente se han anunciado medidas gubernamentales para contener la enfermedad en Cuba y proteger a sus habitantes, como es tradición aquí.
Pero la toma de conciencia y la responsabilidad individual constituyen sin dudas las armas fundamentales para detener el padecimiento a causa del nuevo coronavirus SARS CoV-2, pues de nada valdrían los esfuerzos de una nación que nunca deja desamparado a ningún ciudadano, a pesar de estar bloqueada por Estados Unidos, la principal potencia del orbe.
Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro de Cuba, aseveró ayer en el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda Informativa que aún se aprecia una baja percepción del riesgo en determinados sectores de la población e
indisciplinas vinculadas a las indicaciones del Ministerio de Salud Pública.
La suspensión de las clases en todos los centros educativos del país o el reforzamiento de la labor policial en las calles para velar por el cumplimiento de las medidas -por solo citar estos ejemplos- deben
verse como lo que son, decisiones encaminadas a proteger más de 11 millones de vidas y que demandan la participación activa de los cubanos.