Los grandes medios periodísticos de Estados Unidos desarrollan una guerra semiótica contra Cuba a partir de palabras surgidas de tanques pensantes, denunciaron hoy aquí.
Según un artículo del diario local Granma, titulado EE.UU. y sus laboratorios para la manipulación, en esos centros de estudios cada vocablo está bien calculado, y es difundido en el mundo.
Así, en informaciones relativas al país caribeño, es común encontrar expresiones como ‘régimen’ o ‘dictadura’, en lugar de Gobierno, para injuriar y restarle legitimidad a la Revolución, afirma el texto.
También, los medios públicos cubanos reciben el calificativo de prensa ‘oficialista’ o ‘única’, en tanto, aquellas publicaciones en la isla asalariadas por el país norteño, son ‘independientes’, precisa el artículo.
Connotados terroristas son considerados ‘activistas’ o ‘combatientes por la libertad’, y ante cualquier violación de las leyes, se llega ‘al cinismo de llamarlos «disidentes» reprimidos por la «policía política» del «régimen totalitario»’, enfatiza Granma.
Incluso, el asesino Luis Posada Carriles, autor intelectual de la voladura de una nave de Cubana de Aviación en pleno vuelo, y de otros actos terroristas, fue exaltado como ‘militante anticastrista’, subraya.
Añade que en la prensa norteamericana sustituyen con la palabra ‘embargo’ a la política de bloqueo impuesta desde hace casi seis décadas a la nación caribeña.
En este sentido, el portal Cuba vs Bloqueo, explica que embargo es la forma judicial de retener bienes para asegurar el cumplimiento de una obligación contraída legítimamente; no obstante, el cerco real contra la isla incluye medidas de coacción y agresión económica para la asfixia del proyecto social.
Otro ejemplo de la manipulación es el empleo del concepto de cubano ‘de a pie’, para catalogar, de acuerdo con el criterio de estos tanques pensantes, al pueblo que hace colas y está en la miseria, ‘con el avieso propósito de separarlo de sus dirigentes’, señala Granma.
Como apunta el diario, esas fórmulas lingüísticas, intencionalmente seleccionadas, también encuentran ecos en las redes sociales y en los autoproclamados medios alternativos, los cuales mantienen ‘una implacable guerra de desinformación sobre la realidad cubana’.