Un discurso de esperanza y optimismo; de retos; de cuánto hemos hecho en los últimos meses, de cuánto nos falta por hacer todavía y seguiremos haciendo, fue el pronunciado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la clausura del V Pleno del Comité Central, a la cual asistió el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder histórico de la Revolución cubana.
«Una conclusión salta a la vista cuando se revisan los temas y debates del Pleno: el Partido está en el centro de los problemas», aseguró el Jefe de Estado en sus primeras palabras. Sus ideas resumen el hacer de tantos meses de duro trabajo en los que la organización ha buscado incesantemente cómo perfeccionar su labor y acercarse cada vez más a lo que demandan y esperan de ella, no solo sus militantes, sino todo el pueblo.
Múltiples son las batallas en las cuales ha estado inmerso el país, y en todas y cada una de ellas ha sido infatigable «la labor de nuestros cuadros de base, desde el núcleo y los municipios hasta el Buró Político para asumir, desde la vanguardia», reconoció Díaz-Canel.
De la consagración de la militancia revolucionaria en estos complejos años habló también el mandatario, porque sin ella habría sido muy difícil sortear tantos obstáculos.
Lo habremos hecho mejor o peor. No somos robots programados para no fallar. Pero lo hemos hecho. Hemos resistido todos los golpes de la naturaleza y de nuestros propios errores, sin doblar las rodillas y sin renunciar al sueño de la prosperidad posible», valoró.
Y eso, significó, ha sido posible porque «la fortaleza de este pueblo laborioso, noble, apasionado e imaginativo, supera el intento de comparación. Cuba es ya una unidad de medida. Una Cuba equivale a máxima resistencia con máxima creatividad»
A la responsabilidad que tienen todos los cuadros con «los problemas, las insuficiencias y los errores también acumulados y concomitantes con los efectos del bloqueo», hizo referencia el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista.
La resistencia de nuestro pueblo, que entiende y enfrenta el ataque del adversario, reconoció, flaquea cuando choca con «la burocracia, la desidia, la corrupción de ciertas capas intermedias que pescan en el río revuelto de las dificultades, poniendo obstáculos donde van las soluciones»
El «no se puede es un mensaje inaceptable», subrayó. «Somos los hijos de un pueblo vencedor de imposibles», reflexionó luego Díaz-Canel y compartió con los presentes su certeza de que estas nuevas generaciones, al igual que las que nos precedieron, serán capaces de ganar también la guerra. «Nada es imposible cuando un pueblo quiere y lucha por ello»
«Ser la fuerza dirigente del sistema político entraña la enorme e insustituible auto responsabilidad del Partido para hacer que el trabajo sea más efectivo en la medida que favorezca el empoderamiento popular a través de diversos canales, lo que no demerita su naturaleza de vanguardia. Todo lo contrario, la refuerza»
Verdad como templo que necesita ser asumida con responsabilidad y objetividad por todas las estructuras partidistas.
En sus palabras, sumamente aleccionadoras, el Primer Secretario del Comité Central del Partido se preguntaba: ¿Qué se hace en cada entorno partidista para garantizar el involucramiento popular o laboral que asegure la real participación de las masas en la toma de decisiones? Y se respondía entonces: «El análisis no puede ser complaciente sino muy crítico ante las exigencias del momento actual»
A ese análisis llamaron constantemente sus reflexiones, porque bajo ninguna circunstancia puede el Partido «estar al margen de la sociedad»
Habló entonces de un accionar revolucionario que cambie todo lo que no funcione en la sociedad y deba ser cambiado; de que la militancia actúe y se sienta como una gran familia de revolucionarios que predican con el ejemplo; del rol protagónico de los núcleos y sus potencialidades para impulsar la participación y el control en los comités de base de la Unión de Jóvenes Comunistas, las secciones sindicales y los órganos del Poder Popular; así como de perfeccionar métodos y estilos de dirección que no pueden reducirse a llamados y exhortaciones.
El de este V Pleno fue un discurso de amplios matices, en el que abordó las responsabilidades que tiene el Partido para garantizar que el discurso político esté impregnado de ética y fomente valores a favor del proyecto socialista, y también de educar, compartir, informar con oportunidad y dialogar.
En sus palabras hubo espacio además para reflexionar acerca del complejo contexto internacional que ha marcado el accionar del Partido y su Buró Político en los últimos tiempos, donde las fuerzas políticas con posiciones fascistas y de extrema derecha «tratan de contener el avance de fuerzas progresistas y de izquierda» empleando los más diversos métodos.
«La política de máxima presión económica y el bloqueo han seguido siendo el eje principal que marca las relaciones bilaterales con los Estados Unidos», acotó. Y a ello añadió elementos como la persistente y perniciosa campaña de amenazas a países que necesitan y reclaman la cooperación médica de Cuba; la permanencia de medidas que estimulan la migración ilegal; y la campaña mediática de descrédito al sistema socialista, al Gobierno, a los dirigentes y contra las bases populares de apoyo a la Revolución.
Nada de esto, aseguró, nos intimida y detiene. Y detalló a continuación una serie de acciones que se realizan en el seno del Partido para, entre otros objetivos, mantener un seguimiento sistemático a la implementación de las Ideas, Conceptos y Directrices emanadas del 8vo. Congreso del Partido Comunista.
Entre las muchas responsabilidades de la Organización, mencionó también diversos sectores que demandan de una atención partidista transformadora, como es el trabajo con los jóvenes; el vínculo con los representantes de la sociedad civil; y la lucha contra la colonización cultural y el fortalecimiento de la institucionalidad.
Sobre los jóvenes, de manera particular, destacó con orgullo cómo durante «los dos últimos y más difíciles años, no ha existido una tarea importante, un acontecimiento determinante para la suerte del país, donde no hayamos encontrado a la juventud en la vanguardia»
Justamente por eso, significó, la «centralidad del tema en este Pleno y la trascendencia de la Estrategia aprobada para fortalecer el papel integral de la Unión de Jóvenes Comunistas en el presente y el futuro del país. El reto es ahora implementarla con la sistematicidad que amerita para garantizar su efectividad»
«El momento de la juventud es ahora y es en todo. Juventud es sinónimo de Revolución. Y Revolución es sinónimo de Partido», aseveró.
Consciente de que «nunca nada fue fácil para la Revolución cubana», el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista concluyó sus palabras compartiendo con los presentes su convencimiento de que «lo más bello de la obra humana está en retar y vencer la dificultad. En esa certeza se afianza la virtud de los hombres. Y la felicidad de los revolucionarios»
Como símbolo de continuidad quedó en todos los presentes el abrazo, ese con el que Raúl recibió a Díaz-Canel al concluir sus palabras en el estrado.