La verdad de los revolucionarios tiene todas las posibilidades de ser defendida con amor, con ternura y con mucha belleza. Porque es la verdad que más se parece al ser humano en su afán por emanciparse y por ser hermano de sus semejantes. Tal vez esa certeza que inspira a quienes vivimos para romper lanzas por el Otro sea de las huellas más alentadoras, que con más luz ha brillado en estas horas del III Coloquio Internacional Patria, evento que ha tenido como escenario, desde este lunes, a La Habana.
Siempre que la sensibilidad y la inteligencia confluyen en grandes dosis, se produce una inevitable intensidad de las emociones. Así ha vuelto a suceder en la tarde de este martes en el Palacio de la Revolución, donde la dirección del país dio la bienvenida a protagonistas del Coloquio.
Fue la ocasión en la cual el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, confesó al final de una jornada en la cual se escucharon diversas voces, que ellos, los comunicadores llegados a la Mayor de las Antillas desde diversos lugares del mundo, habían provocado en el encuentro de este martes una verdadera “carga emocional”.
“Gracias a todos por estar en Cuba”, dijo el Jefe de Estado a los pensadores, en un intercambio que contó también con la presencia del Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda; así como con el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla -ambos, miembros del Buró Político.
En la jornada -donde además estaban presentes el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista y jefe de su Departamento Ideológico, Rogelio Polanco Fuentes, y el presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), Ricardo Ronquillo Bello, así como otros miembros del Partido y el Gobierno-, tuvo lugar el sentido gesto de gratitud por parte del dignatario, quien dijo a los intelectuales: “Necesitamos vernos con ustedes, comunicarnos con ustedes”.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista habló a los interlocutores sobre el valor que ha tenido que, en el III Coloquio, se haya reflexionado sobre el tema del nuevo orden mundial de la comunicación, porque “hay que cambiar el orden económico”, y eso, dijo, es algo imposible mientras haya capitalismo, neoliberalismo y todas esas fuerzas que responden a la lógica del capital.
En cuanto a los rieles sobre los cuales se mueve la información en el planeta, Díaz-Canel expresó: “A nosotros no nos queda más remedio que asumir creativamente esas tecnologías”. Y esa idea dio paso a su reflexión sobre los dos coloquios anteriores -también realizados en Cuba-, y sobre este tercero que ha sido, destacó, un evento de ternura, de cariño, de compromiso y de dolor, porque todas las ideas están transidas de un afán de justicia.
Ya llegamos a la tercera edición y haremos la cuarta, aseguró el mandatario ante la ovación de los presentes; y compartió reflexiones sobre los desafíos que plantea el uso de la Inteligencia Artificial -arma de doble filo que implica beneficios a la vez que grandes riesgos-; y trajo a colación el tema de la comunicación comunitaria como camino para hacer trabajos desde el pensamiento de izquierda.
“Estoy de acuerdo con ustedes -dijo el Jefe de Estado a los comunicadores-; tenemos muchos retos, desafíos, pero ya estamos haciendo comunicación”. En tal sentido resaltó que desde la izquierda se generan contenidos a partir de las respuestas ofrecidas por la historia, y se hacen desde lo justo y desde la verdad.
“La narrativa nuestra, como es más honesta, va a impactar más, y va a llegar más”, razonó el mandatario, quien recordó ideas nacidas en los coloquios anteriores: entre ellas, la de aprender a defendernos luchando, la de crear nuestros ecosistemas mediáticos, y la de saber que la verdad será siempre revolucionaria.
“Hemos crecido como familia, hoy somos más”, dijo el Jefe de Estado, quien denunció la gravitación terrible del imperialismo con su plataforma de colonización cultural; y quien hizo referencia a dos sucesos que están conmocionando a la humanidad: el holocausto del pueblo palestino, y la inseguridad para la vida que sufre Haití.
“Basta ya de que estén sonando las bombas, tienen que hablar las personas, todos tenemos que levantar nuestras voces”, dijo Díaz-Canel a propósito de los dolorosos sucesos en Gaza. Y en cuanto al pueblo haitiano, expresó que esa nación está pagando muy caro por haber sido pionera en hacer una revolución.
“Lo que pasa hoy en Gaza y en Haití puede suceder en cualquiera de nuestros pueblos, porque el imperialismo no distingue”, afirmó el dignatario, quien hizo énfasis en que ese imperialismo nos desprecia, lo cual lleva a la necesidad de “seguir uniéndonos”.
Cuba y la guerra a la cual es sometida por el imperio; un país virtual y otro real por cuenta de la maquinaria mediática que ofrece al mundo la semblanza de un país ardiendo por todas partes; la articulación de un enemigo que fabrica una mentira tras otra. Sobre tales ideas habló el Jefe de Estado; y al referirse a quienes protagonizan la resistencia del día a día, afirmó: “Por el pueblo cubano nosotros nos tenemos que morir trabajando”.
Sobre ese último concepto, Díaz-Canel Bermúdez enunció que el pueblo cubano merece de inmediato la prosperidad que anhela y que le ha sido arrebatada por más de 60 años.
La antesala de una intervención que también abordó las prioridades de trabajo trazadas por el Partido Comunista de Cuba para este 2024, estuvo hecha del pensamiento de valiosos intelectuales que hicieron uso de su derecho a la palabra, en una jornada moderada por la periodista cubana Rosa Miriam Elizalde, quien destacó el hecho de que hubiesen concurrido al III Coloquio más de 110 invitados de 31 países, provenientes de cuatro continentes.
Entre otros conceptos, la prestigiosa intelectual habló de “fortalecer las relaciones entre nosotros para generar sistemas de ayuda”, al tiempo de lograr, como exigen los tiempos, que la verdad esté mejor organizada.
Desde la emoción y la gratitud hablaron otros pensadores: Fueron escuchadas voces de Nuestra América, de África; y una de las notas más hermosas fue la de Wafica Ibrahim, periodista libanesa, asesora de Al Mayadeen y especialista de América Latina, quien extendió sentidas gracias a Díaz-Canel, por ser el único Presidente del planeta que ha liderado una marcha popular en apoyo al pueblo palestino.
El joven activista estadounidense, Manolo de los Santos, agradeció a Cuba por acoger al III coloquio en momentos difíciles para el país caribeño; y compartió su convicción de que los pueblos son capaces de mover la historia, e incluso pueden convertirse en verdaderos artífices de las nuevas tecnologías.
En cuestiones de tecnología, dijo, siempre se piensa que tenemos las de perder, que nos toca la derrota, pero la experiencia de Palestina, por ejemplo, ha demostrado que la verdad puede abrirse paso de manera articulada.