Dora Garrido Reinoso es todo amor. Cuando habla uno se percata del por qué dedicó toda la vida a lidiar con la parte más frágil y valiosa de la humanidad: la niñez; y mejor aún esa primera infancia en la que la ingenuidad hace gala.
La vemos trabajar con los pequeños como Educadora Musical del círculo infantil Adela Azcuy de Pinar del Río, y se ve la experiencia y el gusto por lo que hace. Disfruta de verdad cuando les enseña algo y la maestría es evidente.
En sus canciones y poemas hay mucho de sí misma y ella trata con sus actividades que los infantes desarrollen el gusto por la música, pero no solo eso.
“Se le enseña al niño el amor a la naturaleza, a la Patria, a los mártires y a la familia. Mi tesis de maestría trató sobre un sistema de actividades para orientar a la familia en el desarrollo del canto en el quinto año de vida; la investigación la presenté en el evento internacional Pedagogía 2017 y mi exposición gustó mucho a las participantes”.
Así expresó con un orgullo sano, de esos que nacen a raíz del esfuerzo y cuando se recoge la cosecha de lo que se sembró.
MEZCLA PERFECTA
Muchas ideas rondan a la entrevistada, y nos cuenta que es egresada de la primera graduación de Pinar del Río de la escuela de educadoras de círculos infantiles Doña Rosario García.
“Nosotros comenzamos en La Habana en el 74 del siglo pasado, y unos años más tarde pasamos aquí a la provincia. Soy graduada del 79, comencé a trabajar primero en el Enrique Echevarría, y en 1980 me seleccionaron para el círculo Futuros cosmonautas”.
Apelo a mis recuerdos y sí los niños del edificio de frente a la ESPA, donde residí, adoraban en aquellos tiempos a su tita Dora. Desde esa época, casi desde los inicios de su carrera y de su vida laboral, afloró el amor, del que los infantes son recíprocos la mayoría de las veces.
“Yo toco guitarra también”, nos dice con gracia esta pinareña. Entonces la imaginamos, con esa mezcla perfecta de dulzura y exigencia, rodeada de su grupo de muchachos entre cuerdas y cantos.
La vida de Dora ella la cuenta en pocos minutos y de forma apresurada, como si quisiera terminar rápido, como si el día a día dedicado a trabajar en diferentes funciones fuera coser y cantar.
“En el año 1995 me seleccionaron como metodóloga de educación artística en la enseñanza, estuve dos años en Educación Provincial y después vine para el ‘Adela Azcuy’.
“He sido educadora, subdirectora docente y directora hasta hace un año atrás, que por problemas de enfermedad no pude seguir, pero continúo activa en todo lo que haga falta, y soy la secretaria general del núcleo del Partido y la educadora musical”.
Dicen los que la conocen que es una mujer muy activa e inteligente, que siempre tiene una respuesta optimista, y que ni los problemas que se le han presentado en la vida la amilanan; por eso su diálogo trasmite confianza y seguridad.
“Me gusta este trabajo porque siento un gran amor por los niños y la familia. La educación de estos pequeños es importante pues ellos son la base de nuestro país”.
INVENTAR CON PAPEL
A Dora y sus compañeras les gusta trabajar con el papel maché y las manualidades que logran son verdaderas obras de arte, gracias a ellas los infantes pueden cada día jugar y recibir las actividades docentes.
A nuestro alrededor hay diferentes animales y objetos, todo listo para desarrollar no solo las habilidades de los pequeños, sino también la imaginación.
“Aquí resolvemos los problemas que tenemos en el banco del círculo a través de las figuras de papel maché suplimos la falta de juguetes, con la creación nuestra, el apoyo de la familia y de todos”.
Dora tiene en su aval la tutoría de varias investigaciones, además ha sido ponente en los jurados de defensa de maestría.
“Uno de los problemas consistía en que los niños cantaban canciones populares y a partir de eso creé un sistema de actividades, porque mayormente las personas lo que les ponían era música para adultos; con mi investigación incite a la familia a que vieran el valor de la canción infantil”.
Muy observadora y capaz, es de esas mujeres que pone énfasis en los pequeños y en su desarrollo intelectual y físico.
“Los tuvimos con dificultades en el lenguaje y conversamos con la familia y lo entendieron; algunos presentaban otros problemas y los padres no lo comprendían y logramos convencerlos a través del trabajo con la familia, junto al Centro de Orientación y Diagnóstico, y vimos cómo avanzaron.
“Recuerdo una niña con trastorno del espectro de autismo, la familia no entendía, no se comunicaba, y a través del trabajo que hicimos con ella se compenetraron tanto que todavía vienen por aquí, hoy la estudiante está en primaria”.
EJEMPLO SIEMPRE
Para Dora un círculo infantil tiene que ser un espejo en el que se refleje lo bien hecho, así lo consideró siempre.
“Tenemos que ser ejemplo en la comunidad, que los vecinos vean que en el centro se hacen las cosas bien, a mí me ayudaban mucho las personas de la comunidad y las familias de los niños”.
Ella misma se considera una innovadora, disfruta crear y participar en los eventos científicos, que son los que le dan bagaje para enfrentar los problemas que se presenten en la institución.
Un rato después de la entrevista la vemos con los niños. Hay algo que no se compra y es el talento: ella tiene ese don de ganarse a sus niños, los quiere y los instruye… esa es su vida.