La medalla original del Premio Cervantes, entregado por el rey Juan Carlos I de España a la poetisa cubana Dulce María Loynaz, se conserva ahora en la provincia de Pinar del Río, en el centro cultural que promueve la obra de la encumbrada autora y sus hermanos.
Luis Enrique Rodríguez Ortega, director de esa institución, recibió la pieza de manos de María del Carmen Herrera Moreno, heredera de la familia Loynaz, quien acompañara a Dulce María en la ceremonia de premiación el 23 de abril de 1993.
“Pensé mucho esta decisión, Dulce María pidió que la medalla se quedará en la familia, pero creo que no he traicionado en absoluto su voluntad porque este centro es también la familia”, declaró.
Herrera Moreno destacó igualmente el amor y respeto que el pueblo pinareño ha profesado durante décadas hacia la autora de títulos como Jardín y Bestiarium.
“Ella defendió mucho a Pinar del Río, porque fue Pinar del Río quien la devolvió a la vida pública de su país. Me siento muy orgullosa de entregar la medalla a ustedes, es mucho mi agradecimiento por todo lo que han hecho por la familia Loynaz”, acotó.
En la etapa final de su vida, Dulce María sostuvo una profunda relación de amistad con un grupo de pinareños interesados en su obra; entre ellos, personalidades de la cultura en el territorio como Aldo Martínez Malo, Aurora Martínez y Pepe Martínez de Osaba.
El 19 de febrero de 1990, la poetisa donó a Pinar del Río su biblioteca personal, así como las condecoraciones que había merecido por su creación literaria; hecho que propició la creación del Centro de Promoción y Desarrollo de la Literatura Hermanos Loynaz, actualmente denominado centro cultural Hermanos Loynaz.
Más de 2 000 títulos que pertenecieron a la familia, el escritorio y los estantes que la madre regalara a Dulce María el día de su graduación como doctora en Derecho Civil, además de varias piezas de artes decorativas atesora la institución.
Junto a la medalla del Premio Cervantes recientemente donada, el centro cultural recibió además el acta original que acredita ese galardón y un ejemplar de la última edición del texto “Un verano en Tenerife”, una de las obras más conocidas de Dulce María.