El Instituto Republicano Internacional (IRI) de Estados Unidos mantiene un programa hacia Cuba que financia y promueve acciones para desestabilizar el Gobierno de la isla, trascendió hoy en la prensa local.
De acuerdo con un reportaje del periódico Granma, el plan concibe el entrenamiento, la distribución de materiales, dinero, medios técnicos y equipamiento, entre activistas y elementos contrarrevolucionarios.
‘Sus fondos provienen del presupuesto que se otorga anualmente por el Congreso de Estados Unidos al Departamento de Estado, y de las llamadas entidades ‘independientes’, como la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED)’, refiere el texto.
Según el artículo, el primer programa del IRI contra Cuba data de 1993 y estuvo dirigido a estimular un proceso de transición en el país con el objetivo de derrocar a la Revolución.
El financiamiento de los programas del IRI sobrepasa los 11 millones de dólares en contratos durante varios años, afirma Granma.
En el documento Acelerar la transición a la democracia en Cuba, se informa que ‘el Instituto entregó teléfonos celulares y equipos de tecnología de la información…’.
Del mismo modo, avanzó ‘en nuevas iniciativas de medios, que pueden proporcionar a los socios de la red en la isla un mayor acceso a la información, material de apoyo y comunicación sin conexión’.
El diario, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, enfatizó además que el esfuerzo de los enemigos de la Revolución se dirigen a ‘dominar la información o, al menos, ejercer una marcada influencia sobre lo que se lee, se escucha y se ve en la nación caribeña, para así controlar la opinión interna’.
De acuerdo con Granma, el IRI ‘ha estado a la vanguardia de esta batalla, en una obstinada y fuera de toda ética actitud injerencista, violatoria de las leyes internacionales’.
Recientemente, un reporte de este mismo periódico aseguró que agencias, empresas y organizaciones como la Usaid y la NED destinaron cerca de 250 millones de dólares en las últimas dos décadas para los programas de subversión contra Cuba.