Desde principios del actual mes nuevas afectaciones tecnológicas y averías en la generación térmica y la distribuida en varias centrales eléctricas provocan limitaciones a este importante servicio; sin embargo, el Estado cubano lo prioriza en medio de carencias ocasionadas por la pandemia y el bloqueo económico norteamericano.
Sobre la actual situación y perspectivas en esta rama de la economía y las medidas de contingencia adoptadas se refirieron el jueves en la Mesa Redonda Informativa Liván Arronte Cruz, ministro de Energía y Minas (Minem), y directivos de la Unión Eléctrica.
En apenas un mes, Cuba gasta entre 150 y 200 millones de dólares para importar todo el combustible del sistema eléctrico nacional (SEN), señaló el titular del organismo, además de precisar que el 40.6 por ciento de la generación corresponde a las centrales termoeléctricas (CTE) existentes en el país, con un total de 20 bloques en operación.
La mayoría de estos acumulan entre 30 o 40 años de explotación y enfrentan limitaciones tecnológicas, así como la falta de reposición de muchos de sus equipos, lo cual ha conllevado a la disminución de su disponibilidad técnica.
El titular del Minem dijo que desde el 21 de junio se han producido afectaciones al SEN y apuntó que cuando la disponibilidad de la generación no cubre la demanda hay que disminuir el servicio.
Destacó el esfuerzo de los técnicos e ingenieros, quienes mediante la innovación constante dan solución a los problemas.
Al decir de Edier Guzmán Pacheco, director de generación térmica de la Unión Eléctrica, dada las serias afectaciones en la disponibilidad de generación eléctrica para satisfacer la demanda del país se espera que antes de finalizar 2021 la UNE pueda recuperar 608 megawatts (MW), con vistas a mejorar, de manera gradual, la reserva operacional del SEN.
Ese proceso, posible gracias al financiamiento destinado por el Estado cubano, permitirá disminuir los apagones en el sector residencial y estatal.
Sobre la avería de la mayor termoeléctrica del país, Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas, informó en el programa Mesa Redonda que se trabaja para su puesta en marcha con 90 MW adicionales de los que tenía en el momento de su salida de servicio.
Pese a las limitaciones de recursos para asegurar las conservaciones, se planifican acciones de mejoras en la Unidad 2, de Felton, y la 5 del Mariel, dijo al hacer referencia a las perspectivas de solución de la compleja situación actual.
Sobre ello, Guzmán Pacheco recalcó que la disminución de los apagones está en dependencia de la recuperación de las capacidades de generación que hoy están indisponibles.
Para ello, aunque se requiere financiamiento, los trabajadores de la UNE no se detienen y continúan en la búsqueda de soluciones utilizando las potencialidades de la industria nacional y la inventiva, acotó.
Ante la preocupación en la población de que en no pocas ocasiones y lugares la desconexión del servicio eléctrico por déficit de generación ha sobrepasado las cuatro horas de apagón previstas, Jorge Armando Cepero Hernández, director de la UNE, explicó entre sus causas la ocurrencia de alguna otra avería en el momento de la reconexión, o que se disparen los circuitos y haya que aguardar algún tiempo para gradualmente ir aumentando la carga.
Recordó que hay circuitos que no se incluyen en esta programación pues desde ellos se alimentan centros de salud, unidades para el bombeo del agua y centros vitales de la producción y los servicios.
Respecto a las opiniones de algunas personas de si ahora no resulta contraproducente la venta de equipos electrodomésticos en las tiendas en monedas libremente convertibles, o permitir la importación por viajeros de aquellos medios que constituyan fuentes de energía renovable, Cepero Hernández manifestó que hay suficiente capacidad instalada para asimilarlos.
Tatiana Amarán, viceministra de Energía y Minas, informó en la Mesa Redonda que las medidas a adoptar ante la actual contingencia son las previstas en los planes de los Consejos Energéticos, encabezados por los gobiernos locales, en cuanto a las restricciones de energía para el sector estatal, sin dejar de insistir en las acciones dirigidas al ahorro de electricidad en los hogares.