Hace unos tres meses un grupo de amigos con inquietudes y ánimo de crear decidieron unirse y fundar COVEN, un grupo de narración oral cuyo nombre en inglés significa aquelarre.
“Sentíamos la necesidad de expresar lo que teníamos por dentro, y como el grupo de teatro al que pertenecemos, Titirivida, es para niños y tiene métodos muy específicos, nos planteamos la fundamentación del proyecto, cuya intención es promover la literatura pinareña y cubana desde la narración oral escénica, y dentro de ese proyecto mezclar todas las artes a las que tenemos acceso. Es una forma diferente de hacer la narración”, refiere Luis Alberto Alemán, uno de los actores de COVEN y quien en ocasiones funge como director artístico del grupo.
Agrega, además, que querían trabajar para todos los públicos, para niños, adolescentes, jóvenes y adultos. “Presentamos el proyecto al Centro Provincial del Libro y la Literatura y enseguida nos acogieron, nos guiaron y aprobaron. Entonces nos dieron un espacio para niños y jóvenes los primeros y terceros lunes de cada mes, respectivamente, en el patio del centro Hermanos Loynaz y un espacio para adultos los cuartos sábados en El Hormiguero, en el patio de la Casa del Joven Creador.
Al referirse a esta manifestación asegura: “Descubrí hace más de un año que a través de la narración oral escénica podía seguir diciendo y expresando cosas. Respeto a los maestros de la narración oral y su técnica, pero quería hacer algo distinto, sin seguir patrones específicos. COVEN me abrió la posibilidad de hacer lo que quería.
Destaca el joven que trabajan en equipo, razón por la que hacen con frecuencia lluvias de ideas que les permita colocar sobre el escenario lo mejor que saben hacer.
Sobre los temas abordados hasta este minuto menciona cuestiones relacionadas con la religión Yoruba, el amor, asuntos de género, la homofobia, “siempre exorcizamos aquello que sentimos y eso es lo más importante”, asegura.
“Nos gusta trabajar con la energía, que el espectáculo fluya y que converjan todas las artes de forma creativa; hemos encontrado así la forma de llegar al público”.
Con él coincide Ana Deylis Loaces, narradora oral y directora de COVEN, para quien es esencial llegar al público y hacerlo a través de historias contadas que parten de sus propias necesidades, no solo como artistas sino también como seres humanos. “Por eso en cada encuentro que puedes disfrutar del grupo, no solamente está la literatura pinareña, sino también hay cuentos que parten desde nuestras realidades y vivencias”.
La actriz, que ya hace un tiempo trabaja en régimen solitario, decidió unir voluntades y el resultado es este proyecto que ha tenido muy buena aceptación entre el público.
Significó sobre la labor que realizan: “Aquí intentamos ser felices y hacer feliz al público. Hace poco hicimos un homenaje al que fue nuestro diseñador Humberto Guerra, y cuando estábamos en el trabajo de mesa para para crear el espectáculo todos nos miramos y decíamos ‘no vamos a poder’, porque partíamos del sentimiento de hermandad que teníamos con el artista de la plástica, pero creo que al final salió un trabajo digno, el cual pretendemos amplificar a otras escenas.
“Hasta ahora logramos lo que hemos querido; siempre, cuando nos reunimos, lo decimos, tenemos que contar con el alma. De otro modo no sería posible”.
Nelson Álvarez es el tercer y último actor de COVEN, y no por ello es el menos importante. Cada uno tiene su valor y lo primero es que son amigos que aman la narración.
“Crear nuevos grupos, espacios y proyectos, no está en estos momentos dentro de los objetivos de las artes escénicas, y nosotros decidimos emprender nuestro camino para promocionar la literatura de Pinar del Río. Este es realmente el sueño de Ana Deylis Loaces, quien hace más de 20 años narra cuentos, pero no había tenido su propio proyecto, y para materializar ese sueño nos ha invitado a Luis Alberto y a mí”, asiente Nelson Álvarez.
“La narración es un mundo hermoso. Un mundo muy bonito en el que uno cuenta historias. El cubano tiene una excelente base y fuente de inspiración para la narración oral que son justamente nuestros guajiros; quién no ha escuchado hablar de las sentadas que hacían en los portales de las casas en las noches para contar cuentos”.
Los integrantes de Titirivida poseen las herramientas del teatro para hacer de cada espectáculo e historia que cuentan, un espacio para hacer soñar al público.