Hoy se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, conmemoración que este año está centrada en resaltar aquello que impulsa a los trabajadores humanitarios a seguir dedicándose a salvar y proteger vidas a pesar del conflicto, la inseguridad, la dificultad para acceder a los que los necesitan y los riesgos relacionados con la COVID-19.
En 2020 la celebración se produce cuando el mundo se encuentra aun luchando contra una de las pandemias más contagiosas, por la cual los trabajadores humanitarios han superado obstáculos de acceso sin precedentes.
Según refiere el sitio web de la Red de Salud de Cuba, Infomed, quienes laboran en este tipo de asistencia han ayudado a las personas en crisis humanitarias en 54 países, así como en otros nueve que han sido catapultados a la necesidad humanitaria.
La campaña comunicacional en esta ocasión se centra en el hashtag #HéroesEnLaVidaReal, que pretende agradecer a aquellas personas que dedican sus vidas a ayudar a los otros, incluso en las circunstancias más extremas en todo el orbe.
Uno de los desafíos más complejos para las operaciones humanitarias este año ha sido la pandemia, unido a la falta de acceso y las restricciones impuestas por disímiles gobiernos que han provocado que en muchas ocasiones estén en la primera línea de respuesta las propias comunidades, la sociedad civil y las ONG locales.
Las Naciones Unidas quieren presentar, con esta campaña, las historias personales e inspiradoras de los trabajadores humanitarios que trabajan para combatir y prevenir más contagios de la enfermedad.
Se trata de las experiencias de los que brindan alimentos a las personas más vulnerables; los que proporcionan espacios seguros para las mujeres y niñas durante los confinamientos; los que asisten en los partos; los que luchan contra las langostas, y los que trabajan en campos de refugiados, en el contexto de la pandemia de COVID-19.
El Día fue designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2008 y coincide con el aniversario del atentado contra la sede de esta organización en Bagdad, Iraq en 2003, que cobró la vida de 22 personas, entre ellas el enviado de la ONU, Sergio Vieira de Mello.
Se conmemora para rendir tributo a los trabajadores que han sido asesinados o resultaron heridos en desempeño de su labor, y honra a todos aquellos que continúan prestando asistencia y protección a millones de personas, a pesar de las dificultades.