El diario The New York Times publicó hoy una carta firmada por más de 400 personalidades que piden al presidente estadounidense, Joe Biden, derogar las medidas unilaterales contra Cuba aprobadas por la anterior administración.
El texto, apoyado por intelectuales, artistas, políticos, académicos, religiosos y juristas, constituye un ‘llamado público urgente’ para deshacer las normativas ‘crueles’ implementadas durante el mandato de Donald Trump (2017-2021), quien sumó al bloqueo 243 nuevas sanciones contra la isla.
El documento, disponible en la plataforma Let Cuba Live (Deja a Cuba Vivir), recoge firmas como la del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva; el exmandatario ecuatoriano Rafael Correa, así como los artistas norteamericanos Danny Glover, Susan Sarandon, Jane Fonda y Mark Ruffalo.
Igualmente, el llamado contra el bloqueo tiene el respaldo del británico Jeremy Corbyn; del reverendo Jim Winkler, del Consejo de Iglesias de Estados Unidos; del teólogo brasileño Frei Beto; del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; y de organizaciones como Codepink y Black Lives Matter.
Nos parece inconcebible, especialmente durante una pandemia, bloquear intencionalmente las remesas y el uso por parte de Cuba de las instituciones financieras globales, algo necesario para la importación de alimentos y medicinas a la isla antillana, subraya la misiva.
‘Apoyamos al pueblo cubano’, expresó Biden el pasado 12 de julio y las personalidades le recuerdan en la carta divulgada hoy en el diario neoyorquino que, si ese es el caso, debe revertir las restricciones de Trump y dejar de tratar a Cuba como un enemigo existencial en lugar de un vecino.
Reanude la apertura y comience el proceso de poner fin al bloqueo, sugieren al tiempo que advierten sobre cómo el 23 de junio la mayoría de los Estados miembros de la ONU votaron por levantar las sanciones a la isla.
Finalmente, instan al actual jefe de la Casa Blanca a retomar el camino impulsado por el expresidente Barack Obama, quien en sus últimos años de mandato impulsó un proceso de normalización de las relaciones entre Washington y La Habana.