Lo que fue en sus inicios un proyecto para buscar alternativas que mejoraran la calidad de los laboratorios clínicos en Pinar del Río, terminó como una motivación para Ivette González Fajardo al aspirar a su doctorado, una meta quizás para ella, pero un sueño para los pacientes pinareños que requerían de complementarios confiables para un tratamiento oportuno de sus afecciones.
UNA INVESTIGACIÓN PARA CONFIAR
En el andar cotidiano, es común ver a diferentes personas inconformes por los resultados de determinados análisis que tuvieron que repetir, al punto de que, ante la urgencia de un examen de sangre y la desconfianza en un laboratorio específico, buscarán el mejor lugar para hacerse la extracción y evitar el hecho de repetir el estudio.
Esta fue la necesidad de la doctora Ivette, una joven investigadora que vio en la especialidad de Laboratorio Clínico su pasión de vida, por lo que desde el 2016 se lanzó a revertir tales escenarios y encontrar alguna solución sustentada en la ciencia para desarrollar un sistema con tales fines.
Amén del receso, por cuestiones de recursos y de financiamiento, en el que se encontraba Cuba desde el 2003 respecto a las evaluaciones, lo primero, según la doctora, quien también se desempeña como jefa del Grupo Provincial de Laboratorio Clínico y Medicina Transfusional, era elevar la calidad de los laboratorios, lo que traería consigo una mayor confiabilidad, tanto de la población como de los propios especialistas que trabajan en el área.
“Fue a partir de estas premisas que optamos por utilizar materiales de control alternativo para el desarrollo del diseño de este proyecto, comprobados desde el punto de vista técnico, metodológico y científico”, explicó González Fajardo.
La especialista comentó que como parte de la propia investigación, “se impuso entonces la validación de la unidad rectora, correspondiente en este caso al servicio del hospital León Cuervo Rubio, y posteriormente la verificación de todo el material alternativo.
“Dicha institución no se sometía a este tipo de evaluación desde el pasado 2018, cuando una compañía italiana seleccionó a la provincia para su observación, la cual arribó a resultados satisfactorios y ubicó a este centro en el octavo lugar entre los escogidos”, dijo.
Fue importante, además, en una tercera etapa del proyecto, informatizar el sistema de evaluación externa, ya que llevó, como parte de su diseño, un procesamiento estadístico fuerte, el cual necesitó, a la hora de procesar las unidades, incorporar un grupo de complementarios y de resultados, por lo que ayudó a canalizar todo de manera segura y exacta.
Finalmente, cuando el diseño general estuvo previsto, se dieron a la tarea de evaluar y de saber qué opinión tenían al respecto algunos conocedores de la materia, y fue cuando incluyeron la evaluación por criterio de expertos en la investigación y después por los usuarios.
“Quisimos tener el criterio de personal competente, pero que a su vez fueran punteros de excelencia en estos temas, de ahí la comunicación con 15 estudiosos procedentes de España, México, quienes intervinieron con sugerencias oportunas, además de los propios cubanos que estuvieron al frente de evaluaciones externas realizadas en el país y los pinareños que se desarrollaban en esta área del control de la calidad”.
DESPERTAR DE LA CALIDAD
A raíz de los intercambios con los expertos, Ivette tuvo la posibilidad en el 2021 de cursar, desde aquí, una beca promocionada por la fundación española sin fines de lucro conocida como Priceclab, la cual le dio la posibilidad de proponer su investigación y que la misma fuera aprobada dentro de la labor científica de la fundación.
Fue así que surgió el proyecto de evaluación de la calidad para países de recursos limitados como Cuba, explicó González Fajardo, con la intención fundamental de establecer especificaciones de calidad para la provincia.
“El propio proyecto y los resultados de las investigaciones doctorales dieron a la luz que no podíamos compararnos con otros laboratorios de primer nivel con tecnología más avanzada, no significa esto que trabajamos mal, sino que lo hacemos bajo nuestras condiciones y había que atemperarse a eso”.
A partir de ese atractivo, y financiados por la propia beca, proporcionaron diferentes recursos como fue un analizador químico, específicamente de Pinrea, una marca comercial de prestigio internacional, además de un grupo de controles comerciales para, de conjunto a los alternativos con los que se contaba, establecer especificaciones propias para este tipo de territorio.
Considera Ivette que el surgimiento del sistema de evaluación externa de la calidad para los laboratorios clínicos de Pinar del Río ha sido un despertar de ese control que estaba en receso desde hace tantos años y Vueltabajo quizás sea el reflejo del resto de las provincias del país, por lo que pudiera generalizarse a otras que tengan las mismas necesidades.
“El deseo de incrementar la calidad en los servicios que brindamos, aumentar la confiabilidad de la población pinareña esté donde esté, que no haya necesidad de gastos de recursos ni de transportación para llegar a otras instituciones de Salud donde exista mayor confiabilidad de complementarios, donde no haya que dilapidar reactivos o material gastable para repetirlos, entre otros, son los objetivos que perseguimos”, insistió la profesional.
Para todo lo anterior, instó a los directivos y a las administraciones a saber cómo funciona la red de laboratorios de su provincia y estar al tanto de las necesidades que poseen, en cuanto a equipos de clima, o ejecutar un traslado oportuno de un equipo para ser valorado por un electromédico, por citar un ejemplo, entre otros.
POR LAS VENAS VIENE LO DE AMAR LO QUE HACE
Criada dentro del quehacer científico, su mamá bióloga y su papá psiquiatra, supo que era la medicina el camino a elegir y los laboratorios el hogar para quedarse, aun cuando se debe a una primera casa que ha servido de sostén para todos estos años que lleva tras los pasos de la investigación, en donde dos niñas, de cinco y 11 años y su esposo, la esperan cada día a sabiendas de que lo que ella hace es por el bien de los demás.
Y como todo en la vida no se sostiene solo, ella insiste en agradecer a cada uno de sus tutores, quienes, desde su posición, pusieron su empeño para que, en los venideros meses, ella culmine su ejercicio y podamos contar con una doctora en Ciencias. A su vez, aplaude por el acompañamiento de los miembros del Grupo Provincial de Laboratorio Clínico y del Laboratorio Central del “León Cuervo Rubio”.
Trabaja bajo el eslogan de que calidad es seguridad y seguridad es concienciar que detrás de cada muestra de laboratorio hay un paciente que depende de ese resultado, “corresponde a nosotros darle esa confianza, tanto al médico como al paciente”, sentenció Ivette.