El terrorismo persiste hoy como estrategia de Estados Unidos contra Cuba, de acuerdo con las revelaciones y denuncias sobre actos de esa naturaleza dados a conocer recientemente en La Habana.
Según suscribió en esta jornada vía Twitter el presidente Miguel Díaz-Canel, ‘la violencia y el terrorismo forman parte del plan con el que pretenden desestabilizar nuestra sociedad’, y ello ‘pone de manifiesto la catadura moral de los mercenarios y sus financistas’.
También hoy la cancillería de la isla denunció los actos de sabotaje iniciados desde hace seis décadas por Washington contra la mayor de las Antillas.
Desde Twitter, refirió cómo la administración del país norteño persiste en el agresivo discurso de odio respecto a la isla, y aseguró que una consecuencia de ello son las nuevas acciones violentas registradas en los últimos años.
La víspera, la televisión nacional transmitió un material con pruebas del financiamiento e incitación desde Estados Unidos a actos de sabotaje y subversión en la ínsula, para estimular el caos.
Denuncia Canciller @BrunoRguezP la agresividad de Estados Unidos contra #Cuba🇨🇺, intensificada en los últimos años con la guerra económica despiadada del bloqueo, y que se vuelca ahora a intentos groseros y peligrosos de promover la inestabilidad social y política. pic.twitter.com/4Mo2I6Eury
— Cancillería de Cuba (@CubaMINREX) November 30, 2020
El video reveló a ciudadanos cubanos que, a cambio de dinero y promesas de emigrar, provocaron incendios en instalaciones comerciales y de servicios, en cumplimiento de instrucciones de personas y organizaciones radicadas en el sur de la Florida.
A finales de agosto y principios de septiembre de este año, lanzaron los denominados ‘cócteles Molotov’ contra una cafetería, una barbería y una bodega en el municipio de San Miguel del Padrón, de La Habana.
Las investigaciones descubrieron que los terroristas de origen cubano residentes en Estados Unidos William Cabreras y Michel Naranjo contribuyeron a instigar dichas acciones.
Otro ejemplo es el descarrilamiento, en mayo de 2019, de un tren que cubría la ruta entre la Zona Especial de Desarrollo Mariel, en la provincia de Artemisa, y Cárdenas, en Matanzas, ambas en el occidente del país.
Aunque el siniestro no tuvo no tuvo consecuencias funestas para la tripulación, produjo pérdidas en el envío de 900 toneladas con productos para la economía nacional, como pinturas y luminarias, acorde con la Agencia Cubana de Noticias.
De acuerdo con el diario local Granma, el proceso investigativo al respecto permitió establecer vínculos y detener a los cuatro autores del hecho, quienes confirmaron la incitación, organización y financiamiento desde la Florida.
A todo esto se suma en 2017 la quema de un almacén, un club de computación, la consulta médica de un policlínico y un aula escolar en la capital.
La aprobación el 17 de marzo de 1960 del llamado Programa de Acción Encubierta contra Cuba dejó clara la postura que mantendría el Gobierno de Estados Unidos hacia la isla, agregó Granma.