La Televisión de Cuba demostró hoy los vínculos entre organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en el exterior con ciudadanos de la isla que participaron en los recientes disturbios para subvertir el orden constitucional.
Según un reporte, las investigaciones sobre los actos vandálicos ocurridos el pasado 11 y 12 de julio revelaron las conexiones, y el material mostró los testimonios de cubanos que recibieron órdenes de cometer acciones terroristas, como lanzar cócteles Molotov, y agredir a las fuerzas del orden.
Tales instigaciones llegaron junto con llamados desde el país norteño a una intervención en la isla encabezada por Estados Unidos, el presunto envío a territorio caribeño de lanchas y otras embarcaciones, y hasta hubo anuncios de una infiltración militar por la zona occidental.
La fuente precisó que los acontecimientos del pasado mes evidencian un minucioso análisis del contexto socioeconómico, marcado por altas cifras de contagios con Covid-19, las interrupciones del servicio eléctrico por fallas del sistema de generación nacional y los efectos del recrudecimiento de la guerra económica contra Cuba.
De acuerdo con el video, semanas antes Orlando Gutiérrez-Boronat, con vínculos terroristas y cabecilla de la organización contrarrevolucionaria en el exterior Directorio Democrático Cubano, y el excongresista cubanoamericano Lincoln Díaz-Balart sostuvieron un encuentro para evaluar acciones a desarrollar hasta diciembre próximo a fin de desestabilizar el Gobierno antillano.
Sus ideas, indicó el material, están basadas en la realización de acciones de ‘rescate de países bajo regímenes comunistas’.
En tal sentido, el medio reflejó que distintas asociaciones enviaron a sus seguidores un diseño de movimiento de desobediencia civil, el cual expone los pasos para derrocar la Revolución a partir de estudios en otras naciones, y acompañado con una operación política y comunicacional.
De esta forma, en pocas horas la matriz de opinión de crisis humanitaria fue suplantada por un supuesto reclamo de libertades, elemento amplificado por distintas plataformas para reflejar el presunto ‘estallido social’, puntualizó el reporte.
A propósito, autoridades de La Habana acusaron a Estados Unidos y medios por la manipulación de imágenes con fines políticos y la adulteración de contenidos, y responsabilizaron a ese Gobierno de estar implicado directamente y tener grave responsabilidad en los incidentes del 11 de julio.
La isla condenó la operación en redes sociales, el empleo de sofisticadas tecnologías y la exacerbación de la campaña al odio y la violencia desatada desde el exterior, en un discurso que contó con el apoyo de youtubers e influencers.
En las últimas dos décadas Washington destinó cerca de 250 millones de dólares para programas de subversión en Cuba, y financiar proyectos de cambios de régimen a partir de los disturbios y hechos vandálicos del pasado mes, es la nueva prioridad, enfatizó el reporte televisivo.