Pudiera afirmarse, sin temor a equivocarnos, que existen muchas similitudes entre Cuba y la República Argelina Democrática y Popular (Argelia). Más allá del cariño afectuoso que ambos habitantes saben prodigar, hay una historia de lucha que se toca en puntos coincidentes, y que a pesar de los más de siete mil kilómetros que nos separan nos convierten en hermanos.
Cuando en la década del ‘50 del siglo pasado Fidel Castro lideraba en la Sierra Maestra la lucha contra el gobierno de facto de Batista, los mujaidines -antiguos combatientes argelinos- se enfrentaban al colonialismo francés, hasta obtener la independencia en julio de 1962.
Tres años antes Cuba saboreó el triunfo por la verdadera y definitiva independencia.
Ambas naciones ratificaron, indistintamente y en el fragor del combate, que después del éxito había que allanar el camino al mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo, razón principal de la lucha.
No extraña entonces que hubiese un reconocimiento de ambos gobiernos hacia la esfera de la salud. Argelia perdió a la mitad de sus médicos, que se fueron a Francia; Cuba a 3 000 galenos que partieron a Estados Unidos, estimulados por tentadoras propuestas salariales.
A pesar del déficit de profesionales médicos la isla caribeña ofreció al entonces presidente argelino Ahmed Ben Bella, quien en octubre de 1962 realizó visita a Cuba, ayuda médica desinteresada.
Siete meses después (mayo de 1963) llegó al país magrebí la primera brigada médica cubana integrada por 56 médicos, técnicos y profesionales de la salud. Iniciaba así la cooperación médica internacional y con ella el camino de la ayuda solidaria de la Mayor de las Antillas a los países del Tercer Mundo.
Aquella cifra inicial se multiplicó a lo largo de los años y son miles los cubanos que han prestado servicios en ese país. Como reconoce el doctor Reinaldo Menéndez García, jefe de la Misión Médica Cubana en Argelia, “hoy es un orgullo cumplir misión internacionalista en esta nación africana, se respira aún el aire de aquellos días fundacionales, el espíritu fidelista y el compromiso de Cuba de estar al lado del pueblo argelino”.
Para este pinareño, especialista en primer y segundo grado en Genética Clínica, Argelia es una nación hermosa, con una extraordinaria cultura, milenaria, ancestral que recibe al cubano con el mejor de los afectos y que ha permitido establecer armónicas relaciones de trabajo en el campo médico, con excelentes resultados en la calidad de vida de la población.
Actualmente más de 800 cubanos conforman la Brigada Médica Cubana (BMC) en Argelia, de ellos 73 de Pinar del Río quienes, a juicio de Menéndez García, todos los días representan esta humilde tierra que los vio nacer, mantienen en alto los sentimientos de entrega y de cooperación, se ganan el cariño de los pacientes y laboran sin descanso por lograr niveles dignos de salud.
“Estamos prestando servicios no en lugares cómodos, sino hacia el sur, donde más necesidades existen, distribuidos desde la alta planicie en zonas totalmente desérticas, hasta las comunas y provincias (aquí se conocen como wilayas).
“Ello nos has permitido hacer una asociación con los profesionales de la salud de Argelia en los diferentes lugares donde hay presencia nuestra, que es ejemplo de la cooperación Sur- Sur y de cómo los países subdesarrollados podemos ayudarnos entre nosotros, este hermanamiento es muestra viva y real de que es posible la ayuda”, dijo a Guerrillero vía WhatsApp quien también fuera director del hospital pediátrico Pepe Portilla.
Los cubanos en general en Argelia se han tenido que adaptar a la diversidad de climas, de temperaturas, al desierto, a las grandes tormentas de nieve – explica Reinaldo- pero lo han hecho con ímpetu y fuerza, lo que tiene repercusión en los diferentes campos de las ciencias médicas donde colaboran: urología, oncología y la atención a la salud de la madre y el niño, con una notable reducción de la mortalidad infantil y materna, la humanización del servicio de parto.
Hay un área médica en la que destacan y es la oftalmología. “Contamos con cuatro modernos y excelentes hospitales oftalmológicos, que todos llevan por nombre “Amistad Argelia- Cuba” donde millones de argelinos han sido atendidos por especialistas cubanos, se han efectuado miles de operaciones, incluso complejas como las de vitreo retina, cataratas, oculoplastia hasta tratamientos láser. Todo ello con una calidad extraordinaria lo que fortalece el prestigio de nuestros oftalmólogos en uno de los países más grandes de África”, dice con un orgullo desbordado nuestro entrevistado.
A las puertas del 26 de julio, fecha emblemática para Cuba, el doctor Reinaldo Menéndez considera que la ocasión no pasará desapercibida para los internacionalistas cubanos y están listos espacios de recordación al interior de cada brigada, “celebrar una fecha como esta en Argelia es un privilegio pocas veces concedido, estamos en la trinchera de combate que nos corresponde, tenemos a Martí y a Fidel presentes, sus enseñanzas, sus idearios, el ejemplo que nos legaron y del cual somos fieles exponentes, es la condición que hoy defendemos, y lo hacemos en un contexto dominado por la pandemia de COVID-19.
“Desde que el 24 de febrero se detectara el primer caso positivo en el país (un turista italiano, igual que en Cuba) la BMC ha estado al lado del gobierno argelino y del Ministerio de la Salud, la Población y la Reforma Hospitalaria. Ambos han tenido una respuesta positiva y de preocupación por proteger al pueblo argelino, dotar al país de medios de protección y emplear modernos protocolos de actuación que permitan controlar la situación.
“Estamos hablando de una nación con 43 millones de habitantes, que hasta el 18 de este mes tenía 1 068 pacientes fallecidos y 15 744 recuperados, lo que habla del esfuerzo y la voluntad del gobierno por enfrentar la situación y revertirla de manera positiva.
“El personal médico cubano ha estado junto a los profesionales argelinos cuando se ha solicitado su ayuda y hemos mantenido una disciplina que permite no tener que lamentar hechos negativos, lo que evidencia el altruismo y seriedad con que asumimos cada tarea.
“Es importante destacar el papel de la mujer cubana en la misión, donde conforman el 71 por ciento del total de miembros. Féminas que dejaron la familia, los hijos, esposos y aquí están todos los días dando una muestra creciente de valentía y amor por la Revolución, de identificación plena con la profesión, sorteando las dificultades que impone la lejanía, convirtiendo su espacio en el Moncada que le tocó, haciendo Revolución como pidió el Comandante en Jefe, y eso es algo que nuestro pueblo debe conocer”, ratificó el doctor Reinaldo, quien envió, a través de nuestras páginas, un mensaje de felicitación por el Día de la Rebeldía Nacional al pueblo pinareño y a las familias de los colaboradores cubanos.